Reflexión diaria
SÁBADO 27.04.2024
Sábado de la 4ª semana de Pascua.
Felipe de dice a Jesús: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Y Felipe nos representa un poco a todos cuando deseamos que las cosas de la fe sean más claras y sencillas. Pero la fe no es algo que se adquiere de una vez para siempre y, menos, un objeto como los que se compran o se venden y ya está. La fe es una gracia a pedir, un camino a andar en la confianza y una mirada nueva sobre las cosas, las personas y los acontecimientos. Pablo quedará tocado por el rechazo que sus hermanos judíos al anuncio del evangelio de Jesucristo, ¡ellos que fueron sus primeros destinatarios! Pero, al mismo tiempo, se asombra de que ese rechazo sea la causa de que el evangelio se abra a los gentiles. Con él también nos asombramos nosotros: «¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! En efecto, ¿quién conoció la mente del Señor? O ¿quién fue su consejero? O ¿quién le ha dado primero para tener derecho a la recompensa?» (Rm 11, 33-35).
VIERNES 26.04.2024
Viernes de la 4ª semana de Pascua.
«Señor, no sabemos…» Tantas cosas que no sabemos y tantas cosas que no sabremos nunca por más que avancen las ciencias de todo tipo. Por supuesto también a nivel religioso. ¿Nos echaremos, pues, en brazos de la amargura o de la ironía mordaz por esta pequeñez e ignorancia que experimentamos? No, al contrario, nos echaremos en los brazos de la confianza en aquel de quien está escrito «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy» para que «no se turbe nuestro corazón». Repitamos muchas veces y pidamos la gracia de hacer nuestras estas palabras de Jesús: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».
JUEVES 25.04.2024
San Marcos, evangelista.
No parece, según nuestros criterios “comerciales” actuales que Marcos fuese un tipo especialmente dotado, más bien parece un segundón e, incluso, algo timorato (cf. Hch 13, 13). Hasta Pablo, después del plantón en Perge de Panfilia, ya no lo quiso más con él. Pero la mirada de Dios siempre es diferente y, en medio de nuestras pobrezas, descubre una “perla” preciosa y valiosa. Gracias a Marcos, hoy tenemos el evangelio que lleva su nombre con lo que ha significado y sigue significando de instrumento precioso para el encuentro con el Resucitado tras pasar por su humanidad y por su cruz. Dios no nos quiere perfectos, Dios quiere que lo que somos y tenemos lo pongamos a su servicio.
JUEVES 25.04.2024
Jueves de la 4ª semana de Pascua.
De Antioquía de Siria a Antioquía de Pisidia. Estamos en el corazón de la actual Turquía. Pablo y Bernabé comienzan predicando en las sinagogas, por tanto, con un discurso que hunde sus raíces en la historia del pueblo judío y que quiere terminar en Jesús como el Mesías esperado. Como no podía ser de otra forma, y como nos recuerdan las propias palabras de Jesús en el evangelio de hoy, la respuesta a la predicación es variada, a veces violenta y de rechazo: «el criado no es más que su amo, ni el enviado más que el que lo envía». Conviene no olvidarlo en estos tiempos en que ya no llenamos las iglesias o en que los medios de comunicación, si se acuerdan de la Iglesia, es para denigrarla o atacarla.
MIÉRCOLES 24.04.2024
Miércoles de la 4ª semana de Pascua.
El centro del cristianismo primitivo se desplaza de Jerusalén a Antioquía de Siria, y será de aquí que, con el apoyo de esta comunidad, partirán los viajes apostólicos de Pablo. Se trata de una comunidad nueva, sin los prejuicios y mirada al pasado que pesa en Jerusalén, pero sobre todo es una comunidad que «celebra el culto al Señor», «ayuna», «ora» e «impone las manos». Una comunidad que no se endiosa, sino que se sabe instrumento en las manos de ese Dios que nos ha revelado Jesucristo: «cree en él», le «ve», le «oye»…
MARTES 23.04.2024
Martes de la 4ª semana de Pascua.
La fiesta de la Dedicación del Templo conmemoraba la nueva consagración del templo en el año 165 a.C. tras la victoria de Judas Macabeo sobre los griegos seléucidas. La contextualización de la pregunta de los judíos a Jesús en esta fiesta nos está indicando las expectativas político-guerreras que los mismos tenían sobre el Mesías. Jesús les invita a despojarse de sus prejuicios y a «ver sus obras», «escuchar su voz» y «seguirlo». ¡Cuantas veces también hoy los prejuicios religiosos de todo tipo nos impiden abrirnos en verdad al misterio de Jesucristo e impiden que otros se abran! A veces son prejuicios tradicionalistas, otras progresistas, otros… Da a tu Iglesia, Señor, esos «hombres buenos, llenos de Espíritu Santo y de fe» que como Bernabé son cauce de gracia y de que «una multitud considerable se adhiera a ti».
LUNES 22.04.2024
Lunes de la 4ª semana de Pascua.
El evangelio se abre paso no sin dificultades. Los «partidarios de la circuncisión» se resisten a la entrada de los paganos ─«incircuncisos»─ en la Iglesia sin hacerse antes judíos ─«circuncisos»─. ¡Nos cuesta tanto desprendernos de las normas en las que creemos tener encerrado al Señor! Pero, anclados en normas y prácticas, nos convertimos en «ladrones y bandidos que no entran por la puerta en el aprisco». La única y verdadera puerta es Jesucristo, no una idea o un concepto, sino una persona con la que estamos llamados a encontrarnos… y dar testimonio. Por ello nos fijamos en la respuesta de Pedro a los que le reprochan «haber entrado en casa de incircuncisos y haber comido con ellos». Pedro no defiende su postura con razones filosóficas o teológicas, sino que cuenta lo que él ha vivido: ¡Pedro da testimonio! Su respuesta nos ilumina en este día y nos recuerda cuál ha de ser nuestro propio camino en la fe: dar testimonio de lo que vivimos.
DOMINGO 21.04.2024
Domingo 4° de Pascua, B.
Jesucristo, Buen Pastor, una lección no sólo para los pastores de la Iglesia sino para todo creyente, aún más, para todo ser humano que se precie de tal. Y, ¿cuál es esa lección? La de saber mirar al otro sin convertirlo en ira de mis frustraciones u objeto de mis caprichos. Mirarlo con los ojos que el Buen Pastor nos mira a nosotros. En lenguaje bíblico conocer es amar, y el Buen Pastor nos dice: «hasta dar la vida». Y dar la vida, no necesariamente al final, de forma brusca o cruenta, sino dar la vida día a día, minuto a minuto… por la paciencia, por el respeto, por la escucha, por la ternura, por la gracia pedida para las situaciones que nos sobrepasan… Y no porque seamos superhéroes, pero sí porque ya somos ─y gustamos que somos─, ¡inmerecidamente!, «hijos de Dios». Es nuestra fuerza y es la dignidad del otro, adelanto de lo que un día se nos manifestará en toda su plenitud.
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NB.: Las reflexiones de días anteriores podrás encontrarlas en las pestañas «Al hilo de la liturgia diaria…», dentro, a su vez, de la pestaña «Orar-Reflexionar».