Al hilo de la liturgia diaria 2024-25 (1)
LUNES 31.03.2025
Lunes de la 4ª semana de Cuaresma.
Promesa de Dios a través del profeta Isaías que nos hacen pensar en un mundo irreal porque el dolor, la injusticia y el sufrimiento son tozudos en nuestro mundo. ¡No hay respiro! Y, sin embargo, a pequeño nivel cuántos milagros en la vida de las personas obra Dios. Milagros que sanan enfermos, como el «hijo del funcionario real» del evangelio de hoy, milagros que sacan vidas de la perdición, milagros que anticipan «un nuevo cielo y una nueva tierra» que ha empezado ya en el corazón y en la vida de muchos: «Señor, sacaste mi vida del abismo… Te ensalzaré porque me has librado…».
DOMINGO 30.03.2025
4° domingo de Cuaresma, C.
El hijo pequeño está en mí ─al menos como tentación─ cuando sueño un paraíso sin Dios, no importa que ya alguna vez haya «comido algarrobas para los cerdos» que la tentación sigue aflorando… Pero también el hijo mayor está en mí, menos detectable pero no por eso menos real, cuando me comparo y me considero superior a los menos practicantes o piadosos, cuando le exijo a Dios algo ─por noble que sea─ a cambio de mis “méritos”… Y ambos, el hijo menor y el mayor que están en mí, me dificultan disfrutar (de la alegría ─domingo laetare─) del amor tierno de Dios, ese que siempre espera, ese que siempre abraza, ese que siempre se alegra con tu vuelta, ese que no pide razones ni cuando te vas ni cuando vuelves, ─que respeta tu libertad─, ese que ha hecho de su Hijo «pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él», y que por tanto, me recuerda que «sus hijos» son al mismo tiempo «hermanos míos».
SÁBADO 29.03.2025
Sábado de la 3ª semana de Cuaresma.
No fue el ateísmo el problema de Israel, el ateísmo es un fenómeno del modernismo. El problema de Israel ─como lo sigue siendo para nosotros creyentes del s. XXI─ fue la incoherencia: «Vuestro amor es como nube mañanera, como rocío que al alba desaparece». La religiosidad exterior no encontraba respaldo en la sinceridad del corazón ni de la vida: «Quiero misericordia y no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos». O como nos recuerda la parábola del evangelio: «Éste ─el publicano, el pecador─ bajó a su casa justificado, y aquél ─el fariseo, el religioso─ no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido». La grandeza de una persona no se reconoce en la falta de pecados ─¡quién no los tiene!─, sino en no disimularlos, sobre todo, ante Dios: «un corazón quebrantado y humillado tú, oh Dios, tú no lo desprecias».
VIERNES 28.03.2025
Viernes de la 3ª semana de Cuaresma.
Y fallamos, y seguimos fallando… poniendo nuestra fuerza en las cosas del mundo, a pesar de que «Asiria no nos salvará». Pero, si nosotros fallamos, quien no falla es el amor del Señor que sigue siempre fiel, siempre esperando nuestra vuelta a él… con su ternura y delicadeza: «Curaré su deslealtad, los amaré generosamente… Seré para ellos como el rocío…». Danos, Señor, la sabiduría «para comprender estas cosas», la inteligencia «para conocerlas» y la fuerza para «amar al Señor, con todo el corazón… y al prójimo como a uno mismo».
JUEVES 27.03.2025
Jueves de la 3ª semana de Cuaresma.
Es una constante llamada que se repite en el libro del Deuteronomio: «Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”». Una llamada que se renueva en las palabras del profeta Jeremías algunos siglos después, y que Jesús constata que es asignatura pendiente en «algunos de la multitud» que le seguía: «Por arte de Belzebú echa los demonios»… Es, en definitiva, la soberbia de nuestro corazón que, en nombre de Dios ─mejor, del ídolo que nos hemos fabricado─, echa a Dios de su vida. Sólo queda una solución: «El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama». Danos, Señor, la humildad de caminar siempre contigo, aunque no siempre te entendamos, aunque muchas veces nos cueste, aunque el mundo nos parezca tantas veces irresistible…
MIÉRCOLES 26.03.2025
Miércoles de la 3ª semana de Cuaresma.
Los Mandamientos son como las señales de tráfico en el camino de la vida… Si no hubiera señales, y, por ejemplo, adelantas por la izquierda en una curva a la derecha, no sólo pones en riesgo tu vida, sino la de los demás. «Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor mi Dios… observadlos y cumplidlos, pues esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia… y vuestra grandeza». Pero las señales no son un absoluto… Si, tras hacer en la carretera un doble carril de ida y vuelta, se hubiesen olvidado quitar la señal de prohibido adelantar, observar la prohibición no tendría sentido. Lo que sí es un absoluto es el espíritu que las inspira: el respeto a la vida y a las personas, el amor al prójimo y al enemigo… «No he venido a abolir la Ley y los Profetas, sino a dar plenitud».
MARTES 25.03.2025
La Anunciación del Señor.
El hijo que empieza su vida en el seno de la joven esposa del rey Ajaz es una señal de esperanza para la casa de David y su pueblo. Pero el rey no quiere verlo. El hijo que empieza milagrosamente su camino en el vientre de María, no sólo es una señal de esperanza para la humanidad, es la Esperanza misma de la humanidad: «He aquí que vengo, ¡oh Dios! Para hacer tu voluntad… y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados… de una vez para siempre». Pero hoy muchos siguen cerrados a este misterio. Y sin Esperanza nuestras esperanzas se hacen raquíticas, y la vida se hace grisácea, y cuando viene el fracaso nos hundimos… Y sin Esperanza los hijos ya no son recibidos con alegría sino con temor, o, simplemente, no son recibidos, cerrándonos a la ternura y a la experiencia teologal más hermosa de la vida: Ser padres/madres como un sacramento de la paternidad/maternidad divina que nos ha engendrado… para la plenitud de la Vida Eterna.
MARTES 25.03.2025
Martes de la 3ª semana de Cuaresma.
«Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda». Y, seguramente, allí en la cárcel, cuando aquel criado lo había perdido todo, se dio cuenta de su ceguera y de lo que había perdido al no ser misericordioso con «su compañero». Así lo refleja también la sentida oración penitencial de Daniel en la primera lectura: «Pero ahora, Señor, somos el más pequeño de todos los pueblos; hoy estamos humillados a causa de nuestros pecados». A veces, la única forma que tiene nuestro corazón de ablandarse y hacerse humilde son los golpes duros de la vida… Cuántas veces he escuchado este testimonio en mi vida: “Gracias a mi enfermedad, yo cambié, me bajé del árbol de orgullo y de la superficialidad…”. Ojalá no fuéramos tan duros para aprender: «Señor, enséñame tus caminos…».
LUNES 24.03.2025
Lunes de la 3ª semana de Cuaresma.
Mirada de Jesús que desarma a sus enemigos… Mirada de Jesús que no se cierra sobre unos pocos elegidos, sino que se abre también a «los otros»… Ya en el Antiguo Testamento Dios, aunque ha elegido un pueblo, no se cierra a ese pueblo… y Naamán, jefe del ejército de un rey enemigo a Israel, es curado de su lepra. En el relato destaca la actitud humilde y positiva de la esclava de la mujer de Naamán y de sus servidores, frente a la desconfianza y orgullo que muestra el rey de Israel o el propio Naamán, aunque este acaba cediendo. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad, pero no todos tienen/tenemos la humildad suficiente para abrirnos a esa humildad: «Envía, Señor, tu luz y tu verdad, que ellas me guíen».
DOMINGO 23.03.2025
3° domingo de Cuaresma, C.
El mal que golpea el mundo y a las personas en un misterio que nos duele y se nos escapa y que, al mismo tiempo, no puede dejarnos indiferentes, como si sólo los otros fuesen culpables, con esa actitud que denuncia hoy Jesús en el evangelio: «¿Pensáis que… eran más culpables que…?». El mal, que muchas veces castiga a los más inocentes, es una invitación a la conversión para todos, ─nos dice Jesús─, porque las ondas del mal ─pequeño o grande que cada uno generamos─ se juntan con las de los demás y nunca sabemos dónde van a producir su efecto más destructivo. Pero frente a ese mal está el Bien de Dios que le pone límites… con su paciencia y con su «compasión y misericordia». Él nos perdona, impulsa, sostiene y nos llama para que, como nuevos Moisés, también nosotros seamos transmisores de la paciencia de Dios y de su «compasión y misericordia»: «He visto la opresión… he escuchado su lamento… he visto sus sufrimientos… he bajado a liberarlo…». Que nunca caigamos en la indiferencia y, menos, en esa seguridad soberbia de la que nos alertaba san Pablo: ¡Ojo!, «el que se crea seguro, cuídese de no caer».
SÁBADO 22.03.2025
Sábado de la 2ª semana de Cuaresma.
A veces soy el hijo pequeño de la parábola que se piensa que lejos de la «casa del Padre» puede ser más feliz y vivir mejor… sin obligaciones. Es una tentación que acecha al creyente de toda la vida. Pero también a este creyente le acecha otra tentación, la del hijo mayor. La de olvidarse que todo es gracia, que nada es mérito, y que la verdadera religiosidad no está en la cuantificación, sino en la gratitud y alabanza. Para el hijo pequeño es más fácil darse cuenta de su pecado porque las consecuencias negativas son más visibles, sin embargo, para el hijo mayor es más difícil porque aparentemente sigue en la casa del Padre… pero sólo aparentemente porque su corazón está vuelto sobre sí mismo, no sobre Dios.
VIERNES 21.03.2025
Viernes de la 2ª semana de Cuaresma.
Qué mala es la envidia: nos corroe el alma y nos destruye la vida. José será víctima de la envidia de sus hermanos, y Jesús, víctima de la envidia de las autoridades religiosas judías. Pero si mala es la envidia, ¡que bueno es Dios! Ese Dios capaz de hacer de estas historias trágicas una bendición… para los hermanos de José y para la humanidad, respectivamente: «La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular». Recordemos siempre «las maravillas que hizo el Señor» por mí… por todos.
JUEVES 20.03.2025
Jueves de la 2ª semana de Cuaresma.
Todavía seguimos escuchando: «Dios le castigó», y así seguimos sin despojarnos de la imagen de un Dios juez terrible y castigador. En el fondo es como más fácil para nosotros, le pasamos a él la responsabilidad de nuestros actos. Pero ¿qué pasa si plantas un árbol como «un cardo en la estepa»? Que acabará marchitándose. ¿O qué pasa si, como el rico del evangelio, vives aislado en tu nube de confort y derroche y no ves o ignoras el sufrimiento y necesidad que hay a tu alrededor? Que tú mismo te labras tu propio infierno. No se trata de que arreglemos el mundo, que no lo vamos a arreglar ninguno, se trata de que «plantes el árbol de tu vida junto al agua» de la generosidad, la compasión y la misericordia.
MIÉRCOLES 19.03.2025
San José, esposo de la Virgen María.
Van en el tren por la mañana, con sus ordenadores portátiles, con su traje elegante, trabajan en importantes empresas multinacionales… Aparentemente son triunfadores. Pero… miras el fondo de sus ojos y presientes una esclavitud, una tristeza… El status manda, el dinero manda, la familia presiona… los prejuicios también… Si pudieran harían saltar todos por los aires, pero no pueden, hay demasiados condicionamientos internos y externos. Y siguen adelante, a veces a base de pastillas o de psicólogo o de otras escapatorias… ¡Qué contraste!: «Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor». Señor, ayúdanos a despertar de tantos sueños falsos en que está atrapada nuestra vida, y danos la gracia de descubrir tu voluntad, tu proyecto para nosotros… como José. Que él interceda por nosotros.
MIÉRCOLES 19.03.2025
Miércoles de la 2ª semana de Cuaresma.
Los mismos por los que Jeremías había «pedido clemencia», buscan ahora su ruina y descrédito. Lo mismo pasa con Jesús: él ha entregado su vida por nosotros y nosotros seguimos traicionándole o, como en el caso de Santiago y Juan, queriéndole utilizar para “colocarnos” en la vida. El eclesiásticoo el creyente al que, usando la religión o su puesto, le gusta figurar o es un trepa o un narciso o un dictador, etc. fue y sigue siendo algo real. Santiago y Juan tuvieron que aprender a cambiar sus aspiraciones, a pasar de los criterios humanos a los criterios evangélicos, y lo aprendieron hasta dar la vida por el Señor. También nosotros podemos aprender con la ayuda de la gracia: «Sálvame, Señor, por tu misericordia».
MARTES 18.03.2025
Martes de la 2ª semana de Cuaresma.
La fe no libera al creyente de las fragilidades y tentaciones que todos los seres humanos tienen. Y quizá la tentación más fuerte sea la de convertir la propia fe en un sistema al estilo de los sistemas del mundo, en los que las estructuras y los intereses de todo tipo acaban por hacernos olvidar a la persona concreta que es el objetivo del amor de Dios. Lo denuncia Isaías en la 1ª lectura y lo denuncia Jesús en el evangelio. A cada uno de nosotros nos toca examinarnos: el nivel de nuestra fe no lo dan la cantidad de rezos o podcasts piadosos que escuchamos a diario, sino la capacidad para amar y servir en todo y a todos. «El primero entre vosotros será vuestro servidor».
LUNES 17.03.2025
Lunes de la 2ª semana de Cuaresma.
Cuando nos van mal las cosas o en tiempos de persecución ─como es el trasfondo del libro de Daniel─, es fácil arremeter contra los otros ─los enemigos─ que serían los malos, malísimos… Pero reconocer los propios pecados y faltas, y que, de alguna forma, también nosotros somos culpables de lo que ocurre, ─como hace Daniel en su oración penitencial─, no es tan fácil. Exige una enorme grandeza de corazón, la misma que nos pide hoy Jesús con sus palabras en el evangelio. La clave de esta exigencia no está en nosotros, está en el «como vuestro Padre es misericordioso», es decir, en ese misterio de comunión-gracia que el Señor con su amor y entrega nos ha regalado y que nosotros, especialmente en este tiempo de Cuaresma, estamos llamados a acoger y cuidar.
DOMINGO 16.03.2025
2° domingo de Cuaresma, C.
Hay en la vida momentos de oscuridad y crisis como los que están en el trasfondo de las lecturas de este domingo: una descendencia imposible para Abrán, la seducción del paganismo para algunos cristianos de Filipos y la pasión y muerte de Jesús, que se adivina ya cercana, para los apóstoles. Pero las oscuridades y las crisis no son eternas, aunque a veces nos lo parezcan. Lo que si es eterno es la Paz del corazón, es el Amor infinito o esa Vida en plenitud que a veces se nos concede gustar ya en este mundo. Abrán lo vive en la experiencia que nos narra la 1ª lectura; Pedro, Santiago y Juan lo viven con Jesús en la montaña de la transfiguración; y las palabras de Pablo quieren serlo para los cristianos de Filipos. Momentos que nos hablan de eternidad pero que no son eternos en sí mismos. Quisiéramos retenerlos, pero no es posible. Hay que bajar al valle y seguir en la lucha, aunque ya de forma diferente, porque hay una luz nueva en nuestro corazón. Hay en la vida, pues, momentos de transfiguración que son medicina y energía para el alma. Y además de momentos hay también personas que son transfiguradoras para nuestra vida. Hoy por todas ellas damos gracias, y pedimos que el camino de la Cuaresma nos purifique para que también nosotros lo seamos para los demás.
SÁBADO 15.03.2025
Sábado de la 1ª semana de Cuaresma.
El libro del Deuteronomio es testigo de la incoherencia de Israel a lo largo de los 40 años del desierto. Dios ofrece a su pueblo el camino de la vida: «Te mando que cumplas estos mandamientos y decretos…». El pueblo de Israel responde sí con los labios ─y quizá también con su mejor intención─: «Hoy te has elegido al Señor para que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos…». Pero la realidad fue que, una y otra vez, su corazón se apartó del Señor su Dios. Seguro que todo esto nos suena en nuestra propia vida, especialmente cuando escuchamos palabras de Jesús como estas: «Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen». Es nuestra fragilidad siempre necesitada de la gracia: «Quiero guardar tus decretos exactamente, tú, Señor, no me abandones».
VIERNES 14.03.2025
Viernes de la 1ª semana de Cuaresma.
La fe en un Dios que parece regodearse en «la muerte del pecador» y que aún se maneja en algunos ambientes es, como mínimo, no cristiana: «Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa». Pero también es verdad que esa «misericordia» no se impone, se acoge. Y se acoge, no en el cumplimiento de unas leyes sin alma ─«Habéis oído que se dijo…»─, sino como una actitud existencial y religiosa ─«…pero yo os digo…»─. Se acoge en el reconocimiento humilde y sincero de los propios pecados, se acoge en la gratitud y alabanza hacia ese Dios que nos ama y nos regala su misericordia, y se acoge en las obras de misericordia y perdón hacia los demás… y así, el cielo comienza en la tierra, la vida cambia y se nos regala la paz del corazón.
JUEVES 13.03.2025
Jueves de la 1ª semana de Cuaresma.
«Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acerca un gran peligro». Seguro que todos nosotros hemos pasado ─o pasaremos─ por una situación así. El grito que surge de estas situaciones es toda una confesión de fe ─la vida sin Dios no tiene sentido─ y es una sincera oración salida de las entrañas del corazón. Jesús nos asegura en el evangelio que una oración ─petición, búsqueda, llamada─ no quedará sin respuesta por parte de Dios: «Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor». Quizá no nos dé lo que nosotros ─en nuestro corto comprender─ pedimos, pero seguro nos dará mucho más. Por ello muchos, en «un gran peligro», encontraron el camino de la fe.
MIÉRCOLES 12.03.2025
Miércoles de la 1ª semana de Cuaresma.
El libro de Jonás denuncia la actitud de los judíos que en tiempos de después del Exilio en Babilonia, por el hecho de serlo, se consideraban superiores a los demás pueblos. Dios elige, pero nunca para vanagloria del elegido, y así, un pueblo pagano y odiado es presentado como modelo de conversión a Dios y penitencia. En tiempos de Jesús ocurría lo mismo: «Esta generación es una generación perversa», dice Jesús. Y nos sigue pasando hoy. ¡Ay de los creyentes que, creyéndose en posesión de la verdad, miran por encima del hombro a los demás! Danos, Señor, «un corazón quebrantado y humillado».
MARTES 11.03.2025
Martes de la 1ª semana de Cuaresma.
La infidelidad de Israel a Dios no es respondida con la misma moneda por Dios. Al contrario, a pesar de todos los pesares, «la palabra que sale de su boca no volverá a él vacía, sino que cumplirá su deseo y llevará a cabo su encargo». Y palabra salida de su boca, aunque pase por nuestras bocas, es el «Padre nuestro»… Tristemente, a veces lo rezamos sin dejar que pase por el corazón, y se convierte en rutina… en palabras vacías.
LUNES 10.03.2025
Lunes de la 1ª semana de Cuaresma.
Las sociedades, en la medida que prosperan, se hacen más insolidarias: ¡Hay tanto de lo que disfrutar que no tenemos tiempo ni paciencia para los demás! Y, luego, el corazón se pega a las riquezas y se atrofia. En la historia del pueblo de Israel, en los momentos de prosperidad, Dios suscitó profetas que invitaban a volver el corazón a la justicia y solidaridad con el prójimo, especialmente el prójimo más desfavorecido y vulnerable. El libro del Levítico se hace eco de esto invitando a los hijos de Israel a ser santos, «porque Dios es santo», y la santidad pasa ─como hemos escuchado─ por esa delicadeza, respeto y finura con el prójimo. Jesús, heredero de esta tradición, nos recuerda que el “Juicio de las naciones” se realizará sobre el mismo patrón. A nosotros nos toca, con la gracia de Dios, afinar nuestro amor, paciencia y generosidad con los demás. «¡Ahora! es el tiempo favorable, ¡ahora! es el día de la salvación».
DOMINGO 9.03.2025
1er domingo de Cuaresma, C.
Jesús, tras su bautismo, sale del Jordán cargando con los pecados de la humanidad (el tuyo y el mío). Y con ese “lastre” es conducido al desierto por el Espíritu 40 días que nos remiten a los 40 años del pueblo de Israel en el desierto. El desierto es el lugar de la prueba, de la decisión existencial: «Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. (…) Elige…» (Cf. Dt 30, 15-20). Israel fracasó ─y ni siquiera Moisés entró en la Tierra Prometida─, nosotros fracasamos… Pero, en Jesucristo, por primera y única vez, la humanidad elige «la vida y el bien». Ahora bien, esto no sin una gran lucha interior: las tentaciones. Para entender su significado en la vida y en la misión de Jesús nos vamos a Getsemaní e imaginamos esta su lucha interior: “Y si en vez de multiplicar los panes y los peces o curado enfermos como un signo, hubiese hecho de mi vida una vida milagrera… Y si en vez de pelearme con las autoridades judías, hubiera condescendido en esto y lo otro… Y si cada tarde de sábado, al salir de la sinagoga o del templo, hubiera volado por los aires en hermoso espectáculo… Ahora no estaría en esta situación… Quizá estaría rodeado de amigos, de discípulos y hasta una medalla me habrían colgado al pecho”. Jesús elige con «sudor de sangre» el camino de Dios que es el del humilde servicio, el de la humilde entrega, el del humilde respeto a la libertad de cada uno… en el Amor y la entrega. Y nosotros, unidos a él, podemos lo que solos no podemos: «Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor».
SÁBADO 8.03.2025
Sábado después de ceniza.
Y Mateo eligió el «camino de la vida», y «la oscuridad de su alma se hizo luminosa como el mediodía». Y brilló para él y para cuantos le rodeaban, y sigue brillando hoy para nosotros a través de su evangelio… Que yo también, Señor, elija «el camino de la vida»: «Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado…»
VIERNES 7.03.2025
Viernes después de ceniza.
El ayuno no es meta, sino camino… Camino para purificar y templar el alma y el cuerpo y, así, poder amar más y mejor a Dios y a los demás. Si ayunas y no perdonas… si ayunas y no sirves… si ayunas y no te conduces con humildad…si ayunas y no sales de ti mismo… «no se oirá tu voz en el cielo».
JUEVES 6.03.2025
Jueves después de ceniza.
«¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o arruina a sí mismo?» ¡Qué verdaderas son las palabras de Jesús, pero cuánto nos cuesta vivirlas! Y seguimos encendiendo una vela a Dios y otra al diablo, como pagando un peaje para, por un lado, tener contento a Dios, y por otro, seguir haciendo lo que nos apetece… para «ganar el mundo». «Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal… Te mando amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos… ¡Elige la vida!»
MIÉRCOLES 5.03.2025
Miércoles de Ceniza.
Replegarse sobre sí mismo es la respuesta instintiva ante el mal que nos desborda o ante el bien que sabemos no podemos alcanzar… es el individualismo extremo que hoy nos corroe. En este miércoles de ceniza, al comenzar la cuaresma, nuestra mirada se dirige ya hacia la Pascua que es su meta, y desde ella, Jesucristo resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, nos ofrece la plenitud de la vida y del amor, y así nos muestra que el camino de la vida y de la fe no es un camino de repliegue sobre uno mismo, sino todo lo contrario: es salir de uno mismo, aunque a veces no sea fácil (penitencia), es compasión hacia los demás empezando por gestos sencillos (limosna) y es vivir con el corazón levantado hacia Dios aunque sólo sea a través de una palabra sencilla (oración). «No echemos en saco roto la gracia que Dios nos da en este tiempo de cuaresma». Amén.
MARTES 4.03.2025
Martes de la 8ª semana del TO, impar.
En una cultura marcada por el legalismo, el rechazo del joven a la invitación de Jesús en el evangelio de ayer, debió dejarles tocados a sus discípulos más cercanos. Por eso Pedro insiste: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo…». A los discípulos les costaría aprender ─como nos cuesta a nosotros─ que la dinámica del evangelio no es la del comercio, sino la de la gracia: «cien veces más», «primeros que serán últimos, y últimos que serán primeros»… En definitiva, la vida que se regala y la respuesta de Dios que no se deja ganar en generosidad, como también subraya el texto del Eclesiástico en la primera lectura: «Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con generosidad… porque el Señor sabe recompensar y te devolverá siete veces más… No trates de sobornar al Señor… Para él no cuenta el prestigio de las personas».
LUNES 3.03.2025
Lunes de la 8ª semana del TO, impar.
Cumplir unas leyes morales y religiosas puede ser costoso, al menos en algunos casos; pero hecho el esfuerzo, ya está: ¡cumplido! Esta es la mentalidad más común de la persona religiosa, en la que el centro de la fe está en el yo: yo hago, yo cumplo, yo me esfuerzo… Pero Jesús propone un camino superior, abandonar la centralidad del yo para poner en su lugar ese «ven y sígueme» de Jesucristo: donde tú digas, Señor, como tú digas y a donde me lleves. Es un horizonte de libertad el que el Señor abre ante nosotros, pero los apegos del corazón tiran con fuerza y nos dificultan el vuelo. Gracias a Dios tenemos estas palabras consoladoras de Jesús: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo», que nos evocan aquellas otras que recoge el evangelio de Juan en la última Cena: «En la casa de mi Padre hay muchas estancias… me voy a prepararos un sitio». «¡Qué grande es la misericordia del Señor y su perdón para los que retornan a él!».
DOMINGO 2.03.2025
8° domingo del Tiempo Ordinario, C.
DOMINGO 2.03.2025
8° domingo del Tiempo Ordinario, C.
Los discípulos de Jesús se peleaban a ver «quien era el más importante». En las primeras comunidades, al menos algunos, se seguían peleando: «Me he enterado por los de Cloe que hay peleas entre vosotros», escribe Pablo a los Corintios. Pasó y sigue pasando. Forma parte de esa fragilidad-corruptibilidad a la que nos arrastró el pecado original. Pero el mismo san Pablo nos ha recordado que todo ha cambiado al asumir Cristo nuestra naturaleza humana: «¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!», y que por tanto, podemos «entregarnos siempre sin reservas a la obra del Señor, convencidos de que nuestro esfuerzo no será vano en el Señor», al mismo tiempo que, como nos advierte Jesús en el evangelio de hoy, ponemos atención a tres tentaciones en las que todos podemos caer: olvidar que somos eternos aprendices en la estela del Señor para entregar la vida como él la entregó ─él es el único maestro─; convertirnos en jueces inmisericordes de los demás ─la viga en el propio ojo─; y la hipocresía de buscar el aplauso de los hombres ─olvidándonos de juicio de Dios─.
SÁBADO 1.03.2025
Sábado de la 7ª semana del TO, impar.
Todo lo que yo soy es gracia, regalo de Dios… don, sin merecimiento propio. El mismo hecho de existir, ya lo es; aún más el destino eterno en el amor al que estoy/estamos destinado/s. La alabanza debería estar siempre en mis labios y en mi corazón… pero muchas veces no sólo no está, sino que lo que está es la amargura y el resentimiento. Hemos perdido la capacidad de asombro, la capacidad de ser como niños que cada día se asoman admirados a ─y acogen─ el misterio de la vida, empezando por el misterio que es uno mismo. Señor, tú que conoces «nuestra masa» y sabes que «somos barro», en tu misericordia que «dura desde siempre y por siempre», remodela nuestro corazón envejecido y encallecido y conviértelo en un «corazón de niño»… «bendícenos».
VIERNES 28.02.2025
Viernes de la 7ª semana del TO, impar.
Se aferra uno a las leyes cuando ha perdido la capacidad de amar. Y en la relación hombre mujer, a veces decimos que se acabó el amor, pero ese amor sólo era romanticismo y deseo. Aunque, también es verdad, hay circunstancias imprevisibles. Pero es triste pensar que alguien con el/la que yo creí tocar el cielo se acabe convirtiendo en un estorbo o en un infierno. En la primera lectura, hablando de la verdadera amistad, encontramos elementos para poder cimentar el amor entre un hombre y una mujer; pero sobre todo nos invita a mirar a Jesucristo, él es el Amigo fiel y verdadero. Pero hoy pocas parejas, cuando inician su relación, lo invitan como amigo común. Sus preocupaciones, tristemente, van por otros caminos. «Guíanos, Señor, por las sendas de tus mandatos», especialmente a las parejas que inician su andadura juntos en la vida.
JUEVES 27.02.2025
Jueves de la 7ª semana del TO, impar.
La vida eterna nos la jugamos en el día a día de nuestra vida, en esos pequeños gestos de cercanía, ayuda, cariño y perdón que podemos vivir (o no vivir) con los que nos rodean. La vida eterna empieza ya aquí y ahora. No se trata de cambiar el mundo con acciones poderosas, sino de sembrarse como «sal» que da sabor al mundo y como hombres y mujeres de «paz». Y, para ello, que nuestra «confianza esté en el Señor», y no en el «dinero», ni en el creerse que no tenemos necesidad de «perdón»… Que minuto a minuto de nuestra vida, nuestro «gozo sea la ley del Señor».
MIÉRCOLES 26.02.2025
Miércoles de la 7ª semana del TO, impar.
En el evangelio del pasado domingo, el Señor nos dejaba esta invitación: «Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso». Y en el evangelio de hoy miércoles nos presenta una nueva ocasión de ejercer esa misericordia: con alguien que «echa demonios en nombre de Jesús» pero que «no viene con nosotros». Pienso en los enfrentamientos que a veces hay entre los distintos grupos cristianos, incluso dentro de la propia Iglesia católica, precisamente «porque no viene con nosotros»… y aquí, seguro, podríamos nosotros explicitar este «no viene con nosotros»: porque no son de mi grupo, porque tiene otra sensibilidad religiosa, porque no habla mi lengua, porque es de otra cultura, et. etc. En el texto del Eclesiástico de la primera lectura se nos decía: «La sabiduría educa a sus hijos y se cuida de los que la buscan». Para nosotros esa sabiduría no es otra que el Espíritu de Jesucristo, el Espíritu Santo: Amémosle, adquirámosle, sirvámosle, escuchémosle, confiemos a él…
MARTES 25.02.2025
Martes de la 7ª semana del TO, impar.
En el centro de nuestra fe cristiana está el “dar la vida”, como Jesús, para resucitar, es decir, para hacer de nuestra existencia algo valioso y eterno. Sin embargo, nos sigue pasando como a los discípulos, que «discutimos quien es el más importante ─quien es el que gana más, quien tiene más poder, etc.─ mientras vamos de camino». Y así, muchas veces, en lugar de buscar conformar nuestra vida con la voluntad de Dios, hemos querido convertir a Dios en un esclavo de nuestra voluntad… aunque haya sido con la mejor intención. Luego, cuando las consecuencias negativas de este planteamiento errado se nos muestran, nuestra tentación es echarle la culpa a Dios. Jesús, al «acoger y poner en medio un niño», nos está diciendo: cambia tu pregunta, no te plantees dónde te sentirías más realizado, sino dónde puedo servir mejor. Claro que esto no será fácil, como reconocía el texto del Eclesiástico: «Hijo, si te acercas a servir al Señor, (…) prepárate para la prueba». Por eso también nos decía: «Pégate a él y no te separes… Confía en él y él te ayudará… Amadlo y vuestros corazones se llenarán de luz».
LUNES 24.02.2025
Lunes de la 7ª semana del TO, impar.
El texto del evangelio de este lunes nos acerca a la experiencia dolorosa de tantos padres y madres de hoy que llevan mucho tiempo acompañando impotentes la enfermedad de un «hijo poseído por un espíritu inmundo», y para los que la ciencia médica no ofrece soluciones suficientes. Padres y madres que, a través de la enfermedad del hijo/a, son invitados a gritar al Señor: «Creo, pero ayuda mi falta de fe». El mismo evangelio nos acerca también a la buena voluntad y, al mismo tiempo, impotencia de los discípulos por la que seguramente muchas veces también nosotros hemos pasado en algunos momentos de nuestra vida: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?». Y la réplica de Jesús es para nosotros una invitación: «Esta especie sólo puede salir con oración». Una invitación a orar más y mejor… como transparencia/fruto del amor del Señor en nosotros: «Toda sabiduría viene del Señor (…) Se la concedió a todos los vivientes y se la regaló a quienes lo aman».
DOMINGO 23.02.2025
7° domingo del Tiempo Ordinario, C.
Palabras de Jesús que van a contracorriente de nuestro sentir más primario ─”me la hiciste, me la pagas”─ o, tristemente hoy, de una cierta reivindicación de justicia que no es sino venganza. Claro que no todos los “enemigos” son iguales y que, rayando lo patológico, hay personas que ven enemigos en todas partes. Jesús no intenta decirnos cómo organizar una sociedad, ni sus leyes, ni cómo defender al más débil. Jesús habla de «enemigos» sin distinción, porque sus palabras no son una casuística de a quién o cómo tengo que perdonar, ni de hasta dónde sí o hasta dónde no. Las palabras de Jesús señalan una actitud y una mística ante la vida y en las relaciones personales ─y de comunidad─ en las que nunca faltarán errores, heridas y dificultades. Él nos marca el camino con su propia vida y entrega, reflejo de la mirada y del amor con que Dios nos mira y nos ama: «Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es misericordioso». No siempre, o casi nunca, será fácil, pero al menos siempre nos quedará no echar más leña al fuego, no sembrar más cizaña, etc. y si no podemos «poner la otra mejilla», al menos orar, o pedir a Dios que bendiga a quien nosotros no podemos bendecir. Que el Señor no dé un corazón grande y generoso como el suyo.
SÁBADO 22.02.2025
Fiesta de la Cátedra de San Pedro.
Me duele la osadía de los que pontifican en las redes sociales teniéndose por más que el papa, y atreviéndose a criticarlo. Me duele la simpleza de quienes ignoran la complejidad que el papado, como encrucijada de pueblos, culturas y sensibilidades, tiene en estos momentos. Me duele la ceguera de quienes, arropados por quienes les dan la razón, anteponen leyes, normas y costumbres a la grandeza de un misterio que no es otro que el Misterio de Dios mismo hecho carne de nuestra carne. Creemos en la institución divina del papado, creemos en la especial protección divina con la que cuenta, y creemos en su necesidad; y, por ello en esta fiesta, pedimos, por el Papa, para que sea imagen de Jesucristo, Buen Pastor. Y también pedimos para que, al escuchar sus palabras, antes de “disparar” tengamos la humildad suficiente para dejarnos interrogar por aquello que nos hace tambalear en nuestras “seguridades”.
SÁBADO 22.02.2025
Sábado de la 6ª semana del TO, impar.
Hay experiencias importantes en la vida que te hacen experimentar que la vida es mucho más (y más honda) que nuestro diario vivir con sus (ramplonas) preocupaciones. Experiencias que te ayudan a ser mejor y a dar una mayor profundidad a tu vida. Son momentos de revelación-transfiguración, como los que vivieron Pedro, Santiago y Juan con Jesús en lo alto de la montaña. Pero también ocurre que, pasado un tiempo, como lo vivido es de “otra dimensión”, la huella de estas experiencias se difumina y acabamos por olvidarlas, y todo se queda en un “¿será verdad que yo viví eso?”. Sólo más tarde, en el encuentro con Jesucristo resucitado, los apóstoles recordarían y comprenderían en su significado más profundo y existencial lo que habían vivido en lo alto del Tabor, y así nos lo transmitieron. A nosotros nos queda acoger este misterio con fe ─«fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve»─, como los grandes patriarcas de la antigüedad ─Abel, Henoc, Noé…─ y como los santos de todos los tiempos.
VIERNES 21.02.2025
Viernes de la 6ª semana del TO, impar.
A lo largo de su historia el pueblo judío vio crecer imperios y vio desmoronarse esos mismos imperios, y que príncipes poderosos acabaron sus días como esclavos. Y vio alzarse torres y magníficos monumentos que, pasadas algunas décadas, yacían amontonados por el suelo, y vio que cortesanos que vestían de gala acabaron sus días vestidos de andrajos. Y vio también como el ser humano no aprendía la lección, y que el ansia de poder, de riquezas y de prestigio seguían cegando su corazón, y lo difícil que era «hablar una sola lengua», no la fonética, ─que no deja de ser expresión de la variedad de culturas─, sino la “lengua” de un corazón unificado en la búsqueda de la voluntad de Dios. Jesús lo dirá con otras palabras: «Quien quiera salvar su vida, la perderá»; y nos invitará: «Si quieres salvar tu vida, vente en pos de mí, niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme».
JUEVES 20.02.2025
Jueves de la 6ª semana del TO, impar.
Pedro, con su mejor voluntad, quiere preservar a Jesús de toda dificultad y sufrimiento, pero Pedro tendrá que aprender que esa su buena voluntad de la que brotan sus palabras, no siempre coincide con la voluntad de Dios, quien, evidentemente, tiene una mirada mucho más amplia y verdadera: «¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!». Y tendrá que aprender también Pedro que el camino de la Gloria ─en este mundo herido por el pecado─ pasa antes por la Cruz. Lo tuvo que aprender Pedro y lo tenemos que aprender todos porque en este camino nos ha precedido el mismo Hijo de Dios dando nueva perspectiva y valor a toda dificultad y sufrimiento. Así podemos aplicar a la Cruz del Viernes Santo las palabras de Dios a Noé: «Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones».
MIÉRCOLES 19.02.2025
Miércoles de la 6ª semana del TO, impar.
En la primera lectura hay una tierra que ha sido asolada por el diluvio, como hay tantas vidas asoladas porque siguieron caminos equivocados. Y en el evangelio hay un hombre que vive la tristeza de ser ciego, como hay tantos corazones tristes porque son ciegos al misterio de Dios.
La tierra anhela que de nuevo la vida brote sobre ella. El ciego anhela ver la luz del sol. Y las vidas arrasadas y los corazones ciegos anhelan que la luz de Dios vuelva a brillar y dar vida a sus existencias.
Por la gracia de Dios, la tierra anegada se secará y florecerá una segunda creación. Y por la gracia de Dios hecha carne de nuestra carne en Jesús de Nazaret, el ciego será «curado y verá con toda claridad». Y nosotros, también por la gracia de Dios, somos invitados a orar para que muchas vidas “despistadas” vuelvan a encontrar el camino de la fe, la esperanza y la caridad.
Noé ofreció un sacrificio en holocausto y nosotros ofrecemos el sacrificio de la Eucaristía, en el que renovamos la entrega del mismo Hijo de Dios en el altar de la Cruz, por la salvación de la humanidad… Para que tú y yo, para que cada uno de nosotros, por su misericordia, tengamos luz y vida eterna. Con gratitud hacemos nuestras las palabras del salmo responsorial: «¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor».
MARTES 18.02.2025
Martes de la 6ª semana del TO, impar.
El autor del Génesis, cuando contempla el mundo de su tiempo parece que tuvo la misma sensación que tenemos todos cuando miramos tantas situaciones injustas y dolorosas de nuestro mundo… «que la maldad del hombre crecía sobre la tierra». Y por ello se pregunta, poniéndolo en labios del Señor, si de verdad ¿ha merecido la pena crear al ser humano? Cuestión que hoy hacen suya algunas ideologías ateas anteponiendo la supuesta salud del planeta y de los animales, a la vida de los seres humanos. La respuesta del mismo autor sagrado a esta cuestión nos dice que basta que en algún lugar perdido de la creación haya un justo, para que la creación haya merecido la pena. Basta uno, y Dios no se dejará ganar en generosidad. El misterio del Justo ─Jesucristo─ por cuya vida todos seremos salvados aparece pues ya apuntado desde las primeras páginas del Génesis. Pero, en general, nos pasa a nosotros como a los discípulos de Jesús en la barca: que nos entretenemos en discutir sobre cosas pequeñas, mientras que la grandeza del misterio infinitamente grande y generoso que se nos ofrece nos pasa desapercibido: «¿Y no acabáis de comprender?».
LUNES 17.02.2025
Lunes de la 6ª semana del TO, impar.
«Abel» es una palabra que significa «brisa, soplo», la misma palabra que en el libro del Qohélet se traduce como «vanidad de vanidades». Frente a la prestancia de Caín ─«cultivaba el suelo»─, Abel parece no ser gran cosa ─«pastor de ovejas»─. Sin embargo, Dios se fijará en la ofrenda de Abel. Así desde el comienzo de la Biblia aparece esbozada esa preferencia de Dios por los últimos, por los que no cuentan mucho a los ojos humanos… Y es que la economía divina no es cuestión de méritos, sino de gracia… Gracia de la que también será objeto el mismo Caín ─«Mi culpa es demasiado grande para soportarla»─ cuando Dios le marque para protegerle: «Y el Señor puso una señal a Caín para que, si alguien lo encontraba, no lo matase». ¡Pero cómo nos cuesta meternos en la mente de Dios! Es como si en lugar de dejarnos amar, así, sin más, como sea y para lo que sea, preferiríamos tenerlo “domesticado” con nuestros “méritos”, no sea que por el otro camino nos vaya a pedir demasiado. Es un poco también la dialéctica que se encuentra detrás de la petición «de un signo del cielo» que le hacen los fariseos a Jesús… y detrás de tantos comportamientos religiosos que no ponen el amor y la misericordia de Dios ─acogida y ofrecida─ en el centro de la experiencia religiosa: «¿Por qué recitas mis preceptos… tú que te echas a la espalda mis mandatos?».
DOMINGO 16.02.2025
6° domingo del Tiempo Ordinario, C.
A contracorriente de la opinión del rey y de la mayoría del pueblo le tocó profetizar a Jeremías en su tiempo. A contracorriente le tocó a Pablo muchas veces predicar el evangelio, y en concreto, la culturalmente difícil resurrección de los muertos. Y a contracorriente de nuestra lógica humana nos dice hoy Jesús: «Bienaventurados los pobres, los hambrientos, los que lloran, los odiados, los excluidos, los insultados y proscritos». Cuando falla lo razonable, cuando falla lo que sería normal de una vida o, incluso, se vuelve en contra, Él siempre está ahí a nuestro lado, ─en la soledad y en el abandono─ con su abrazo de misericordia, con su amor inmerecido… y esto es lo que nos hace «bienaventurados». Y se trata también de que las “satisfacciones” humanas de cualquier tipo tienen un límite, e incluso pueden ser una trampa, un ídolo, del que sólo Dios nos puede liberar. Y, al final, por un camino u otro, todos estamos llamados a aprender «a contracorriente» que «maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de sus criaturas, apartando su corazón del Señor» o bien que «dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos… y medita su ley día y noche».
SÁBADO 15.02.2025
Sábado de la 5ª semana del TO, impar.
Como los niños pequeños, como Adán y Eva, como todos… antes de hacerla nos la prometemos felices y estamos envalentonados, pero después de hacerla… nos avergonzamos, nos escondemos, no damos la cara… “Yo no he sido” o “ha sido menganito”, decimos. Pero lo mismo que los actos buenos son semillas de eternidad ─véase el evangelio de hoy─, los actos malos lo son de lo contrario y padecemos sus consecuencias. Afortunadamente, por su misericordia, Dios no nos deja abandonados: las túnicas de piel que Dios da a Adán y Eva señalan ya a la piel-vida-sangre de su Hijo derramada en la Cruz que limpia todos nuestros pecados y traiciones: «Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación».
VIERNES 14.02.2025
San Cirilo y San Metodio, patronos de Europa.
El papa Pío XI definió a estos dos hermanos como «hijos de Oriente, bizantinos de patria, griegos de origen, romanos por su misión, y eslavos por los frutos apostólicos». Hombres de corazón universal y amplitud de miras, ellos son siempre una invitación a abrirnos al Espíritu que es, en verdad, el único y verdadero protagonista del anuncio del evangelio. A Cirilo y Metodio les hicieron la vida imposible los misioneros galos quienes, como muchos contemporáneos suyos, creían que “sólo se podía alabar a Dios en griego, latín y hebreo”. Y, aunque no sea fácil reconocerlos, también en estos momentos tenemos prejuicios que recortan el anuncio del evangelio y el crecimiento de la Iglesia. Que los santos Cirilo y Metodio nos ayuden a descubrirlos y superarlos con su intercesión.
VIERNES 14.02.2025
Viernes de la 5ª semana del TO, impar.
Muchas voces susurran en nuestros oídos paraísos soñados o inimaginables. El anhelo de Dios que todos llevamos dentro se ve así engañado. La «serpiente» es el símbolo por excelencia de este engaño: maestra de la mentira, que al pretender acortar el camino que lleva a la gloria, nos arroja al infierno de nuestra desnudez… y acabamos por escondernos de la presencia de aquel a quien precisamente anhelábamos y buscábamos. El amor y de la mujer participa de este drama y así, lo que Dios nos ha regalado como sacramento de su amor, se pervierte para convertirse en infierno de violencia y cosificación o indiferencia. Señor, mete el dedo de tu Espíritu en nuestros oídos y toca con la saliva de tu gracia nuestra lengua, para que no escuchemos ni seamos transmisores de la mentira sino sólo de la Vida y del Amor que vienen de ti.
JUEVES 13.02.2025
Jueves de la 5ª semana del TO, impar.
En la tradición judeo-cristiana, el ser humano ha sido modelado de la tierra como los animales, pero, al mismo tiempo, el ser humano tiene algo que no tienen los animales: «Dios insufló en su nariz aliento de vida». Y en esa tensión entre lo animal y lo divino se desarrolla muchas veces nuestra vida: no somos animales, pero tampoco somos dioses, y así muchas veces, nos sentimos «solos», arrojados en el mundo. Hoy las ideologías tienden a polarizarnos en uno de estos extremos. La creación del ser humano como varón y hembra en la complementariedad de los sexos es la respuesta de Dios a esta tensión, de tal forma que el amor del varón y de la mujer, aunque puede tomar el camino del envilecimiento, es también la gran oportunidad que Dios nos da de elevar la vida a nivel divino. Y quizá sea por esto que, en el evangelio de hoy, será una mujer pagana la que le ayude a Jesús a seguir «creciendo en sabiduría y gracia ante Dios y los hombres»… a abrir su evangelio a todos los pueblos.
MIÉRCOLES de la 5ª semana del TO, impar.
2° relato de la creación: un relato lleno de ternura y poesía que terminaremos de leer mañana. Con toda delicadeza y cariño Dios modela al ser humano y lo coloca en el jardín del Edén. Tomemos hoy conciencia de esta grandeza y con el salmo 104 bendigamos también nosotros al Señor en este día: «Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto». El ser humano en el Edén, pero no somos dioses: la prohibición de comer del «árbol del conocimiento del bien y del mal» nos lo recuerda: sólo Dios es Dios. Pero a veces lo olvidamos, y lo ha olvidado la cultura en la que hoy vivimos insertos, como también lo olvidaban los «fariseos y letrados del evangelio» y por eso estaban más preocupados de la ley exterior que de la rectitud del corazón: «Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre», sentencia Jesús, para ellos y para nosotros. Ese interior de cada uno de nosotros que, como también nos recuerda el salmo 104, necesita estar siempre lleno del aliento divino: «Les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envía tu espíritu, y los creas, y repueblas la faz de la tierra». Del aliento divino y de esa comida divina que es la Eucaristía: «Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo: se la echas y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes». Amén.
MARTES 11.01.2025
Martes de la 5ª semana del TO, impar.
Al final de su obra creadora, Dios descansa. No es que Dios se desentienda de su obra creadora, es que deja que todo lo creado ─incluido el ser humano─ asuma y realice su propio papel y responsabilidad… su vocación. No es tan fácil como parece. Y así nos encontramos con que «los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén» no “descansan” nunca… Siempre pendientes de la letra de la ley, siempre desconfiados de lo que hacen los demás ─y, por supuesto, de Jesús─, etc. etc. Y así, a fuerza de no “descansar” la mente y el corazón se les cierra y acaban por traicionar a la ley a la que dicen servir: «Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestras tradiciones… y hacéis otras muchas cosas semejantes», les dice Jesús. Danos, Señor, la gracia de disfrutar del verdadero descanso, ese que sólo tú, por tu misericordia, nos puedes dar… ese que es confianza en Ti y en los demás.
LUNES 10.01.2025
Lunes de la 5ª semana del TO, impar.
El espíritu de Dios y su palabra van dando forma y dinámica al Universo, como si de los colores de un pincel se fuesen armonizando en un precioso cuadro o como si las notas musicales se fuesen integrando en una grandiosa melodía… «Y vio Dios que era bueno», hermoso, verdadero… Y la dinámica creadora ─no podía ser de otra manera─ se continúa en Jesús en la curación de los enfermos. Estoy convencido de que muchas enfermedades actuales tienen, en última instancia su origen en el haber perdido nuestra armonía con el universo, y nuestra capacidad de contemplar el mismo… como la obra de Dios… con admiración, con alabanza: «Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría; la tierra está llena de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía, al Señor!».
DOMINGO 09.02.2025
5° domingo del Tiempo Ordinario, C.
Como tantas veces la lógica divina no es la lógica de los hombres. Y así, para trabajar al servicio de Dios quisiéramos estar libres de toda debilidad y pecado. Pero esto, además de ser un imposible, puede ser indicio de soberbia. Lo único que Dios quiere de nosotros es que acojamos su misericordia, y esto no como un concepto teórico sino como realidad vivida en nuestro propio pecado. «¡Ay de mí… yo, hombre de labios impuros», dice Isaías. Y Pedro: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador». El testimonio de Pablo va en la misma línea: «No soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios». Y todo esto tiene su lógica: ¿cómo vamos a ser testigos de la misericordia divina manifestada en Cristo Jesús si nosotros mismos no la experimentamos cada minuto en nuestra propia vida? Con el salmo 138(137), le diremos hoy al Señor que «su misericordia es eterna y que no abandone la obra de sus manos». Que no me abandone en el derrotismo de pensar, como Isaías, que por culpa de mis pecados no sirvo para nada. Que no me abandone en el orgullo fanático de Saulo, de creerme ya en posesión de la verdad. O, finalmente, que no me abandone, como Pedro, en el no saber escuchar, pues por cualquier camino o cualquier persona puede llegar siempre a mi vida una palabra de Vida, una palabra de quien es inabarcable e inesperado… Jesucristo, nuestro Señor.
SÁBADO 08.02.2025
Sábado de la 4ª semana del TO, impar.
Los Doce se entusiasman por «todo lo que habían hecho y enseñado»: Es la obra de Dios que se realiza a través de nuestras pobres vidas. Y Jesús, a continuación, invita a los Doce a descansar: el verdadero descanso es el que realizamos con Jesús, aunque no sean más que unos minutos diarios de oración-comunión profunda. Finalmente, aunque su proyecto se vio interrumpido, Jesús no se enfada, sino que se compadece de la multitud que «andaban como ovejas sin pastor»: la paciencia infinita del Buen Pastor que a nosotros tantas veces nos falta. Que el Señor nos conceda, pues, «hacer siempre el bien y de ayudarnos mutuamente».
VIERNES 07.02.2025
Viernes de la 4ª semana del TO, impar.
Atrapado por los juegos del poder y por su pasión amorosa hacia Herodías, Herodes manda decapitar a Juan el Bautista. Su figura sigue siendo hoy de actualidad porque muchos contemporáneos nuestros están atrapados en “juegos” de poder y sexo semejantes a los de Herodes. Las redes sociales hacen que esta tentación sea hoy mucho más insidiosa y cercana para muchos. El antídoto, como nos recuerda la carta a los Hebreos, es una fe sincera: «El Señor es mi auxilio: nada temo… Acordaos de los que os anunciaron la palabra de Dios e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre». Una fe sincera que se concreta en «el amor fraterno… la hospitalidad… en acordarse de los presos… el respeto al matrimonio… en vivir sin ansia de dinero…» y, en definitiva, en «buscar el rostro del Señor porque él es nuestra luz y salvación».
JUEVES 06.02.2025
Jueves de la 4ª semana del TO, impar.
El Dios de Jesús es el Dios que, como canta un canto de Taizé, «sólo puede darnos su amor». No es el Dios «fuego tangible y encendido, densos nubarrones, tormenta, sonido de trompeta», etc. Sino el «Dios vivo… asamblea festiva»… Por eso, cuando Jesús envía a los Doce «dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos», los envía casi sin medios materiales, en pobreza y respeto a la libertad de los demás… Con frecuencia olvidamos que la fuerza del evangelio no es una fuerza al estilo humano, sino al estilo divino: la fuerza de la humildad, del respeto y del amor ofrecido, nunca impuesto.
MIÉRCOLES 05.02.2025
Miércoles de la 4ª semana del TO, impar.
¡Ay de los prejuicios! Sobre todo cuando estos prejuicios son desencadenados por la envidia: ¿cómo puede ser que el «hijo del carpintero» “luzca” más que yo? En los pueblos pequeños estas envidias son más visibles, pero existen en todos los contextos ─¡qué decir de nuestras sacristías o presbiterios!─ y el primer perjudicado es el propio envidioso o los envidiosos: Jesús «no pudo hacer allí ningún milagro». La envidia es como una lepra que mata la vida de Dios en nosotros, y contra la que tenemos que luchar en la vida espiritual, aunque nos sea dolorosa esa lucha: «Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión… luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella. Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes…».
MARTES 04.01.2025
Martes de la 4ª semana del TO, impar.
Dos personajes muy distintos se acercan a Jesús: uno, todo un jefe de la sinagoga; otro, una pobre mujer enferma y arruinada por culpa de su enfermedad incurable. Pero a ambos les une una misma impotencia: han agotado ya todos los recursos humanos que podían salvar a la hija, en el caso del jefe de la sinagoga, o a ella misma, en el caso de la mujer enferma. Podíamos decir que ambos han bajado al abismo de su pequeñez y dolor participando ya por adelantado de la Cruz del Viernes Santo y, por tanto, también por adelantado, han participado de la Resurrección del Señor que se manifiesta como sanación. Y de aquí surge una invitación para todos nosotros, especialmente cuando clamamos al Señor pidiendo por una sanación anhelada. Es la preciosa invitación que nos dejaba hoy el texto de la carta a los Hebreos: «Corramos con constancia en la carrera que nos toca, renunciando a todo lo que nos estorba y al pecado que nos asedia, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús (…) [Porque] todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado».
LUNES 03.01.2025
Lunes de la 4ª semana del TO, impar.
Hay un mal, una esclavitud al mal, que se manifiesta de forma brutal en el mundo y se puede reconocer fácilmente. Es el mal ─la esclavitud─ que padece el hombre del evangelio «poseído de espíritu inmundo». Pero hay un mal ─una esclavitud al mal─ más sutil, más difícilmente reconocible. La padecen aquellos que anteponen sus bienes materiales o su bienestar al bien de las personas: «Ellos le rogaban que se marchase de su comarca». Y todos, de una forma u otra, padecemos algún tipo de esclavitud al mal y, muchas veces, también nosotros le decimos a Jesús «no me atormentes». Él quiere liberarnos de todo mal, él «tiene preparado algo mejor a favor nuestro» ─decía la carta a los Hebreos─, pero nosotros nos hemos acomodado en la mediocridad… Que el Señor «haga por mí ─cada uno de nosotros─, prodigios de misericordia».
DOMINGO 02.02.2025
La Presentación del Señor
Quien no necesitaba ser rescatado ─Jesús─, fue rescatado… ¡con la ofrenda de los pobres!: Quien era rico, por nosotros se hizo pobre. Y María, unida, por gracia, al misterio de su hijo, y siguiendo sus mismos pasos: Quien no necesitaba ser purificada ─la Inmaculada Concepción─, fue purificada. Y así, una vez más el amor de Dios se manifiesta ante nosotros en toda su grandeza e intensidad, para que el misterio de Jesucristo sea Luz de nuestras vidas… como lo fue para Simeón, para Ana, para María… Una luz que nos invita a mirar la realidad de la vida ─por dura y difícil que sea─ con ojos nuevos y así descubrir en medio de ella la presencia viva del Señor.
Cuando cada noche, antes de irnos a acostar, la Iglesia nos invita a rezar el «Nunc Dimitis» es una forma de que nos preguntemos si en los acontecimientos de ese día, no sólo el Señor ha sido nuestra Luz y Gloria, sino también si hemos visto su presencia en dichos acontecimientos y, en definitiva, si también nosotros hemos «crecido y nos hemos robustecido» en la fe.
SÁBADO 01.02.2025
Sábado de la 3ª semana del TO, impar.
Pero aprender el “lenguaje” de Jesús, del que hablábamos ayer, no es fácil. ¡Tenemos todos tantos miedos que desterrar! Por eso, en nuestra vida, se «levantan tormentas» mientras Jesús parece dormido, como si no le importásemos. En el fondo quizá lo que él quiere es que también nosotros nos espabilemos y nos atrevamos a gritarle, como los discípulos: «maestro, ¿no te importa que perezcamos?». Los grandes creyentes, como Abrahán o Sara, antes de llegar a serlo, también vivieron sus «tormentas». La fe no es nunca una meta alcanzada, sino un camino ─una senda en el mar─ a recorrer cogidos de la mano a aquel que «hasta el viento y el mar lo obedecen». Él es «la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian…».
VIERNES 31.01.2025
Viernes de la 3ª semana del TO, impar.
Los medios económicos y tecnológicos son hoy tan potentes que, sin querer, a los creyentes se nos falsea la mirada sobre el Reino pensando que los medios del poder son también los nuestros. Así que Jesús hoy nos recuerda cuál es su “lenguaje” y, por tanto, el lenguaje que nosotros debemos “hablar” cuando tratamos de las cosas de la fe: Abiertos al misterio y al poder de Dios ─«la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo»─, abiertos al poder de lo pequeño, de los pequeños gestos de amor y servicio, ─«la semilla más pequeña… se hace más alta que las demás hortalizas»─, y actuando con «valentía» ─«que tendrá una gran recompensa»─ y con «paciencia» porque «el que viene llegará sin retraso». En resumen, como proclamábamos en el salmo: «Confía en el Señor y haz el bien… Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará…».
JUEVES 30.01.2025
Jueves de la 3ª semana del TO, impar.
La comunidad a la que se dirige la carta a los Hebreos es una comunidad doblemente sometida a prueba: desde fuera por la persecución y desde dentro por el abandono de algunos de sus miembros. Pasó entonces y sigue pasando hoy. Jesús lo sabía y por eso hoy nos dice que «no hay nada escondido, sino para que sea descubierto; y que no hay nada oculto, sino para que salga a la luz». La última palabra y la última verdad sobre nuestra vida y nuestra historia la tienen nos los hombres sino él mismo: «la misma medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces». Palabras que no tienen por objetivo amedrentarnos, sino darnos ánimos porque «es fiel quien hizo la promesa». Así que también nosotros «mantengámonos firmes en la esperanza… estimulémonos en la caridad y en las buenas obras… no faltemos de las asambleas… y animémonos…». «Busquemos al Señor, busquemos su rostro» sin desfallecer.
MIÉRCOLES 29.01.2025
Miércoles de la 3ª semana del TO, impar.
Tuvo que ser algo muy revolucionario, y difícil de digerir por el legalismo judío ─y lo sigue siendo hoy para muchos─ el que «el sembrador saliera a sembrar» libremente, sin exigencias previas, y que la semilla cayese en todo tipo de terrenos… en todo tipo de corazones: «Pondré mis leyes en sus corazones y las escribiré en su mente, y no me acordaré ya de sus pecados ni de sus culpas». Simplemente, a nivel humano, nos cuesta sentirnos queridos libre y gratuitamente… la “meritocracia” nos traiciona. Mucho más a nivel religioso. Y es precisamente ese “reinado del mérito” ─en las antípodas de la verdadera humildad─ el que nos hace tantas veces poco receptivos ante la Palabra de Dios. Esa palabra de Dios que hoy, a través del salmo responsorial, nos recuerda que por Jesucristo: «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento… yo mismo te engendré…».
MARTES 28.01.2025
Martes de la 3ª semana del TO, impar.
El jueves pasado decíamos que el carné de identidad de Jesús es este «He aquí que vengo para hacer tu voluntad». Y nos dice la carta a los Hebreos que «conforme a esa voluntad, todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecho de una vez para siempre». La voluntad de Dios no es una voluntad tiránica ni sádica, es voluntad de amor y misericordia. Jesucristo es la manifestación plena de esa voluntad que no siempre es entendida o quiere ser entendida por los que le rodean: los escribas, los fariseos, el mismo Pedro… y hoy, en el evangelio, su propia familia. Es normal: el misterio de Jesucristo es tan inabarcable que nos hace falta mucha gracia y tiempo para hacerlo nuestro… buscando, escuchando y cumpliendo «la voluntad de Dios».
LUNES 27.01.2025
Lunes de la 3ª semana del TO, impar.
«Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos». Y este «todos» tiene una fuerte carga profética, porque en general todos tenemos tendencia a cerrarnos sobre los “nuestros”: los que piensan como yo, los que rezan como yo, los que practican como yo, etc. Y ahí están «los escribas bajados de Jerusalén»: ¡Qué obstinación ─dureza de corazón y de mente─ muestran! Con tal de no salir de su “religiosidad confortable, segura…” Y yo me pregunto si ¿no nos pasará también algunas veces algo parecido? Hay posturas intransigentes o juicios condenatorios que así parecen mostrarlo… En este contexto, las palabras de Jesús son siempre para los creyentes una invitación a revisarnos con humildad: «Todo se les podrá perdonar a los hombres… pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás…». Si la “seguridad” en la fe excluye la capacidad de autocrítica hacia uno mismo o la misericordia hacia los demás… ¡ojo!
DOMINGO 26.01.2025
3° domingo del Tiempo Ordinario, C.
La palabra de Dios proclamada delante de la Puerta del Agua toca el corazón de aquellos judíos tras los largos y fatigosos años de reconstrucción de la ciudad santa y su templo: anuncian así y hacen presente anticipadamente el misterio de Jesucristo. La palabra de Dios proclamada por Jesús en la sinagoga de Nazaret se cumple en él, que es la Palabra verdadera hecha carne por nuestra salvación. Y Lucas recopilando y relatando «los hechos que se han cumplido entre nosotros» elabora una parte de esa palabra que es testimonio del misterio de Jesucristo y lo anunciará y hará presente a las futuras generaciones de creyentes. Nos dice el papa Francisco: «en medio del aturdimiento y la vanidad de las palabras humanas, necesitamos la Palabra de Dios, porque es la única palabra que sirve de brújula para nuestro camino»… ella nos habla y nos hace presente al Señor resucitado. Agradezcamos pues el don de la Palabra y leámosla, pero no de cualquier forma, sino bajo la acción del Espíritu Santo y en la comunión de la Iglesia, donde ese mismo Espíritu suscita maestros que nos ayudan a mejor comprenderla.
SÁBADO 25.01.2025
La Conversión de san Pablo.
Saulo no era un cualquiera. Era un hombre teológicamente muy preparado, «buen conocedor de las tradiciones de sus mayores», pero le faltaba lo que hoy le falta a muchos creyentes: “conocer” a ese Jesús que se identifica con los pequeños, pobres y perseguidos de la fe y de la historia: «Yo soy Jesús a quien tú persigues». Y no sólo esto, sino también, le sobraba vivir una religiosidad centrada sobre sí mismo ─yo sé, yo hago, yo me esfuerzo…y le faltaba vivir una religiosidad centrada en Dios ─Dios me da su gracia, Dios me ama, Dios me lleva de su mano, Dios me perdona…─. Y Dios, en el camino de Damasco, le regaló esa gracia y de Saulo pasó a ser Pablo… san Pablo, el gran apóstol de los gentiles. El camino de Pablo es el mismo camino que todos, con la gracia divina, estamos llamados a recorrer porque, como nos dice el mismo san Pablo en su 2ª carta a los Corintios « «Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad» (2Cor 12, 9), porque «firme es su misericordia con nosotros y su fidelidad dura por siempre».
SÁBADO 25.01.2025
Sábado de la 2ª semana del TO, impar.
Imaginamos que a Nazaret no sólo llegarían las noticias de los milagros de Jesús y de las multitudes que lo seguían, sino también de la enemistad que se iba ganando con fariseos y letrados, y de los manejos de estos para «quitárselo de en medio». Seguro que no les sería fácil a los familiares, y menos, viviendo en un pueblo pequeño. Esa incomprensión de la familia forma parte ya de esa «sangre de Cristo que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha… para que demos culto al Dios vivo». Que el Señor nos dé, unidos a él, la gracia de transformar las incomprensiones y contrariedades de la vida (y de la vivencia de la fe) en ese «culto al Dios vivo».
VIERNES 24.01.2025
Viernes de la 2ª semana del TO, impar.
Desde un punto de vista meramente humano, Jesús no tenía mucha visión de empresario ni de marketing. Pero lo suyo ─y esto a veces lo olvidamos─ no es una empresa humana, sino divina: «Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo». No sé si muchas veces nos damos cuenta el cambio de mentalidad (y de corazón) que implica el misterio de Jesús; el mismo cambio que Jesús regaló a los doce apóstoles: «Todos me conocerán, del menor al mayor, pues perdonaré sus delitos y no me acordaré ya de sus pecados». No es cristiano ir por la vida de “santo y puro”, pero tampoco lo es desconfiar de la misericordia de Dios y darle vueltas y vueltas a nuestras infidelidades y pecados. «Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación».
JUEVES 23.01.2025
Jueves de la 2ª semana del TO, impar.
«Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad… Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas». Este es el “documento de identidad” de Jesús, y eso se nota, se trasparenta y se ve en las «curaciones» y en la reacción de «los espíritus inmundos». Las «muchedumbres» lo captan y «lo siguen». La autenticidad en la vida de una persona siempre atrae y produce frutos. La hipocresía, nunca. Todo un reto para los pastores y cristianos de nuestros días en medio de un mundo agresivo con lo cristiano. Que también nosotros tengamos el mismo “documento de identidad” que Jesús: «Aquí estoy».
MIÉRCOLES 22.01.2025
Miércoles de la 2ª semana del TO, impar.
El enfrentamiento de Jesús con las autoridades religiosas judías sigue en aumento. Ahora lo que está en juego no son unas normas, sino la propia dignidad de una persona que el judaísmo consideraba impura o culpable por sus pecados o por los de sus padres. Por eso lo primero que hace Jesús es «ponerlo en medio» y plantear la pregunta esencial: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?». Y aquí hay una fuerte llamada de atención de Jesús para las personas religiosas, no en vano dice el evangelio que Jesús «echa en torno una mirada de ira y se duele de la dureza de su corazón», el corazón de los que le espiaban: que la rectitud con la que cada día intentamos vivir nuestra fe y fidelidad al Señor, no nos hagan caer en la tentación de la soberbia de creernos superiores o jueces de los demás… que no nos confabulemos con los herodianos» del mundo. Si algo en la vida espiritual hemos logrado, no es nuestro mérito sino la gracia del Señor en nosotros: ¡Señor, «tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec»!
MARTES 21.01.2025
Martes de la 2ª semana del TO, impar.
Un nuevo episodio en el que se pone de manifiesto, una vez más, la incomprensión de los fariseos hacia Jesús. Lo fácil es agarrarse a la ley. Lo difícil, tratar de vivir en cada momento el amor y la fe que sustentan la ley: «El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado». No es fácil y, por ello, a veces podemos caer en lo contrario, en el agarrarnos a la “no-ley”, es decir, en hacer siempre lo contrario de lo que dice la ley. «Aferrémonos» con humildad al Señor, ─«él da alimento a los que lo temen»─, y así «cobremos ánimos y fuerza» para caminar según su voluntad, y no según la nuestra.
LUNES 20.01.2025
Lunes de la 2ª semana del TO, impar.
Los discípulos de Juan y los fariseos, con su mejor intención, ayunaban cumpliendo las normas religiosas de su tiempo, por ello no comprendían la actitud de Jesús y sus discípulos. La respuesta de Jesús les invita a intentar descubrir que “algo nuevo” y diferente está ya ocurriendo con su venida: «¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?» Y, al mismo tiempo, que para descubrir esto se necesita un cambio de mentalidad y actitud ─el «paño nuevo», los «odres nuevos»─. Pero no siempre las persona religiosas estás dispuesta a dejarse interrogar por lo que hace tambalear sus convicciones. Cuando nuestras “seguras” convicciones religiosas se vean removidas, antes de dejar que la violencia ─contra los otros─ se apodere de nosotros, «presentemos a gritos y con lágrimas, oraciones y súplicas», como Jesús en Getsemaní, para ser también nosotros llevados «a la consumación».
DOMINGO 19.01.2025
2° domingo del Tiempo Ordinario, C.
Se terminó el vino en las bodas de Caná y se terminó la ilusión de los judíos regresados desde el exilio en Babilonia. Todo se termina en esta vida: las ilusiones, la salud, los proyectos… y hasta la misma vida. Lo sabemos, pero nos cuesta asumirlo y corremos detrás de quimeras inalcanzables. Pero donde lo humano se agota y no da más de sí, aparece Dios como posibilidad y plenitud. Y hoy María, la madre de Jesús, nos invita: Cuando se os acabe el vino de la vida, cuando la ilusión languidezca y las fuerzas enflaquezcan, «haced lo que Él os diga». Y lo primero que Jesús nos dice, no es haz esto lo otro, sino, cree en mi amor: «Ya no te llamarán “Abandonada”, (…), porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá un esposo». Jesús es el esposo del Nuevo Testamento, la Iglesia es su esposa y, en ella, María su madre, su primera discípula y nueva Eva. Y en ella, también nosotros bajo la acción del Espíritu «para el bien común».
SÁBADO 18.01.2025
Sábado de la 1ª semana del TO, impar.
Hoy se confunden las cosas. Muchas personas creen poder exigir que la Iglesia sea misericordiosa con ellas, pero lo que en realidad le están pidiendo es que les deje hacer lo que les dé la gana, y, encima, ¡que se lo aplauda! Otros, por el contrario, siguen colocando la ley por encima de la misericordia, olvidándose de que tenemos un «capaz de compadecerse de nuestras debilidades porque ha sido probado en todo como nosotros, menos en el pecado». Como ejemplo emblemático están los «escribas y fariseos» del evangelio. La verdadera misericordia ─que la necesitamos todos─ no se exige, se acoge como un don y «penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu; (…) juzga los deseos e intenciones del corazón». La verdadera misericordia, por tanto, siempre es una invitación para revisar la propia vida y cambiar en ella algunas cosas o muchas. Esta es la misericordia con la que Leví se sintió mirado y llamado por Jesús… y su vida cambió: de publicano a apóstol. Señor, «da luz a mis ojos».
VIERNES 17.01.2025
Viernes de la 1ª semana del TO, impar.
Hay parálisis que se ven, de las que nos damos cuenta. Suelen ser las físicas. Las parálisis del alma son más difíciles de ver. Así pues, «temamos», como nos dice el autor de la carta a los Hebreos, y nunca «creamos haber perdido nuestra oportunidad». Oportunidad que le llegó al paralítico del evangelio porque otros hombres cargaron con su camilla y lo pusieron delante de Jesús. Quizá también nuestra oportunidad esté en tener la humildad de encomendarnos a la fe, consejo y oración-súplica de los demás… aunque pensemos que no lo necesitamos. Que no tengamos vergüenza de pedir a otros que recen por nosotros.
JUEVES 16.01.2025
Jueves de la 1ª semana del TO, impar.
Cada mañana, en el Invitatorio, la Iglesia nos pide rezar el salmo 95(94). Es una forma de comenzar el día alabando al Señor, pero al mismo tiempo, tomando conciencia de nuestra fragilidad: también a nosotros, como a los Israelitas en el desierto, se nos puede «endurecer el corazón», especialmente en las adversidades. El autor de la cara a los Hebreos, que escribe a una comunidad en dificultades internas y externas, nos lo ha recordado hoy, al tiempo que nos exhorta: «Animaos (…) los unos a los otros (…) para que ninguno de vosotros se endurezca…». La peor «lepra» que se nos puede colar en el alma a los creyentes es la de estar muy seguros de nosotros mismos y creernos por encima de los demás, pensar que esto no nos puede pasar a nosotros: Señor, «si quieres, puedes limpiarme»
MIÉRCOLES 15.01.2025
Miércoles de la 1ª semana del TO, impar.
Hoy, como en tiempos de Jesús, hay personas postradas, sin ánimo para vivir, como «la suegra de Pedro», que esperan una mano tendida que les saque de su postración… Hay personas enfermas y endemoniadas (sea cual sea el nombre que hoy le demos), que esperan sufrientes un milagro sanador… Y también hoy, como en tiempos de Jesús, están las personas que «cogen de la mano y levantan», que «curan y echan demonios», y personas que dedican su vida a orar por todos en «la madrugada, cuando todavía todo está muy oscuro»… Estas sostienen a aquellas en sus fatigas y trabajos, y aquellas dan sentido a la vida y a la oración escondida de estas… Y entre todos juntos, como «hijos de Abrahán», como Iglesia, seguimos haciendo presente a Jesús Sanador-Salvador, en medio de la historia. «¡Que se alegren los que buscan al Señor!», proclamamos en el salmo responsorial. Alegrémonos pues nosotros en esta celebración, y pidamos que nunca caigamos en la tentación de buscar el éxito: «Vámonos también nosotros a otra parte», dice Jesús. A esa «parte» que es la perseverancia-fe que no se deja vencer por el cansancio… A esa «parte» que es el servicio-amor que no se deje ahogar por las incomprensiones… A esa «parte» que es la alegría-esperanza que no se deja apagar ante las oscuridades… Amén.
MARTES 14.01.2025
Martes de la 1ª semana del TO, impar.
Yo soy uno de esos que se «asombra de tu enseñanza»… Yo soy ese que «tenía un espíritu inmundo»… Yo soy ese que te confiesa «el Santo de Dios»… Yo soy uno de esos que se pregunta estupefacto, “¿Qué es esto?”»… Pero a veces me siguen distrayendo las cosas del mundo con su banalidad, incluso a veces me gustaría que no hubieras sido tan radical en tu entrega y «sufrimiento», que nos hubieras puesto las cosas más fáciles… Incluso ha habido momentos de mi vida en que yo también te he gritado: «¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús Nazareno?»… Pero, al mismo tiempo, siempre he vivido que tú nunca me has abandonado y que también son para mí estas palabras llenas del río de tu compasión y misericordia: «¡Cállate y sal de él!». «¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!».
LUNES 13.01.2025
Lunes de la 1ª semana del TO, impar.
Simón y Andrés, Santiago y Juan tenían un oficio y una familia. Podíamos decir estaban bien situados en la vida, ¿qué más necesitaban? Pues necesitaban lo que todos necesitamos, lo que hoy nos falta tantas veces en nuestras sociedades occidentales: el agua de la Vida, la Luz de Dios. Los primeros apóstoles intuyeron que esa respuesta estaba en Jesús, aunque tardarían tiempo en comprender su verdadero significado: «Él es reflejo de la gloria de Dios, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de la Majestad en las alturas…». Ese significado que nosotros, al menos a nivel teórico conocemos, por ello, acojamos hoy en nuestro corazón las palabras de Jesús: «Convertíos y creed en el Evangelio», porque el misterio de Jesús es siempre un pozo sin fondo.
DOMINGO 12.01.2025
El Bautismo del Señor, C.
Hoy, en el mundo occidental, los viajes son un producto de consumo más. Viajamos muchos, incluso a lugares exóticos, pero no nos “mojamos”. Atrás quedan aquellos aventureros que se adentraban en países y culturas desconocidas (o casi) pero que interactuaban con los nativos. Hoy, el nativo, a veces sólo se usa para hacerle una foto y contar a la vuelta que “estuve allí”, pero con ello hemos perdido una gran riqueza. No es el caso de Jesús: cuando el Hijo de Dios se encarna, no sólo toma nuestra carne mortal, sino que colocándose a la fina de los pecadores ─él, que no tenía pecado─ recibe el bautismo de conversión en el Jordán. Para cambiar el mundo, hay que amarlo desde dentro y desde abajo, como Jesús nos ha amado: «se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre, (…) según su propia misericordia, (…) para que, justificados por su gracia, seamos, en esperanza, herederos de la vida eterna». Por ello hoy, agradecidos ─«Bendice, alma mía al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres!»─ volvemos nuestro corazón hacia él para, en medio de las tristezas de la vida, recibir su fuerza y su consuelo: ««Consolad, consolad a mi pueblo —dice vuestro Dios—; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio y está pagado su crimen… Mirad, viene con él su salario y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, reúne con su brazo los corderos y los lleva sobre el pecho; cuida él mismo a las ovejas que crían».
SÁBADO 11.01.2025
Sábado después del Domingo de Epifanía.
Al final del recorrido por este tiempo de Adviento-Navidad, de nuevo la figura de Juan el Bautista con su humildad: «Yo no soy el Mesías, sino el que he enviado delante de él… Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar». Humildad de Juan que refleja la humildad y el amor del Hijo de Dios cuando, por nosotros, tomó nuestra condición mortal. Y humildad que todos nosotros, como creyentes, estamos llamados a vivir siempre. Pidámosla con profunda fe como nos invita san Juan: «En esto consiste la confianza que tenemos en el Hijo de Dios, en que, si pedimos algo según su voluntad, nos escucha». Sería el mejor fruto de esta Navidad que hemos celebrado.
VIERNES 10.01.2025
Viernes después del Domingo de Epifanía.
Y Jesús se muestra también como «luz que brilla en las tinieblas» cuando cura al leproso del evangelio de hoy: «Quien tiene al Hijo tiene la vida, quien no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida». Lo es a nivel humano: quien haya experimentado una grave y dolorosa enfermedad, lo sabe bien. Pero el milagro de Jesús va más allá, porque la lepra física es imagen de la lepra del alma, del pecado. Ese pecado que sutilmente se nos va colando en el alma como sin darnos cuenta, y cuando nos la queremos dar, ya es tarde, porque nuestra fe ya no es la fe la Iglesia sino la que nosotros nos hemos fabricado: «Os he escrito estas cosas» para que no perdáis «la vida eterna» que ya tenéis en vosotros. Que no nos falte nunca ni esta súplica ni la actitud humilde que a ella subyace: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Porque el Señor siempre tiene preparada la misma respuesta: «Quiero, queda limpio».
JUEVES 09.01.2025
Jueves después del Domingo de Epifanía.
De momento, Jesús por su forma de decir y por la hondura desde la que lo dice, provoca «aprobación y admiración». Él es «la estrella-luz que brilla en las tinieblas». Pero los nazaretanos no dejarán que esta luz brille mucho entre ellos. “Pueblo pequeño, infierno grande”, decimos en mi tierra: ¡qué mala es la envidia! Y se ve que tampoco habían dejado durar mucho la luz de Jesucristo los destinatarios de la primera carta de San Juan: «Si alguno dice: “Amo a Dios”, y aborrece a su hermano, es un mentiroso…». Creer en un Cristo hecho a mi medida, es relativamente fácil, pero «postrarse y adorar» al Señor verdadero para lo que sea y como sea, ya es otro cantar. Conscientes de ello, empecemos no queriendo construir una gran torre, sino algo pequeño: «guardemos los mandamientos» con profunda fe.
MIÉRCOLES 08.01.2025
Miércoles después del Domingo de Epifanía.
Jesús no les dejó tiempo a sus discípulos para que cayeran en la tentación de recrearse en el éxito que supuso la multiplicación de los panes, y así «les apremió a que subieran a la barca». Y en la barca, sin Jesús, ¡con lo que nos gusta a todos que nos aplaudan y nos pasen la mano!, imaginamos los pensamientos y las palabras que se cruzaron entre ellos… Quizá hasta hubo palabras de decepción hacia Jesús. Es humano. Los vientos contrarios que azotan la barca no son sino reflejo de esa contrariedad que los discípulos viven.
Y así los ánimos en la barca, «sin fuerzas para remar», Jesús, señor de las aguas y de la historia, «hace ademán de pasar de largo». Es como si el Señor les retase: ¿Queréis fiaros de mí, aunque no me entendáis, o preferís seguir caminando solos según vuestros propios criterios?
Los discípulos de Jesús estaban en el comienzo de su discipulado, pero las comunidades a las que escribe Juan ya tienen otra perspectiva ─la pascual─, y sin embargo el reto sigue siendo el mismo: ¿Queréis embarcaros conmigo en la aventura del amor sin fondo «con que Dios os amó» y que estáis llamados a dar, o preferís vivir de vuestros pequeños y pobres criterios?
«Jesús entra en la barca y amaina el viento», y san Juan nos ha dicho «no hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor». A nosotros de elegir un día más al Señor, y de «postrarnos ante él y adorarle…».
MARTES 07.01.2025
Martes después del Domingo de Epifanía.
También Jesús se manifiesta «como luz que brilla en las tinieblas» cuando su corazón se compaece de las multitudes hambrientas. No es sino signo y expresión de la compasión que Dios ha tenido con nosotros al enviarnos al Hijo para darnos, lo que para nosotros es imposible, la Vida Eterna. La respuesta de los discípulos al imperativo del Señor ─«Dadles vosotros de comer»─, no es sino reflejo de esa nuestra pequeñez e impotencia. Ante los retos que la vida de fe y la vida en el mundo nos va poniendo delante cada día, volvamos nuestro corazón, ─«postrémonos y adoremos»─ a quien «nos amó primero»… generosamente, gratuitamente, infinitamente… «Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra»… y yo soy invitado a hacerlo con ellos.
LUNES 06.01.2025
Lunes después del Domingo de Epifanía.
Jesús comienza su vida pública bajo el signo de la Cruz ─el «arresto de Juan»─, y la sombra de la cruz lo seguirá hasta el final, hasta el Calvario. Pero la Cruz ya ha empezado a dejar de ser fracaso para convertirse en Pascua, Pascua de Resurrección en los «enfermos curados» y en las «multitudes que lo seguían»… «Luz grande» que brilló y sigue «brillando en las tinieblas» de los corazones, de las gentes y de los pueblos… a pesar de los anticristos que hubo y que hay… a veces, disfrazados de ángeles de luz: «Queridos míos: no os fieis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo». Danos, Señor, la gracia de discernir «el Espíritu de la verdad y el espíritu del error». Amén.
DOMINGO 05.01.2025
La Epifanía del Señor, C.
La luz eléctrica de nuestras ciudades no nos deja ver en las noches el cielo estrellado, y a fuerza de no ver el cielo estrellado nos hemos creído nosotros las estrellas del universo o hacemos de pobres mortales estrellas de nuestra vida. Así hemos perdido la virtud de la humildad. Las pantallas electrónicas han acabado por rematar la (mala) jugada: ya lo “sabemos” todo, ya lo tenemos todo a la mano, y para buscar no necesitamos movernos del sofá de casa. Y, sin embargo, para saborear la vida y para que la vida tenga sabor, hay que ponerse en camino sin dejarse esclavizar por las pantallas… hay que relacionarse, preguntar e interactuar con los otros ─mi yo sin los otros se muere─… y, sobre todo, hay que saber «postrarse y adorar» el misterio del Dios presente en la opacidad de la vida de cada día… en mí, en ti, en los otros, en la vida… Niño de Belén, guíanos en estos momentos en que tantos se han convertido en Herodes y quieren ser luz que te eclipse a ti, única y verdadera luz que brilla en las tinieblas del mundo…
SÁBADO 04.01.2025
4 de enero.
El recuerdo del primer encuentro de Jesús con sus primeros discípulos está bañado por la luz de la Pascua. Desde estas primeras experiencias hasta que fueron puestas por escrito, han pasado más de 60 años. Incluso algunos de los protagonistas ya han entregado su vida por el Señor, en el martirio. Así, para el evangelista, palabras o expresiones como «Cordero de Dios», «Rabí», «hora décima», «Mesías». «tú te llamarás Cefas», ya no son una “aventura” a descubrir o una teoría a elucubrar, sino que tienen un fuerte contenido teológico-experiencial-vivencial… Y así, el «venid y lo veréis» es una invitación a los creyentes de todos los tiempos ─a nosotros, por ejemplo─ a no dejar convertida nuestra fe en una rutina vacía, o en una teoría sin compromiso, sino todo lo contrario, en un «obrar la justicia», la justicia de Dios que es el perdón y la gracia, y el «amor al hermano».
VIERNES 03.01.2025
3 de enero.
La vida es regalo de Dios… La fe es regalo de Dios… El «ser hijos de Dios» es regalo de Dios … Lo «que aún no se ha manifestado qué seremos» es regalo de Dios… Regalo de Dios que se nos ha dado por Jesucristo, «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Este es el testimonio de Juan Bautista, de los santos, de la Iglesia… que nosotros somos invitados a acoger, no pasivamente, no de brazos cruzados, pues se malograría el don, sino «obrando la justicia», «permaneciendo en Jesucristo», «aclamando al Señor con toda la tierra»… Que la gratitud, la alabanza, la caridad, la esperanza y la fe no falten de nuestro corazón a lo largo de este año que acabamos de comenzar.
JUEVES 02.01.2025
2 de enero.
Con qué facilidad el «yo» ocupa el lugar de Cristo, aunque nuestra lengua lo siga nombrando… Cuántas veces se cumple, tristemente, aquello de “Dime de qué cacareas y te diré de qué careces”. Pasa a nivel personal, pero pasa también a nivel comunitario, y así tenemos pastores y comunidades sabihondas y poco humildes que son como apisonadoras que todo lo aplastan. La primera lectura se hace eco de este problema en las primeras comunidades cristianas. De ahí la insistencia de Juan en el texto de la primera lectura de hoy: «¿Quién es el mentiroso…? Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros… Ojo a los que tratan de engañaros… Permaneced en él…». La contrapartida a esta actitud «mentirosa» la pone la figura de Juan el Bautista en el evangelio: Sólo «soy la voz que grita en el desierto…». Sólo «yo bautizo con agua…». Y ni siquiera «soy digno de desatarle la correa de la sandalia». Que, como creyentes, a lo largo de este año crezca en nosotros esta actitud humilde… ante Dios y ante los demás.
MIÉRCOLES 01.01.2025
Santa María, Madre de Dios.
Coincidencia en el primer día del año del misterio de la maternidad divina de María y la 58ª Jornada de Oración por la Paz. Hay algo en común. La pequeñez que María ante el anuncio de Gabriel de que va a ser la Madre de Dios, la experimentamos nosotros cuando contemplamos el panorama actual de la guerra en nuestro mundo y quisiéramos ser portadores de la paz: «¿Cómo va a ser eso si…?» Y, ante esa pequeñez, la respuesta del ángel también nos vale a nosotros: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo…». La verdadera Paz no es la obra de los hombres ─no es la obra de Augusto, el emperador romano─, es la obra de Dios, por su gracia, ─«Gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz…»─ a través de los pequeños y humildes: María, José, los pastores… Jesús, «Dios salva», Dios es en Jesús la bendición para el mundo, el cumplimiento de todos los anhelos del corazón humano… Volvámonos un poco más a Él en este 2025 que hoy comienza.
MARTES 31.12.2024
7° día de la Octava de Navidad.
Último día del año. Miramos hacia atrás. Es hora de revisión antes de abordar mañana el nuevo año. Empecemos dando gracias a Dios por la fe en el «Verbo que existía desde el principio junto a Dios… y era Dios… y por Él fueron hechas todas las cosas… ─yo también─, y me ha dado poder para ser hijo de Dios…» ¡Qué admirable misterio del que, por gracia, formamos parte! Y sigamos… Sigamos pidiendo perdón porque quizá, en algún momento del año que termina, hemos dado más crédito a los «anticristos», profetas de calamidades y desánimos, que pululan en tiempos de crisis como el presente. Quizá no estén demasiado lejos: «Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros». A veces, la delgada línea roja que separa la fe verdadera de la falsa es muy delgada: «Vino a los suyos y los suyos no le recibieron». ¡Que no nos atrapen! Danos, Señor, la gracia de vivir el 2025 en «la verdad»… en Ti.
LUNES 30.12.2024
6° día de la Octava de Navidad.
Está cerca el final de un viejo año y el comienzo de uno nuevo. Aquellos años que, cuando éramos niños, nos parecía lejanísimos, resulta que ahora ya se han quedado atrás. «El mundo pasa, y su concupiscencia» nos dice san Juan. Otras traducciones dicen: «El mundo pasa, y con él, sus deseos». Hay deseos buenos y deseos malos: los primeros se anclan en Dios y su voluntad, y nos llevan a Él; los segundos nos alejan de Él y son un pozo sin fondo que nos esclaviza. De estos no nos llevaremos nada para la Eternidad… pasan. La «profetisa Ana» aprendió muy pronto dónde debía estar su corazón, cuando a los siete años de casada se quedó viuda; y en lugar de pasarse la vida llorando por la dolorosa pérdida del marido, o de entregarse a los deseos del mundo, dedicó toda su vida a «servir al Señor». Y no sólo la profetisa Ana… Así que, «alégrese el cielo, goce la tierra».
DOMINGO 29.12.2024
Domingo de la Sagrada Familia, C.
“Ser hijo/a” es como un sacramento que nos habla de nuestra filiación divina: en ésta encuentra nuestro “ser hijos/as de una familia humana” su luz y fuerza. “Ser padre/madre es también como un sacramento, en este caso, de la paternidad/maternidad divina: en ésta encuentra nuestro “ser padre/madre de una familia humana” su luz y su fuerza. Es un don: «Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues lo somos». Un don, un hermoso don que, si lo acogemos, modela y orienta la vida con un horizonte de luminosa esperanza: «Ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado todo lo que seremos…». Un don, un inconmensurable don que nos pide a gritos una respuesta creyente y entregada: «Este es mi mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo… y que nos amemos unos a otros como él nos ha amado». Jesús, el Hijo, tuvo que aprender a ser hijo. María y José tuvieron que aprender a ser padres del Hijo hecho hijo. También nosotros, a nuestro nivel, tenemos que aprender a ser padres/madres e hijos/as. Ni los hijos son intocables, ni los padres/madres/educadores lo sabemos todo: «Dichoso el que encuentra en ti su fuerza y tiene tus caminos en su corazón».
SÁBADO 28.12.2024
Los Santos Inocentes, mártires.
Hoy, a los Santos Inocentes, los llamaríamos «víctimas colaterales de la guerra». Es la soberbia y la crueldad del poder que intenta así autojustificarse, porque no podría soportar la verdad desnuda de quien, desde el mando, se ha convertido en un asesino. Esta fiesta nos debería hacer sonrojar a todos un poco (o mucho) porque, al final, como consumidores, también nosotros estamos sosteniendo algunos de los conflictos armados de nuestro mundo. Pero esta fiesta también nos evoca a Jesús, que es el único y verdadero inocente de la historia, y esto lo cambia todo: su vida entregada hará justicia a todas las víctimas inocentes de la historia y nos perdonará la parte de culpa que en todo esto tengamos: «Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia». ¡Gracias, Señor!
VIERNES 27.12.2024
San Juan, apóstol y evangelista.
Juan había acumulado muchas hermosas experiencias junto a Jesús mientras juntos, con los otros discípulos, recorrían los caminos de Palestina. La especial relación afectiva que había tenido con el Maestro ─él, que era todavía un muchacho─ envolvía todas esas experiencias llenándolas de luz. Una luz que, tras la muerte de Jesús en el Viernes Santo, se resistía a apagarse. En la mañana del domingo de Resurrección, «entrando ─Juan─ en el sepulcro y viendo los lienzos tendidos y el sudario», aquella luz no sólo no se le extinguió, sino que alcanzó toda su luminosidad y todo adquirió Sentido, y Juan «creyó»: «La Vida se hizo visible, y nosotros hemos visto, damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y se nos manifestó… para que nuestro gozo sea completo». No busquemos el «gozo» de la vida en otro «lugar»… sólo en Jesucristo.
JUEVES 26.12.2024
San Esteban, protomártir.
No sólo a quienes viven enfangados en el mundo se les pegan las miserias humanas, también a los que nos decimos creyentes, de tal forma que ya no practicamos y oramos por amor a Dios, sino para que se nos vea, se nos aplauda, o para sentirnos seguros ante Dios (y la Vida Eterna), o para compensar nuestra vida aburrida o fracasada… Y cuando uno, queda atrapado por esta (perversa) dinámica se convierte en un fanático y en un soberbio al que le molesta ─porque le descubre su propio engaño─ el creyente humilde y sincero. San Esteban fue víctima de una dinámica de este tipo. A veces, como nos recuerda Jesús en el evangelio de hoy, los peores enemigos no son los de fuera, sino los de la propia casa o los de la propia comunidad. Señor, «líbrame de los enemigos que me persiguen», pero, sobre todo, líbrame de vivir mi fe convirtiéndome yo mismo en perseguidor y juez de los demás.
MIÉRCOLES 25.12.2024
La Natividad del Señor.
A los ojos de muchos, la Navidad es el misterio de lo imposible y prefieren quedarse en la superficialidad de las comidas y regalos de esos días: «Vino a los suyos y los suyos no le recibieron». Y aún peor: si los hijos nos estorban y preferimos perros en su lugar, ¿cómo vamos a poder entender el misterio y la ternura del portal de Belén? Nosotros mismos nos lo perdemos. Un hijo cambia la vida y, sobre todo, el corazón. Aún más si ese niño es el mismo Hijo de Dios. Con “temor y temblor” acerquémonos al portal de Belén y besemos al Niño no con besos físicos, sino con los besos de los “imposibles” particulares que paralizan nuestra vida. Sólo Él puede hacer posible lo imposible en nuestra vida y en la vida de los que amamos: «A cuantos le recibieron les da poder para ser hijos de Dios». Y así «sobre los montes» de la vida ─con sus cruces─, nuestros pies sean «pies hermosos» porque llevan al mensajero-testigo de la «buena noticia» de la humildad y del amor de Dios.
MARTES 24.12.2024
Nochebuena.
Mezclado con los pastores acudo apresurado en esta Noche Santa al portal de Belén. Me siento un poco incómodo porque los pastores no es que estén precisamente perfumados con un caro perfume de esos que hoy se venden como “regalo de navidad”. Tampoco la llegada al portal me libera de esta sensación, porque allí, mezclado con el humo del fuego que está encendido en una esquina para intentar caldear un poco el lugar, huele a estiércol y humedad. No es el contexto ni el lugar en el que me hubiera gustado que nacieran mis hijos. Y, sin embargo, aquí ha nacido el mismo Hijo de Dios. Es infinitamente más de lo que nunca nosotros hubiéramos podido nunca imaginar. Es reflejo del infinito amor de Dios por nosotros, de ese amor que está en la entraña del misterio de la Navidad y que hoy somos invitados a acoger en nuestra vida, pidiendo que ese Niño nazca también en mí ─en cada uno─ en ese “establo interior” de mi vida que, tal vez, “huele mal” y por ello evito acercarme… evito aceptarlo.
MARTES 24.12.2024
24 de diciembre.
David tenía buen corazón y por ello, agradecido, quiso levantarle un templo al Señor. El Señor no se lo consintió porque, si ya es difícil aprender el lenguaje de la gratitud ─vivir agradecidos─, aún lo es más aprender el lenguaje de que “Dios, con su gracia, nos precede siempre en el camino de la fe y de la vida” ─vivir como agraciados─. Esta gracia y esta iniciativa de Dios «para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz» es la que canta el Benedictus, el canto de Zacarías, padre de Juan el Bautista, y es la que estamos llamados a acoger en estos días de Navidad (y siempre), para que «arrancados de la mano de los enemigos ─el peor, la soberbia─, le sirvamos con santidad y justicia… todos nuestros días», y que así nuestra vida sea un «canto ─eternamente agradecido─ a la misericordia del Señor».
LUNES 23.12.2024
23 de diciembre.
Momentos de “bajón” los tenemos todos en la vida, según los días, las horas o las circunstancias. Pero si dejamos que ese “bajón” se apodere de todo de nosotros, tenemos el “derrotismo”. Para el derrotista nada hay positivo, todo camina hacia el desastre. Puede ser, para el derrotista, como una especie de autojustificación para evitar revisar y enderezar su propia vida. A mediados del s. V a. C. a Malaquías le tocó “lidiar” con este problema en Jerusalén: «Os amo, dice el Señor. Pero vosotros decís: ¿En qué se nota que nos amas?». Malaquías es profeta de la esperanza: «Voy a enviar a mi mensajero… De repente llegará a su santuario el Señor…». Pero una esperanza no vacía, sino que pasa por la conversión personal: «Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata…». Anuncio profético que nos remite a Juan el Bautista y a Jesús, y que es también una invitación a la conversión para todos nosotros antes de la Navidad: ¡No nos quedemos en las apariencias!, y vivamos con fe verdadera el Misterio que estos días celebramos.
DOMINGO 22.12.2024
Domingo 4° del TA, C.
Ni Jerusalén, ni Roma… Nazaret, Ain-Karim, Belén serán los escenarios de los primeros pasos del Hijo de Dios en este mundo. Lugares humildes como canta Miqueas en la primera lectura, como humildes eran Isabel y, todavía más, María. Por eso en ellas el milagro de la gracia actúa, y de un vientre estéril, el de Isabel, nace Juan; y de un vientre virgen, el de María, nace Jesús. El encuentro entre ambas mujeres (y ambos hijos) nos habla del poder humilde de Dios y de sus caminos, que no son los nuestros. Y este encuentro es también un símbolo: el A. T. ya había dado de sí todo lo que tenía que dar. El imperio de la ley y del culto se había vuelto estéril. Dios por Jesucristo le volverá a dar vida, no con nuevas leyes o nuevos sacrificios, sino con la encarnación del Hijo de Dios y su entrega, como nos recuerda la carta a los Hebreos: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me diste un cuerpo» ─una vida─, y con esta vida yo te digo: «Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad». Para acogerlo con asombro y para aplicarlo a nuestra vida: «Oh, Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve».
SÁBADO 21.12.2024
21 de diciembre.
Juan, aún en el vientre de su madre, Isabel, capta la grandeza del misterio de aquel niño que se acerca a él en el vientre de su madre, María. Y la alegría de Juan se contagia a Isabel. En la primera lectura, el anhelo y la alegría del encuentro de los enamorados, anticipa este encuentro entre Isabel y María, entre Juan y Jesús. Las realidades humanas, en su belleza y autenticidad, son heraldo del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, y, viceversa, la Encarnación del Hijo de Dios las hace resplandecer en todo su esplendor. Que el Señor nos dé la gracia de poder «ver su figura» y «escuchar su voz» en las experiencias hermosas de nuestra vida… para que aún sean más hermosas: «Con el Señor se alegra ─aún más─ nuestro corazón».
VIERNES 20.12.2024
20 de diciembre.
Está la esterilidad del cuerpo, como veíamos en las lecturas de ayer, pero está también la esterilidad del alma y, aún peor, cuando queremos revestir esa esterilidad con apariencia de buenos propósitos. Es el caso de Ajaz en la primera lectura de hoy. Con todo, Dios sigue adelante con su plan de salvación: «El Señor, por su cuenta, os dará un signo». Los que somos perdedores somos los que no colaboramos con Él, y en la medida que no lo hacemos. Pero también están los que luchan cada día, y acogen la gracia de Dios, para que su vida sea fecunda. María, la muchacha de Nazaret prometida a José, es el caso más sublime: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra»… Y así comenzó en este mundo la encarnación del Hijo de Dios. «Señor, que te busque y encuentre tu rostro».
JUEVES 19.12.2024
19 de diciembre.
Nos cuesta comprender hoy ─que preferimos muchas veces perros a hijos─ el valor que tuvieron estos en el pasado, y, de ahí, la tragedia que representaba para una pareja el no poder tener hijos. En la liturgia de este día se nos muestran dos familias que viven este dolor y a las que Dios sale al encuentro para regalarles el hijo que parecía no llegaría nunca. Ambos hijos, Sansón y Juan el Bautista, son personajes importantes en la historia de la Salvación. Ellos anuncian el misterio del nacimiento por pura gracia de Jesucristo y nos recuerdan que, más allá de las apariencias y limitaciones humanas, Dios lleva las riendas de la Historia hacia la Salvación, aunque sus caminos permanezcan para nosotros, muchas veces, incomprensibles e imprevisibles: «Señor, fuiste mi esperanza y mi confianza, desde mi juventud».
MIÉRCOLES 18.12.2024
18 de diciembre.
Cuando todo era muerte y destrucción, cuando todo era pecado y traición, los oráculos del Antiguo Testamento abren la historia del pueblo de Israel a un horizonte de esperanza humanamente inconcebible. Lo hacen con imágenes y palabras comprensibles para sus oyentes. Sin embargo, la realidad anunciada será siempre inefablemente mayor que lo que estas palabras e imágenes sugieren: «Mirad que llegan días ─oráculo del Señor─ en que daré a David un vástago legítimo…». Ni siquiera María ni José, que, como buenos judíos, esperarían con fe aquellos «días», habrían nunca imaginado lo que ello supondría en sus propias vidas: «Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta». Que la comercialización del misterio de la Navidad no nos haga olvidar que no estamos ante cualquier cosa o ante un cuento de hadas, estamos ante la inefable grandeza de quien por Amor nos creó, por Amor nos sostiene, por Amor nos redimió y nos llevará a la plenitud del Amor en Dios: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas… su gloria llena la tierra».
MARTES 17.12.2024
17 de diciembre.
Estamos ciegos. El desarrollo tecnológico nos ha cegado. No vemos la inmensidad del misterio en el que estamos insertos: «No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos». Grandeza de un misterio que, aún es más grande ─si se puede decir─ porque ha asumido hasta las heces nuestra pequeñez y miseria. La genealogía de «Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán», que leemos hoy en el evangelio, hace saltar por los aires todo lo que nosotros hubiéramos considerado digno del Señor. Pero el Señor no vino, viene y vendrá porque somos dignos, sino para hacernos dignos en nuestra indignidad: «En sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente». Gracias, Señor, por poner hoy una vez más delante de mí este tu misterio, aunque me cueste vivirlo, aunque muchas veces sea incoherente.
LUNES 16.12.2024
Lunes de la 3ª semana de Adviento.
Cierra los ojos y contempla el universo con su historia… En una esquina, perdido entre miles de millones de objetos estelares, el ser humano… también con su historia. Y hay un “viento” que todo lo recorre y traspasa, el mismo “viento” que da sentido y luminosidad a este universo aparentemente “vacío” y a nuestra historia infinitesimal a escala planetaria: «Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza una estrella… y surge un cetro…», profetiza Balaán. Es el misterio del Hijo de Dios: por él y en él fuimos hechos y a él todo se dirige como su plenitud. Y, en ese camino, tomó nuestra condición humana. Desborda nuestra comprensión humana como desbordó la comprensión de las autoridades religiosas de su tiempo: «No sabemos». Sólo nos queda acercarnos de puntillas con el corazón abierto a su gracia: «Señor, instrúyeme en tus sendas… enséñame porque tú eres mi Dios y Salvador».
DOMINGO 15.12.2024
Domingo 3° del TA, C.
Pablo nos invita hoy a la alegría: «Alegraos siempre en el Señor». Es el domingo Gaudete (alegraos). Pablo cuando escribe esto, está en la cárcel y los judaizantes quieren emborronar el evangelio de la gracia, por eso la clave de su invitación está en «en el Señor», y, un poco más adelante: «El Señor está cerca». También el profeta Sofonías, ─a quien le tocó hacer frente al desastre religioso que había dejado tras de sí el impío rey Manasés─, nos invita a la alegría: «Alégrate… grita de gozo… regocíjate y disfruta…». Y de nuevo no será razones humanas el fundamento de esta alegría, sino la presencia de Dios: «El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor…». Y nosotros, ¿cómo acogemos esta alegría que es don? San Pablo nos invitará a vivir con «mesura» y «en acción de gracias»; y, desde el desierto, Juan el Bautista nos invitará a la generosidad, a la honestidad y al respeto al otro. Palabras que han de traducirse en signos/obras a practicar y así preparar nuestro corazón para que la alegría de la próxima Navidad sea verdadera.
SÁBADO 14.12.2024
Viernes de la 2ª semana de Adviento.
En la tradición judía la figura del profeta Elías brilló con fuerte resplandor eclipsando a otros grandes profetas de la antigüedad. El panegírico del libro del Eclesiástico (siglo II a. C.) que leemos hoy en la primera lectura nos lo muestra. Pero ese mismo esplendor y las tradiciones unidas a él cegaron la mente de los escribas, y mientras seguían esperando a Elías ─al pie de la letra─ precursor del Mesías, no “vieron” al Elías que, en Juan el bautista, se hizo presente, así que se cerraron a la posibilidad que Jesús fuese el Mesías prometido. Nos pasa lo mismo a nosotros muchas veces cuando nos aferramos, también al pie de la letra, a tradiciones y costumbres que interpretamos como absolutas, cuando el único absoluto es Dios mismo. «Oh, Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve… Despierta tu poder y ven a salvarnos… danos vida para que invoquemos tu nombre».
VIERNES 13.12.2024
Viernes de la 2ª semana de Adviento.
Los seres humanos no sólo somos duros de corazón, también lo somos de mente, así que nos resistimos a dejar que la experiencia y los acontecimientos nos cambien nuestra visión del mundo. Nos aferramos a lo que nos da seguridad ─¿o comodidad?─, aunque tengamos delante la evidencia de lo contrario. Es el lamento de Jesús frente a sus contemporáneos: «Porque vino Juan, que ni comía ni bebía… Vino el Hijo del hombre, que come y bebe…». El mismo lamento del Señor a través del profeta Isaías: «Si hubieras atendido mis mandatos…». Señor, danos la gracia de dejarnos instruir por ti «para nuestro bien»: «El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
JUEVES 12.12.2024
Jueves de la 2ª semana de Adviento.
Rezuma ternura el texto de Isaías. Es un texto de esperanza para el pueblo desterrado en Babilonia. ¡Cuántas veces hubiéramos querido también nosotros, en ciertas circunstancias de nuestra vida, haber escuchado palabras semejantes! Donde, humanamente hablando, cabía esperar palabras de reproche y amenaza, escuchamos palabras de ánimo y cariño: «Yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. …para que vean y sepan, reflexionen y aprendan de una vez…». Es un anticipo del evangelio que traerá Jesucristo y que ya aflora en textos del Antiguo Testamento, pero que muchos contemporáneos de Jesús habían olvidado. Quizá, entre ellos, Juan el Bautista, por eso es «el más grande nacido de mujer, pero el más pequeño en el reino de los cielos». Hoy, también muchos prefieren quedarse en el A.T. aunque su “ropaje” sea del Nuevo. Parece que la ley nos da más tranquilidad que la gracia, y así nos quedamos, también nosotros, como «pequeños en el reino de los cielos».
MIÉRCOLES 11.12.2024
Miércoles de la 2ª semana de Adviento.
Dios nos regaló la vida y el mundo para que continuásemos, en libertad, su obra creadora. Y bien sabemos que, desde nuestros primeros padres, el ser humano ha hecho mal uso de esa libertad queriendo ocupar el lugar de Dios. Ya conocemos, y padecemos, las consecuencias. Pero luego, con frecuencia, nosotros mismos le pedimos cuentas a Dios: «¿Por qué andas diciendo… por qué murmuras… al Señor no le importa mi destino, mi Dios pasa por alto mis derechos?».
En el evangelio Jesús nos invita a tomar un camino bien diferente al de la queja y de la culpabilización de los otros y de Dios: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados… Tomad mi yugo y aprended de mí…». El camino de quien por nosotros se hizo hombre… el camino de quien por nosotros subió al árbol de la cruz… el camino de quien por nosotros se quedó en el sacramento del altar… «Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice alma mía al Señor y no olvides sus beneficios».
MARTES 10.12.2024
Martes de la 2ª semana de Adviento.
Sigue habiendo personas empeñadas en vivir su fe desde el miedo al castigo y al infierno. ¿Cómo encajar esta actitud con la preciosa y liberadora palabra que hoy nos sirve la liturgia? Si Jesús, rostro visible del Dios invisible, es el pastor que arriesga su vida por la «oveja perdida» ¿cómo voy a tener miedo de él? Lo que sí tendré será compunción por no haber sabido responder con gratitud y generosidad a su magnificencia, pero miedo no… Si Dios hoy nos dice a través de Isaías, «consolad, consolad a mi pueblo; hablad al corazón de Jerusalén…», y se refiere a un pueblo que no ha sido modelo de santidad, ¿cómo no voy a tener yo la humildad suficiente para confesar mis pecados? «Se agosta la hierba, se marchita la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre». Y esta palabra es una palabra de misericordia.
LUNES 09.12.2024
Lunes de la 2ª semana de Adviento.
«En el desierto y el yermo…». Todos, en algún momento de la vida, hemos pasado por ello: son esos desiertos en los que parece que ya no podemos más, que nada de este mundo nos satisface, que todo es sequedad… Pero, qué necesarios son estos desiertos de la vida para poder madurar y crecer humana y espiritualmente… para poder abrirnos más a la voluntad de Dios: «¡He aquí vuestro Dios! Viene en persona y os salvará». Sin el desierto de su enfermedad, quizá el paralítico nunca se hubiera encontrado con Jesús… Las crisis-desiertos son necesarias, pero también quien nos acompañe en ellas, como los camilleros del evangelio. Ojo porque hoy hay mucho coaching pero no todos nos llevan a Jesús.
DOMINGO 08.12.2024
Domingo 2° del TA, C.
La Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Hoy contemplamos el misterio de María desde las lecturas de este 2° domingo de Adviento. María no vivió en un tiempo ideal de cuento de hadas, sino en un momento de la historia y en un rincón del mundo donde en el que, como hoy, había pobres y ricos, violencia y abusos, guerras e víctimas inocentes, etc. Y fue en ese su mundo concreto donde ella pronunció su «Hágase en mí según su palabra», no en otro lugar. Y esto es para todos nosotros una invitación a que sustituyamos el lamento y la añoranza de tiempos mejores por un «hágase, Señor, según tu voluntad»… hoy y aquí.
Juan Bautista vivió y predicó en el desierto, y María vivió su propio desierto en la oración y la soledad de su cuarto, guardando “todas estas cosas en su corazón”. Nosotros, en medio de esta sociedad donde los estímulos de todo tipo nos hacen vivir a la carrera, también necesitamos esos tiempos de oración y de silencio para que no sustituyamos el «hágase» dirigido a Dios, por el hágase dirigido a los ídolos del mundo.
Las palabras de Isaías en labios de Juan el Bautista es un recuerdo del camino que, por gracia, recorrió María y que también nosotros estamos llamados a recorrer: del destierro del pecado a la libertad de la gracia. Y esto fue así porque el mismo Jesús, con la entrega y el amor de su vida, ya nos lo recorrió primero.
Así que con María, hagamos nuestra la alabanza del salmo responsorial: «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres», y que esta gratitud nos haga vivir la vida con la confianza y la ternura que nos muestra san Pablo hoy en su carta a los Filipenses… ¡Un texto precioso para releer muchas veces!
SÁBADO 07.12.2024
Sábado de la 1ª semana de Adviento.
Al mundo lo vemos según el color de las gafas de nuestro corazón. Es una experiencia humana bien común: ante una misma realidad hay unos ojos que ven lo positivo ─y alegres, tiran para adelante─, y otros que sólo ven lo negativo ─y quedan paralizados y amargados─. Hoy el Señor nos recuerda que siempre nos mira «como a ovejas que no tienen pastor», con compasión. Déjate, pues, hoy, sanar por la compasión-misericordia de Dios, para que lleves siempre esa compasión contigo ─con gratitud y humildad─, y seas así como «luz del sol» en medio de cualquier oscuridad o como «cauce de agua» sobre una «alta montaña»… para los demás, especialmente cuando estén comiendo «el pan de la angustia» y bebiendo «el agua de la opresión». ¡Sana, Señor, los corazones destrozados, venda nuestras heridas! Amén.
VIERNES 06.12.2024
Viernes de la 1ª semana de Adviento.
«Pronto, muy pronto»: no se trata dentro de dos día, un mes o cinco años, etc. se trata de hoy mismo, de ahora mismo, cuando tomas conciencia de tus cegueras o sorderas, cuando tomas conciencia de tu incapacidad para hacer de tu vida «un vergel o un bosque», y desde esa conciencia, como los ciegos del evangelio, le gritas al Señor: «Ten compasión de nosotros, hijo de David». Y también, como ellos, con el corazón lleno de confianza en el Señor: «Si, Señor, creo que puedes hacerlo» porque sólo tú «eres la defensa de mi vida».
JUEVES 05.12.2024
Jueves de la 1ª semana de Adviento.
«Una ciudad fuerte», una «casa edificada sobre roca», son imágenes de una vida que camina afianzada en el Señor. Pero tener la vida afianzada en el Señor ─lo dice Jesús─ no es cuestión de muchos «Señor, Señor», es decir, de muchos rezos, teologías o jaculatorias, sino de mucho amor… de mucho compromiso amante. Lo esboza Isaías una vez más: cuestión de justicia, cuestión de lealtad, cuestión de ser hacedores de la paz, cuestión de fe a toda prueba, cuestión de humildad y pobreza. «Ábrenos, Señor, las puertas de tu salvación».
MIÉRCOLES 04.12.2024
Miércoles de la 1ª semana de Adviento.
Comer no es sólo un acto biológico, es también social y religioso. Comemos las ‘vidas’ que vienen de Dios, para que nuestras vidas puedan caminar hacia Dios; y las comemos juntos porque la dinámica de la salvación no es individualista sino de comunión. La Vida, pues, de Dios como origen de toda vida y como destino de toda vida. Entendemos así que la imagen de «aquel día» sea, según Isaías, «un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera», y que la Eucaristía tenga por origen una comida, una cena pascual. Pero, precisamente por esto, el comer también tiene su ‘regla’ para que nuestro comer no traicione su verdadero espíritu, para que no sea ofensa a los desheredados de la tierra. Esta ‘regla’ se llama «compasión». La Navidad nos da ocasión de disfrutar de los encuentros familiares en torno a la mesa, pero para que una comida/cena de Navidad lo sea de verdad no olvidemos, siguiendo el modelo del corazón de Jesús, la compasión.
MARTES 03.12.2024
Martes de la 1ª semana de Adviento.
«Muchos profetas y reyes» y mucha gente “normal”, detrás de sus búsquedas, de su «querer ver», no buscan ─no buscamos─ sino a Jesucristo y, con él, su Reino. Los discípulos de Jesús fueron bienaventurados nos dice hoy el mismo Jesús: «¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis!». Pero hubo muchos contemporáneos suyos ─y no contemporáneos suyos─ que no lo reconocieron porque tenían un corazón «sabio y entendido». Para ver a Jesús hay que hacerse «pequeño», humilde… y, al mismo tiempo, hacedores de su Reino, abriéndonos a la verdad, a la justicia, a la paz, a la inocencia, etc. ¡No quedarse sentado con los brazos cruzados! ¡Danos, Señor, tu «espíritu de sabiduría y entendimiento», tu «espíritu de consejo y fortaleza», tu «espíritu de ciencia y de temor»! Amén.
LUNES 02.12.2024
Lunes de la 1ª semana de Adviento.
Los seres humanos ponemos nuestra confianza en las cosas del mundo, pero todo lleva fecha de caducidad, toda pasa o pasará. ¿Estaremos destinados a la frustración permanente? No, si aprendemos a mirar la vida y las cosas de la vida como signos de la realidad eterna que es Dios mismo. Es una forma de situarse ante el mundo: el corazón arraigado en la confianza en Dios, la vida, no como posesión, sino como servicio, y con la fuerza de la Esperanza. Y así «los futuros» ya están aquí, hoy y ahora, donde los pueblos se unan para «caminar juntos», donde los corazones se abran a la «instrucción de Dios», donde las obras transformen las «lanzas y podaderas en arados»… Ese “aquí, hoy y ahora” se manifestó en toda su intensidad con Jesús, pero no todos le reconocieron, ni siquiera los que esperaban al Mesías: «En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe». Es un aviso para nosotros, creyentes, para que aceptemos la invitación de Isaías ─«Venid, caminemos a la luz del Señor»─ con la humildad del centurión romano: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo…».
DOMINGO 01.12.2024
Domingo 1° del TA, C.
Lo intuitivo es Dios arriba, en el cielo, y nosotros aquí abajo, en la tierra. Lo intuitivo es esta vida como mérito, y la otra vida como premio o castigo. Lo intuitivo es que entre el hoy y la eternidad haya un abismo infranqueable. Etc. Pero lo intuitivo no es lo cristiano. Lo cristiano nos Dice que Dios camina a nuestro lado en la vida nuestra de cada día ─que está en el cielo y en la tierra─, que la eternidad ya se está gestando hoy aquí en las obras de nuestra vida… Por esto, no hay que esperar con miedo y angustia el fin del mundo ─que a saber cómo será y cuándo─ sino que ese fin del mundo ya está aquí presente, aconteciendo en tu vida cuando se derrumba ─a veces con profundo dolor─ todo aquello en lo que apoyabas tu vida; pero ese derrumbe lejos de ser motivo de angustia o zozobra es, por la fe y la confianza en el Señor, oportunidad de Eternidad: «Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación». Es una forma ─diferente a aquella con la que nos presiona el mundo─ de situarse ante la vida… con esperanza… con amor: «Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones…».