Reflexión diaria

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DOMINGO 24.09.2023
25° domingo del TO, A
El considerarse superior a los demás o con más méritos y derechos, quizá sea válido para el mundo laboral, pero no para el mundo de Dios: «Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos»… vuestra forma de entender la vida ─incluso la vida religiosa─ no siempre coincide con la Mía. Es doloroso ver en la parábola de este domingo cómo los contratados en la primera hora del día, si no se hubieran enterado del salario de los otros, se hubieran ido contentos a su casa, pero en el momento que se enteran, se comparan, se creen superiores, surgen los celos y las envidias, etc. y se amargan el día. No se han enterado que, en la dinámica del Reino de los cielos, todo es gracia: trabajar toda una vida es gracia, trabajar sólo unas horas es también gracia, incluso “trabajar” el último instante de la misma, como el Buen Ladrón, es también gracia… y no mérito. Gracia que somos invitados a acoger con humildad y gratitud y, al hacerlo así, el corazón se nos aligeraría de tantos pesos, miedos, prejuicios, juicios, comparaciones, envidias, etc. que le atenazan, y «llevaríamos ─con más facilidad─ una vida digna del evangelio» y podríamos decir con san Pablo: «Para mí la vida es cristo y una ganancia el morir… pero por otro lado veo que quedarme en esta vida es más necesario para vosotros… así que no sé qué escoger».
SÁBADO 23.09.2023
Sábado de la 24ª semana del TO, impar
«Te ordeno que guardes el mandamiento». Guardar es cumplir, pero es también proteger. ¿Y qué hay que proteger? ¿Una ley? No, un amor. Hay cumplimientos formales, exteriores, pero a los que les falta la vida, el amor, el Espíritu… Sólo el amor hace fecunda la tierra del corazón y la capacita para acoger la Palabra que cambia corazones y vidas… Señor que «mirándote te veamos, y que escuchándote te oigamos».
VIERNES 22.09.2023
Viernes de la 24ª semana del TO, impar
Las mujeres que seguían a Jesús habían elegido «servirle con sus bienes». No siempre en la vida elegimos el lugar en que nos sitúa, pero siempre podemos elegir lo que hacemos con nuestros bienes. En este sentido, los consejos de san Pablo a Timoteo en la primera lectura pueden ser de gran ayuda por su realismo: «Nada hemos traído al mundo, como nada nos llevaremos de él… Los que quieren enriquecerse se enredan en deseos absurdos y nocivos, que hunden en la ruina y en la perdición… El amor al dinero es la raíz de todos los males…». Ya lo dijo Jesús: «No podéis servir a Dios y al dinero».
JUEVES 21.09.2023
San Mateo, apóstol
Ef 4, 1-7. 11-13; Sal 19(18), 2-3. 4-5b; Mt 9, 9-13
Siento cercano el final de mi vida. El anuncio del mensaje del evangelio, al que he consagrado mi vida, ha dado con mis huesos en la cárcel, pero estoy en paz. Me vienen a la mente aquellas palabras del apóstol Pablo que un día leí en una carta suya que se cruzó en mi camino: «Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados». Con la ayuda de Dios, así lo he vivido. Pero también recuerdo que no siempre fue así. Un día fui joven y también, como muchos, anduve tras riquezas y placeres que el mundo me ofrecía. En lo mundano, tuve suerte, pero aquello no llenó mi corazón, al contrario, cada día me sentía más vacío… un poco desesperado. Hasta que Jesús de Nazaret se cruzó en mi camino ─más bien en mi puesto de recaudador─, y me traspasó con su mirada, y me sentí amado con un Amor que no puede comprender quien no lo ha sentido, y se encendió un faro de luz en mi corazón, y una fuerza interior imparable… e hizo de mí el apóstol y evangelista que hoy se dispone para entrar definitivamente en la Vida.
JUEVES 21.09.2023
Jueves de la 24ª semana del TO, impar
Los seres humanos nos fijamos con frecuencia en las apariencias de las personas… y juzgamos, y separamos, y condenamos, como Simón, el fariseo del evangelio de hoy. Por el contrario, Jesús mira el corazón de las personas y, bajo el montón de los trapos sucios de una vida, es capaz de descubrir el tesoro de amor que sigue latiendo en ese corazón. ¡Y todos tenemos y tendremos necesidad de una mirada así sobre nosotros, nunca lo olvidemos! ¡No vayamos de puros y jueces! Así que como nos dice hoy la primera lectura, «no descuidemos el don que hay en nuestro corazón», ese don que es regalo de la misericordia de Dios y no conquista nuestra.
MIÉRCOLES 20.09.2023
Miércoles de la 24ª semana del TO, impar
«Te escribo estas cosas por si tardo». El tiempo lo convierte todo en rutina si no lo realimentamos, y acabamos siendo en la fe (y en tantas cosas importantes de la vida) como «los hombres de esa generación» a los que Jesús da un buen tirón de orejas: “Se nos enfría el amor primero” (Cf. Ap 2,4). Quizá no estaría mal que, en este día, cada uno de nosotros nos preguntásemos cómo anda la temperatura de mi fe, de mi amor de esposo/a, de mi amor de hijo/a, padre o madre, etc. Y si de verdad sigo sintiendo y cultivando, ─en la oración y silencio─, esa admiración que un día sentí por Jesucristo: «En verdad es grande el misterio de la piedad…», o por el/la que un día se convirtió en mi esposo/a, mi hijo/a, etc. «Grandes son las obras del Señor», que mantenga admirada y enamorada mi mirada hacia él y hacia los que me rodean.
MARTES 19.09.2023
Martes de la 24ª semana del TO, impar
Sabios consejos que nos deja hoy san Pablo en la primera lectura, consejos que, al mismo tiempo, revelan los vicios o las tentaciones de los hombres y mujeres de Iglesia de aquel tiempo. En cualquier caso no estaría mal que nos revisásemos cada uno de nosotros, porque ocurre que, a veces, los bellos discurso que echamos desde el púlpito (o desde donde sea) no tengan el respaldo de la coherencia de nuestra vida. O, dicho de otra forma: que hablando de Vida no sembremos vida. Lo contrario que, por supuesto, le ocurre a Jesús: él, que es la Vida, pasó sembrando vida: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», «Dios ha visitado a su pueblo».
LUNES 18.09.2023
Lunes de la 24ª semana del TO, impar
A veces los que nos decimos creyentes gastamos muchas energías en lamentos por lo mal que va el mundo, la política, la sociedad, etc., en lugar de gastarlas en la oración. Seguramente que, si oráramos más y nos lamentáramos menos, el mundo iría mejor. «Hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por toda la humanidad», nos invita san Pablo, y más adelante insiste: «Quiero que oren en todo lugar, alzando unas manos limpias, sin ira ni divisiones». Pues eso. El relato del evangelio añade una nueva actitud para orar… para vivir: la humildad: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo… Dilo de palabra y mi criado quedará sano». A veces olvidamos, cuando rezamos, que yo no soy mejor que aquellos por los que rezo, y que si lo soy ─y esto sólo Dios lo sabe─ es por pura gracia de Él.
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LUNES 25.09.2023
Lunes de la 25ª semana del TO, impar
Parecía que el Dios de los judíos había sido derrotado, que los dioses babilonios habían sido más poderosos… Durante el exilio de Babilonia los judíos, animados por los profetas, luchan para mantener y purificar su fe en el Dios único y verdadero. Pero Dios tiene sus tiempos, que no coinciden con los nuestros, y su «lámpara» acabará por alumbrar hasta el último rincón de la historia. Y Ciro, un rey pagano ─¿quién se lo iba a decir a los judíos?─ se convierte en instrumento del poder y de la misericordia de Dios. «El Señor ha estado grande con nosotros», cantábamos en el salmo responsorial, pero muchas veces somos nosotros los que nos impedimos ver esa grandeza con nuestros prejuicios, obsesiones e ideologías.
MARTES 26.09.2023
Martes de la 25ª semana del TO, impar
Los judíos regresados del Exilio encuentran muchas dificultades para reconstruir el templo y la ciudad de Jerusalén. El rey Darío tendrá que intervenir para que se completen las obras. En el evangelio, la «madre y los hermanos» de Jesús también encuentran dificultades llegar a Jesús por la cantidad de gente que le rodea. Su dificultad puede ser también la nuestra a la hora de vivir nuestra fe: no todos los que rodean/rodeamos a Jesús facilitan/facilitamos el acceso a Él, incluso a veces, pueden/podemos ser motivo de alejamiento. Recurramos a la ayuda, no de un rey ni de una fuerza humana, sino a «la escucha de la palabra de Dios y a su puesta en práctica».
MIÉRCOLES 27.09.2023
Miércoles de la 25ª semana del TO, impar
Hay momentos en la vida en los que, quizá sin saber por qué, se le abre a uno la mente y el corazón y uno comprende, en verdad, lo que es la propia vida y descubre, bajo una apariencia incluso de bondad, que «nos hemos hecho culpables de numerosas faltas y numerosos delitos que llegan hasta el cielo». Y uno comprende, al mismo tiempo, que la misericordia de Dios no le ha abandonado nunca, y que la fuerza de lo que uno ha hecho por el Evangelio no está en uno mismo, sino en ese Dios que nos «envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos». ¡¡¡«Bendito sea Dios, que vive eternamente»!!!
NB.: Las reflexiones de días anteriores podrás encontrarlas en las pestañas «Al hilo de la liturgia diaria…», dentro, a su vez, de la pestaña «Orar-Reflexionar».