Reflexión diaria

LUNES 02.06.2025
Lunes de la 7ª semana de Pascua.
También para nosotros hay momentos en la vida que todo nos parece claro, tanto a nivel de la fe y su compromiso, como a nivel humano, en nuestros proyectos o proyecto de vida. Pero también para nosotros como para los discípulos, ─como les anuncia Jesús─, hay momentos en que «nos dispersaríamos cada uno por nuestro lado», es decir, en que nos gustaría salir corriendo, dejarlo todo atrás, y empezar de nuevo todo en otro lugar y con otras personas. Seguro que Jesús, hablando humanamente, en algún momento sintió también ese deseo. Tal vez, por lo menos, en Getsemaní. Así también nosotros, como los discípulos que encontró Pablo en Éfeso, para andar el camino de la vida y de la fe, necesitamos algo más que un «bautismo de conversión», es decir, algo más que buena voluntad, necesitamos que venga sobre nosotros el Espíritu Santo… ese que, humildemente, debemos pedir cada día.
DOMINGO 01.06.2025
Domingo 7° de Pascua, C.
Esteban es el testigo que no puede callar lo que “ha visto y oído” aunque le cueste la vida, porque él ya ha «visto» la Vida y el Amor. Sus apedreadores, en el otro extremo del espectro religioso, han convertido su religión en ideología, que degenera en fanatismo y termina en violencia ciega. Entre ambos, el joven Saulo: un signo de esperanza de que Dios es capaz de cambiar los corazones más endurecidos, para congregarlos en la unidad de la Iglesia. Jesús sabe de la dificultad de esta unidad, por eso le pide al Padre un milagro: «Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos». El milagro de amar como el mismo Jesús nos amó… con el amor mismo de Dios. Y esto sólo es posible con la efusión del Espíritu Santo. No nos cansemos nunca de pedirle. En las situaciones favorables, para no caer en el orgullo. En las adversas, para no caer en la desesperanza. Que él nos ayude a vivir con el corazón en le Cielo, pero con los pies en la tierra.
SÁBADO 31.05.2025
La Visitación de la Bienaventurada Virgen María
Tras la encarnación del Hijo de Dios en su seno, María se pone en camino para visitar a su prima Isabel. Ambos misterios van unidos: es siempre el Señor el que nos desinstala y nos hace salir al encuentro del otro, del diferente. Eso que hoy nos cuesta tanto porque no vivimos centrados en Cristo, sino en nosotros mismos. Tan centrados en nosotros mismos que hasta el cántico de María ─«Proclama mi alma la grandeza del Señor… porque ha mirado la humildad de su esclava»─, se convierte a veces en un “proclama mi alma mi grandeza ante el Señor… porque he hecho muchos méritos ante él”. A nueve días de Pentecostés, también nosotros necesitamos pedir el Espíritu Santo: que nos haga humildes como a María, que nos ponga en camino como a María… y que nos llene de la alegría de saber y sentir que «el Señor tu Dios está en medio de ti»… como María.
SÁBADO 31.05.2025
Sábado de la 6ª semana de Pascua.
A Pablo le pasa en Éfeso con Apolo como nos pasa a nosotros tantas veces en la vida, que encontramos personas que admiran a Jesús, que dicen creer en él, que lo aceptan en su vida de una forma u otra, etc. pero cuyo nivel de formación sobre el misterio de Jesucristo es todavía muy limitado. Pablo, para instruir a Apolo ─y convertirlo en un gran evangelizador─, contó con la impagable colaboración de Priscila y Áquila. Nosotros no siempre contamos con esos preparados y generosos colaboradores, incluso nosotros mismos, en este complejo mundo en el que vivimos, no siempre estamos a la altura que necesitaríamos estar. «Pidamos al Padre en nombre de Jesucristo» esos colaboradores y esa finura de alma que se necesitan… A ese Dios Padre «que nos quiere, porque queremos a Jesucristo y creemos que él salió de Dios».
VIERNES 30.05.2025
Viernes de la 6ª semana de Pascua.
No fue fácil el arranque de la comunidad cristiana de Corinto. El fanatismo judío trató de hacer la vida imposible a Pablo o al que se pusiera por medio: «agarraron a Sóstenes… y le dieron una paliza delante del tribunal». Puedo o no puedo estar de acuerdo con otras sensibilidades o formulaciones religiosas ─es legítimo─, pero cuando lo “distinto” genera en mí violencia o deseos de violencia, ─la peor: la verbal, aunque sea sutil─, es que algo tengo que revisar en mi propia vida y en mi fe. El evangelio se propaga en el mundo a través de la Cruz, pero yo también crezco en la fe (y en lo humano) a través de la Cruz. Es como «la mujer cuando va a dar a luz»… nos lo dice Jesús mismo.
JUEVES 29.05.2025
La Ascensión del Señor a los Cielos, C.
Hoy nos cuesta hablar del Cielo. Quizá porque en un tiempo no muy lejano el Cielo era el refugio de espiritualidades enfermizas, poco comprometidas con el mundo o, quizá, porque nuestra cultura ─como nos recordaba el papa Francisco─ está marcada por «lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido, lo superficial». Sin embargo, la fiesta que hoy celebramos nos recuerda que nuestro destino es el Cielo, la morada de Dios, donde Jesucristo «está sentado a la derecha del Padre» y nos espera para darnos el abrazo de Vida y Amor que todos anhelamos desde lo profundo de nuestro corazón. La Ascensión es fiesta de la Esperanza cristiana. Pero también esta fiesta nos recuerda que ese Cielo ya está aquí hoy en medio de nosotros y en nosotros porque nuestra «carne» ha sido ascendida la Cielo con el Señor y, por eso, también nos compromete: no os quedéis ahí «plantados, mirando al cielo», al contrario, «id y haced discípulos de todos los pueblos…». La Ascensión es también fiesta del testimonio cristiano. Esperanza y testimonio que se enfrentan a nuestra pequeñez y pobreza, por eso Jesús nos dice: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Presencia de Jesucristo resucitado y ascendido por su Espíritu. Miramos ya a Pentecostés… ¡Ven Espíritu Santo!
JUEVES 29.05.2025
Jueves de la 6ª semana de Pascua.
Los discípulos de Jesús “tuvieron” que “perder” al Dios-hecho-hombre, a Jesús, para poder “encontrar” a Jesucristo resucitado. Es una ley no sólo de la fe, es una ley universal: a nivel sideral, a nivel biológico, a nivel personal, etc. Perder para ganar, morir para resucitar. Y es una ley que nos “obliga” a pasar por el dolor: «vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría». Hasta el mismo Pablo, hoy en Corinto, tuvo que “arrancarse” de la sinagoga y dedicarse a los gentiles en su predicación, seguramente con mucho dolor porque se trataba de sus hermanos judíos. Hoy, en nuestras sociedades, es contracultural, pero así nos va: ahorrando a nuestros hijos el dolor del crecimiento interior, les abocamos a un dolor mayor, el del sinsentido de la vida, replegados sobre sí mismos. ¡Revélanos, Señor, tu salvación!
MIÉRCOLES 28.05.2025
Miércoles de la 6ª semana de Pascua.
En Atenas, ante un público pagano, Pablo cambia el estilo de su discurso. Algunos presentan este episodio como el fracaso de una predicación que quiere ser encarnada, cuando en realidad tampoco le había ido mejor a Pablo en las sinagogas judías. En el final del relato está la clave: «Algunos se le juntaron y creyeron…». Desconfiemos de las masas arrastradas por el verbo del predicador de turno, y todavía desconfiemos más de los que hacen de esto su bandera para “demostrar” su superioridad. El evangelio no avanza por golpes de efecto, ni por seducción ─lo de tirarse del alero del templo fue una tentación que rechazó Jesús─ sino por la obra y la fuerza del Espíritu Santo… como semilla que cae en tierra, pasa el invierno en tierra, y sólo en primavera florece.
MARTES 27.05.2025
Martes de la 6ª semana de Pascua.
En la cárcel de Filipos tiene lugar un nuevo Pentecostés. El carcelero ─imaginamos rudo y poco educado─ se convierte con toda su familia. ¡Es una fuerte llamada de atención para quienes imaginan un cristianismo encerrado en una lógica burguesa! «Conviene que yo me vaya», le dice Jesús a sus discípulos, y añade: y por esto «la tristeza os ha llenado el corazón». Y nosotros podíamos “traducir” así: cuantas cosas deberíamos arrancar de nuestro corazón y de nuestra mente, aunque nos causen dolor y tristeza… Y esto sólo es posible cuando «venga el Paráclito». Pedirlo con sinceridad y humildad y salir de nosotros al encuentro de los “diferentes” tendría que ser para nosotros un “deber” religioso primero.
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SÁBADO 07.06.2025
Sábado de la 7ª semana de Pascua.
Y Pablo, que llega como prisionero a Roma, aprovecha el tiempo para dar testimonio del Evangelio. Toda una lección para nosotros que muchas veces perdemos mucho tiempo en lamentos y discusiones de “poca sustancia”. En el camino del evangelio nunca lo podremos entender todo y siempre habrá cosas que nunca podremos entender Le pasó a Pedro con el «discípulo amado» en el evangelio de hoy. Por eso la confianza debe empapar nuestra vida religiosa, una confianza que no es conquista nuestra, sino la obra del Espíritu en nosotros. Una vez más, pidamos: «Ven Espíritu Santo…».
VIERNES 06.06.2025
Viernes de la 7ª semana de Pascua.
Pedro ha aprendido una lección que no se aprende en los libros, sino en la vida… equivocándose. Ahora sí, al reconocer las tres veces que le negó a Jesús el Jueves Santo, Pedro está preparado para «apacentar las ovejas» del Señor. Y el mismo Señor le recuerda: «cuando eras joven… cuando seas viejo, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras»… incluso a la «muerte». Ese otro, es el Espíritu Santo. La equivocación, incluso el pecado, es la pedagogía de Dios para que lo que aprendamos, lo aprendamos con humildad, porque sólo con un corazón humilde podemos de verdad abrirnos al Espíritu Santo. Cuando en nuestra vida fallan nuestros proyectos, nuestras ilusiones, nuestras fuerzas… quizá no sea el momento del desánimo, sino la hora del Espíritu Santo en nuestra propia vida. Como lo fue en la vida de Pablo que, sometido a las decisiones de personajes históricos concretos, en realidad es el Espíritu Santo que le conduce a Roma.
JUEVES 05.06.2025
Jueves de la 7ª semana de Pascua.
Pablo, acusado ante el Sanedrín, sigue los pasos de Jesús. Pero Pablo, que maneja con habilidad su conocimiento del mundo judío, salva la situación y no morirá en Jerusalén sino, años más tarde, en Roma, que pasará a ser el centro del mundo cristiano… no sin grandes dificultades que surgirán a lo largo de la historia. Por eso, Jesús, que conocía bien la pasta de la que estamos hechos, ora insistentemente por esa unidad. Y nosotros con toda la Iglesia no debemos cansarnos nunca de pedirla, porque, una vez más, no será la obra de los hombres, aunque debemos trabaja por ella, sino la obra del Espíritu a través de la comunión-amor con el Padre y el Hijo: «Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».
MIÉRCOLES 04.06.2025
Miércoles de la 7ª semana de Pascua.
Pablo, en su despedida de «los presbíteros de la Iglesia de Éfeso» no ignora los peligros que acechan a aquella comunidad. Peligros que vendrán de fuera: «se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño». Pero también peligros que vendrán desde dentro de la propia comunidad: «surgirán algunos que hablarán cosas perversas para arrastrar a los discípulos en pos de sí». Y Pablo hace lo único que siempre podemos y debemos hacer, orar: «Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para construiros…» También Jesús sabe de estos peligros, por eso ora a Dios Padre por sus discípulos: «Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad». Y nosotros, que navegamos en medio de un mundo agitado por tormentas de todo tipo, sentimos hoy la gratitud de esta oración de Pablo y de Jesús; al tiempo que nos unimos a ella para rezar también nosotros por la Iglesia: «que sea santificada en la verdad». Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor.
MARTES 03.06.2025
Martes de la 7ª semana de Pascua.
Pablo se despide de los presbíteros de Éfeso ante los que «no tuvo miedo de anunciar enteramente el plan de Dios». Y en la Última Cena Jesús se despide de sus discípulos ante los que ha «manifestado el nombre de Dios Padre». Tarea cumplida para los dos. Pero tarea que no es la obra de los hombres sino del Espíritu de Dios. Pablo lo expresa directamente: «Me dirijo a Jerusalén encadenado por el Espíritu Santo…». Y Jesús, ungido por el Espíritu Santo en su bautismo, ora ahora por sus discípulos, »por estos que tú me diste», por tanto, para que el mismo Espíritu les dirija mientras «están en el mundo». La oración de Jesús por ellos y por nosotros nos emociona y nos llena de confianza. Invoquemos siempre también nosotros al Espíritu Santo.
NB.: Las reflexiones de días anteriores podrás encontrarlas en las pestañas «Al hilo de la liturgia diaria…», dentro, a su vez, de la pestaña «Orar-Reflexionar».