Al hilo de la liturgia diaria 2024-25 (2)
SÁBADO 07.06.2025
Sábado de la 7ª semana de Pascua.
Y Pablo, que llega como prisionero a Roma, aprovecha el tiempo para dar testimonio del Evangelio. Toda una lección para nosotros que muchas veces perdemos mucho tiempo en lamentos y discusiones de “poca sustancia”. En el camino del evangelio nunca lo podremos entender todo y siempre habrá cosas que nunca podremos entender Le pasó a Pedro con el «discípulo amado» en el evangelio de hoy. Por eso la confianza debe empapar nuestra vida religiosa, una confianza que no es conquista nuestra, sino la obra del Espíritu en nosotros. Una vez más, pidamos: «Ven Espíritu Santo…».
VIERNES 06.06.2025
Viernes de la 7ª semana de Pascua.
Pedro ha aprendido una lección que no se aprende en los libros, sino en la vida… equivocándose. Ahora sí, al reconocer las tres veces que le negó a Jesús el Jueves Santo, Pedro está preparado para «apacentar las ovejas» del Señor. Y el mismo Señor le recuerda: «cuando eras joven… cuando seas viejo, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras»… incluso a la «muerte». Ese otro, es el Espíritu Santo. La equivocación, incluso el pecado, es la pedagogía de Dios para que lo que aprendamos, lo aprendamos con humildad, porque sólo con un corazón humilde podemos de verdad abrirnos al Espíritu Santo. Cuando en nuestra vida fallan nuestros proyectos, nuestras ilusiones, nuestras fuerzas… quizá no sea el momento del desánimo, sino la hora del Espíritu Santo en nuestra propia vida. Como lo fue en la vida de Pablo que, sometido a las decisiones de personajes históricos concretos, en realidad es el Espíritu Santo que le conduce a Roma.
JUEVES 05.06.2025
Jueves de la 7ª semana de Pascua.
Pablo, acusado ante el Sanedrín, sigue los pasos de Jesús. Pero Pablo, que maneja con habilidad su conocimiento del mundo judío, salva la situación y no morirá en Jerusalén sino, años más tarde, en Roma, que pasará a ser el centro del mundo cristiano… no sin grandes dificultades que surgirán a lo largo de la historia. Por eso, Jesús, que conocía bien la pasta de la que estamos hechos, ora insistentemente por esa unidad. Y nosotros con toda la Iglesia no debemos cansarnos nunca de pedirla, porque, una vez más, no será la obra de los hombres, aunque debemos trabaja por ella, sino la obra del Espíritu a través de la comunión-amor con el Padre y el Hijo: «Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».
MIÉRCOLES 04.06.2025
Miércoles de la 7ª semana de Pascua.
Pablo, en su despedida de «los presbíteros de la Iglesia de Éfeso» no ignora los peligros que acechan a aquella comunidad. Peligros que vendrán de fuera: «se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño». Pero también peligros que vendrán desde dentro de la propia comunidad: «surgirán algunos que hablarán cosas perversas para arrastrar a los discípulos en pos de sí». Y Pablo hace lo único que siempre podemos y debemos hacer, orar: «Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para construiros…» También Jesús sabe de estos peligros, por eso ora a Dios Padre por sus discípulos: «Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad». Y nosotros, que navegamos en medio de un mundo agitado por tormentas de todo tipo, sentimos hoy la gratitud de esta oración de Pablo y de Jesús; al tiempo que nos unimos a ella para rezar también nosotros por la Iglesia: «que sea santificada en la verdad». Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor.
MARTES 03.06.2025
Martes de la 7ª semana de Pascua.
Pablo se despide de los presbíteros de Éfeso ante los que «no tuvo miedo de anunciar enteramente el plan de Dios». Y en la Última Cena Jesús se despide de sus discípulos ante los que ha «manifestado el nombre de Dios Padre». Tarea cumplida para los dos. Pero tarea que no es la obra de los hombres sino del Espíritu de Dios. Pablo lo expresa directamente: «Me dirijo a Jerusalén encadenado por el Espíritu Santo…». Y Jesús, ungido por el Espíritu Santo en su bautismo, ora ahora por sus discípulos, »por estos que tú me diste», por tanto, para que el mismo Espíritu les dirija mientras «están en el mundo». La oración de Jesús por ellos y por nosotros nos emociona y nos llena de confianza. Invoquemos siempre también nosotros al Espíritu Santo.
LUNES 02.06.2025
Lunes de la 7ª semana de Pascua.
También para nosotros hay momentos en la vida que todo nos parece claro, tanto a nivel de la fe y su compromiso, como a nivel humano, en nuestros proyectos o proyecto de vida. Pero también para nosotros como para los discípulos, ─como les anuncia Jesús─, hay momentos en que «nos dispersaríamos cada uno por nuestro lado», es decir, en que nos gustaría salir corriendo, dejarlo todo atrás, y empezar de nuevo todo en otro lugar y con otras personas. Seguro que Jesús, hablando humanamente, en algún momento sintió también ese deseo. Tal vez, por lo menos, en Getsemaní. Así también nosotros, como los discípulos que encontró Pablo en Éfeso, para andar el camino de la vida y de la fe, necesitamos algo más que un «bautismo de conversión», es decir, algo más que buena voluntad, necesitamos que venga sobre nosotros el Espíritu Santo… ese que, humildemente, debemos pedir cada día.
DOMINGO 01.06.2025
Domingo 7° de Pascua, C.
Esteban es el testigo que no puede callar lo que “ha visto y oído” aunque le cueste la vida, porque él ya ha «visto» la Vida y el Amor. Sus apedreadores, en el otro extremo del espectro religioso, han convertido su religión en ideología, que degenera en fanatismo y termina en violencia ciega. Entre ambos, el joven Saulo: un signo de esperanza de que Dios es capaz de cambiar los corazones más endurecidos, para congregarlos en la unidad de la Iglesia. Jesús sabe de la dificultad de esta unidad, por eso le pide al Padre un milagro: «Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos». El milagro de amar como el mismo Jesús nos amó… con el amor mismo de Dios. Y esto sólo es posible con la efusión del Espíritu Santo. No nos cansemos nunca de pedirle. En las situaciones favorables, para no caer en el orgullo. En las adversas, para no caer en la desesperanza. Que él nos ayude a vivir con el corazón en le Cielo, pero con los pies en la tierra.
SÁBADO 31.05.2025
La Visitación de la Bienaventurada Virgen María
Tras la encarnación del Hijo de Dios en su seno, María se pone en camino para visitar a su prima Isabel. Ambos misterios van unidos: es siempre el Señor el que nos desinstala y nos hace salir al encuentro del otro, del diferente. Eso que hoy nos cuesta tanto porque no vivimos centrados en Cristo, sino en nosotros mismos. Tan centrados en nosotros mismos que hasta el cántico de María ─«Proclama mi alma la grandeza del Señor… porque ha mirado la humildad de su esclava»─, se convierte a veces en un “proclama mi alma mi grandeza ante el Señor… porque he hecho muchos méritos ante él”. A nueve días de Pentecostés, también nosotros necesitamos pedir el Espíritu Santo: que nos haga humildes como a María, que nos ponga en camino como a María… y que nos llene de la alegría de saber y sentir que «el Señor tu Dios está en medio de ti»… como María.
SÁBADO 31.05.2025
Sábado de la 6ª semana de Pascua.
A Pablo le pasa en Éfeso con Apolo como nos pasa a nosotros tantas veces en la vida, que encontramos personas que admiran a Jesús, que dicen creer en él, que lo aceptan en su vida de una forma u otra, etc. pero cuyo nivel de formación sobre el misterio de Jesucristo es todavía muy limitado. Pablo, para instruir a Apolo ─y convertirlo en un gran evangelizador─, contó con la impagable colaboración de Priscila y Áquila. Nosotros no siempre contamos con esos preparados y generosos colaboradores, incluso nosotros mismos, en este complejo mundo en el que vivimos, no siempre estamos a la altura que necesitaríamos estar. «Pidamos al Padre en nombre de Jesucristo» esos colaboradores y esa finura de alma que se necesitan… A ese Dios Padre «que nos quiere, porque queremos a Jesucristo y creemos que él salió de Dios».
VIERNES 30.05.2025
Viernes de la 6ª semana de Pascua.
No fue fácil el arranque de la comunidad cristiana de Corinto. El fanatismo judío trató de hacer la vida imposible a Pablo o al que se pusiera por medio: «agarraron a Sóstenes… y le dieron una paliza delante del tribunal». Puedo o no puedo estar de acuerdo con otras sensibilidades o formulaciones religiosas ─es legítimo─, pero cuando lo “distinto” genera en mí violencia o deseos de violencia, ─la peor: la verbal, aunque sea sutil─, es que algo tengo que revisar en mi propia vida y en mi fe. El evangelio se propaga en el mundo a través de la Cruz, pero yo también crezco en la fe (y en lo humano) a través de la Cruz. Es como «la mujer cuando va a dar a luz»… nos lo dice Jesús mismo.
JUEVES 29.05.2025
La Ascensión del Señor a los Cielos, C.
Hoy nos cuesta hablar del Cielo. Quizá porque en un tiempo no muy lejano el Cielo era el refugio de espiritualidades enfermizas, poco comprometidas con el mundo o, quizá, porque nuestra cultura ─como nos recordaba el papa Francisco─ está marcada por «lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido, lo superficial». Sin embargo, la fiesta que hoy celebramos nos recuerda que nuestro destino es el Cielo, la morada de Dios, donde Jesucristo «está sentado a la derecha del Padre» y nos espera para darnos el abrazo de Vida y Amor que todos anhelamos desde lo profundo de nuestro corazón. La Ascensión es fiesta de la Esperanza cristiana. Pero también esta fiesta nos recuerda que ese Cielo ya está aquí hoy en medio de nosotros y en nosotros porque nuestra «carne» ha sido ascendida la Cielo con el Señor y, por eso, también nos compromete: no os quedéis ahí «plantados, mirando al cielo», al contrario, «id y haced discípulos de todos los pueblos…». La Ascensión es también fiesta del testimonio cristiano. Esperanza y testimonio que se enfrentan a nuestra pequeñez y pobreza, por eso Jesús nos dice: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Presencia de Jesucristo resucitado y ascendido por su Espíritu. Miramos ya a Pentecostés… ¡Ven Espíritu Santo!
JUEVES 29.05.2025
Jueves de la 6ª semana de Pascua.
Los discípulos de Jesús “tuvieron” que “perder” al Dios-hecho-hombre, a Jesús, para poder “encontrar” a Jesucristo resucitado. Es una ley no sólo de la fe, es una ley universal: a nivel sideral, a nivel biológico, a nivel personal, etc. Perder para ganar, morir para resucitar. Y es una ley que nos “obliga” a pasar por el dolor: «vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría». Hasta el mismo Pablo, hoy en Corinto, tuvo que “arrancarse” de la sinagoga y dedicarse a los gentiles en su predicación, seguramente con mucho dolor porque se trataba de sus hermanos judíos. Hoy, en nuestras sociedades, es contracultural, pero así nos va: ahorrando a nuestros hijos el dolor del crecimiento interior, les abocamos a un dolor mayor, el del sinsentido de la vida, replegados sobre sí mismos. ¡Revélanos, Señor, tu salvación!
MIÉRCOLES 28.05.2025
Miércoles de la 6ª semana de Pascua.
En Atenas, ante un público pagano, Pablo cambia el estilo de su discurso. Algunos presentan este episodio como el fracaso de una predicación que quiere ser encarnada, cuando en realidad tampoco le había ido mejor a Pablo en las sinagogas judías. En el final del relato está la clave: «Algunos se le juntaron y creyeron…». Desconfiemos de las masas arrastradas por el verbo del predicador de turno, y todavía desconfiemos más de los que hacen de esto su bandera para “demostrar” su superioridad. El evangelio no avanza por golpes de efecto, ni por seducción ─lo de tirarse del alero del templo fue una tentación que rechazó Jesús─ sino por la obra y la fuerza del Espíritu Santo… como semilla que cae en tierra, pasa el invierno en tierra, y sólo en primavera florece.
MARTES 27.05.2025
Martes de la 6ª semana de Pascua.
En la cárcel de Filipos tiene lugar un nuevo Pentecostés. El carcelero ─imaginamos rudo y poco educado─ se convierte con toda su familia. ¡Es una fuerte llamada de atención para quienes imaginan un cristianismo encerrado en una lógica burguesa! «Conviene que yo me vaya», le dice Jesús a sus discípulos, y añade: y por esto «la tristeza os ha llenado el corazón». Y nosotros podíamos “traducir” así: cuantas cosas deberíamos arrancar de nuestro corazón y de nuestra mente, aunque nos causen dolor y tristeza… Y esto sólo es posible cuando «venga el Paráclito». Pedirlo con sinceridad y humildad y salir de nosotros al encuentro de los “diferentes” tendría que ser para nosotros un “deber” religioso primero.
LUNES 26.05.2025
Lunes de la 6ª semana de Pascua.
Hay una religiosidad, que se tiene a sí misma por verdad absoluta, y que es idolatría: «Os excomulgarán de la sinagoga… pensando que da culto a Dios». Y esto porque no es una religiosidad descentrada de uno y centrada en Dios, sino todo lo contrario: «No han conocido ni al Padre ni a mí». La verdadera fe es un conocimiento-experiencia-comunión, no es palabrería ni fanatismo ritual o ideológico. «Estar con Jesús» es una gracia y una respuesta del corazón que se da en quien, muchas veces, menos pensamos. Como «Lidia, natural de Tiatira» que «aceptó lo que decía Pablo» y a él y a sus compañeros albergó en su casa. Es la obra del Espíritu ante la que no cabe sino la humildad, la petición y la acogida por su misma gracia.
DOMINGO 25.05.2025
Domingo 6° de Pascua, C.
También a nosotros muchas veces nos gustaría preguntarle al Señor como «Judas, no el Iscariote»: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?». Es decir, que él nos aclare el misterio del reparto y la respuesta ante su gracia divina: ¿por qué este sí, y el otro no? O ¿por qué este fue primero sí y luego no, o viceversa? Etc. etc. Pero Jesús, como tantas veces, no responde directamente a la pregunta. A Jesús no le interesan los creyentes de salón con todas las respuestas contestadas y una teología inamovible en su cabeza. Jesús quiere discípulos en camino, que encarnen el misterio del Amor de Dios manifestado en Él. Sólo haciendo este camino existencial y creyente podremos “entender” algo más del misterio de la gracia divina y, sobre todo, comprender que hay preguntas que no tiene sentido plantearse. Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy, como respuesta a la pregunta de Judas, son señales para andar el camino del verdadero discípulo: Abramos nuestro corazón en humildad y desprendimiento al Espíritu Santo, dejémosle que él nos vaya guiando, descubrámonos como santuario del Dios trinitario, y dejemos que su Paz y su alegría, ¡no las del mundo!, llenen nuestro corazón.
SÁBADO 24.05.2025
Sábado de la 5ª semana de Pascua.
El cristiano vive en medio del «mundo», y ese mundo se puede volver contra él, o bien de forma violenta por las persecuciones e incomprensiones, o bien de forma sutil, metiéndose en el corazón del creyente y creando divisiones en las comunidades. «A mí me han perseguido ─dice Jesús─, también a vosotros os perseguirán». Y todo esto forma parte del “lote” de la fe, por eso no nos tenemos que asustar ni escandalizar. Pero, sobre todo, porque la nave de la Iglesia no la llevan los hombres con sus miserias y limitaciones, sino el Espíritu Santo quien «robustece la fe de los creyentes y aumenta su número de día en día». «Aclamemos al Señor y sirvámosle con alegría» en medio de las luchas y dificultades de cada día.
VIERNES 23.05.2025
Viernes de la 5ª semana de Pascua.
Es normal que en una institución como es la Iglesia, donde caben personas de muy distintos orígenes, tradiciones y sensibilidades, se produzcan dificultades y roces. El llamado primer concilio de Jerusalén nos señala el camino a seguir cuando se produzcan situaciones conflictivas: escucha, diálogo e invocación al «Espíritu Santo». Pero las palabras de Jesús en el evangelio también nos dan luz: «Que os améis unos a otros como yo os he amado». Y él nos ha amado hasta dar su vida: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos». Es decir, salir de uno mismo, de su propia ideología, de sus propios sentimientos e intentar ponerse en el lugar del otro para comprenderlo. Para ello contamos con la gracia de Aquél que «nos ha elegido y nos ha destinado para vayamos-salgamos y demos fruto» y que, al mismo tiempo, nos invita a «pedírselo a Dios-Padre en su nombre».
JUEVES 22.05.2025
Jueves de la 5ª semana de Pascua.
La actitud humilde de Pablo y Bernabé subiendo a Jerusalén da lugar al diálogo y a la reflexión. La situación provocada por los llamados judaizantes quedará desbloqueada, pero no resuelta: ellos seguirán sembrando su cizaña en las comunidades fundadas por Pablo. Como reflexionábamos ayer, siempre es más fácil cumplir una norma que amar. Pero todavía es aún más difícil, aunque parezca paradójico, dejarse amar. Esto les pasa a los judaizantes, que no entienden el Amor infinito que encierra el misterio de Jesucristo y, mucho menos, que él nos quiere partícipes de ese mismísimo amor: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor». El amor que va más allá del cumplimiento de unas normas y preceptos, para convertirse en un «alegre» dar la vida por los demás… como el mismo Jesús la dio por nosotros.
MIÉRCOLES 21.05.2025
Miércoles de la 5ª semana de Pascua.
Siempre es más fácil cumplir una norma que amar a fondo perdido. Cumplir una norma da seguridad. Mientras que el amor no tiene límites: siempre podemos amar más, y más, y más… Y así hoy nos encontramos en la primera lectura con esos «unos que bajaron de Judea y se pusieron a enseñar… que si no se circuncidaban… no podían salvarse». Y vuelven a aparecer en Jerusalén: «algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe». Son los que se empeñan en encajar el evangelio de Jesucristo en normas y leyes y se olvidan de la gracia. Han existido y existirán siempre. Pablo tuvo que luchar toda su vida con ellos. Él mismo había sido uno de ellos. Es un sutil enemigo de la fe que todos llevamos dentro. Por eso nos admira en este pasaje la humildad de Pablo y Bernabé subiendo a Jerusalén, después de todo lo que han vivido y padecido por el evangelio en su primer viaje misionero. Pablo y Bernabé ejemplifican así lo que significa ser verdaderos sarmientos unidos a la vid que es Cristo: se dejan podar y, por eso, su actividad apostólica, ha dado y seguirá dando fruto abundante. Señor, danos a todos esa humildad.
MARTES 20.05.2025
Martes de la 5ª semana de Pascua.
El primer viaje misionero de Pablo y Bernabé se cierra con la vuelta a la comunidad cristiana de Antioquía de Siria que los había enviado. Atrás quedan las penalidades del viaje, las persecuciones y apedreamientos por parte de los que se resisten al evangelio, pero, sobre todo, queda «lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe». Parafraseando las palabras de Jesús en el evangelio sobre la paz, podíamos decir que el evangelio avanza no con los criterios del mundo, sino con los criterios de Dios: bajar, para subir; irse, para volver; dar la vida, para recuperarla… ¡Cuánto tenemos aún, Señor, que aprender!
LUNES 19.05.2025
Lunes de la 5ª semana de Pascua.
«Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?», pregunta «Judas, no el Iscariote», a Jesús. Y nosotros podríamos seguir preguntando: ¿Por qué algunos acogen la predicación de Pablo y Bernabé, mientras que otros intentan apedrearlos? ¿Por qué unos enfermos son curados, como el paralítico de Listra, y otros no? ¿Por qué hay pastores que utilizan el evangelio en honor y gloria propia, mientras que otros, como Pablo y Bernabé, «se rasgan el manto» cuando quieren proclamarles dioses? La respuesta de Jesús a Judas nos dice que no es a nosotros a quienes corresponde desvelar estos misterios, sino que lo que nos corresponde es «amar a Jesús y guardar su Palabra», pero no como nuevos prometeos, sino ¡con el auxilio del Espíritu Santo!: él «será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho». ¡Gracias, Señor!
DOMINGO 18.05.2025
Domingo 5° de Pascua.
Ahora que Judas me traiciona, que Pedro me va a negar, que los demás me van a abandonar cobardemente, precisamente ahora que ─hablando humanamente─ no mereceríais sino el castigo, la reprensión, es cuando «el Hijo del hombre va a ser glorificado y Dios en él». Misterio de la inefabilidad e inabarcabilidad del amor de Dios por nosotros, y que no nos acabamos de creer. Es más fácil “jugar” con Dios a los méritos ─narcisismo espiritual─ que abandonarse en los brazos del Amor ─compromiso agradecido─. Y es que el Amor siempre nos lleva más allá porque la meta de nuestra existencia está en asemejarnos a Dios por pura gracia suya: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, amaos también los unos a los otros». La meta de nuestra existencia es acoger en nuestro corazón y en nuestra vida ese «cielo nuevo y esa tierra nueva» de que nos habla hoy la segunda lectura: «sin lágrimas, sin llanto, sin dolor». Quizá no cambie tanto tu forma de ser, ni tu familia, ni tus amigos, ni el mundo ─o quizás sí, porque tú has cambiado─, pero habrá cambiado tu forma de sentir y tu forma de situarte ante el mundo. Tu mirada ya no será la del angustiado o amargado fracasado que sólo se fija en el mal, sino la del confiado y esperanzado discípulo de Jesucristo Resucitado, vencedor del pecado y de la muerte que «bendecirá su nombre por siempre».
SÁBADO 17.05.2025
Sábado de la 4ª semana de Pascua.
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Es siempre la tentación del creyente: dejar a Dios reducido a algo visible, medible, abarcable… ¿No les pasaba algo de esto a los judíos que escuchaban la predicación de Pablo en Antioquía de Pisidia, y por eso, se llenan de envidia, blasfeman y provocan una persecución? Pero Dios es… Dios: invisible, inmedible, inabarcable… aunque al mismo tiempo, para quienes están abiertos a él, se manifiesta misteriosamente a través de la realidad y la historia de cada día: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre». Que como los gentiles que escuchaban a Pablo, también nosotros «nos alegremos y alabemos la palabra del Señor, y creamos que estamos destinados a la vida eterna». Amén.
VIERNES 16.05.2025
Viernes de la 4ª semana de Pascua.
Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia presenta a Jesús como el cumplimiento y meta de toda la larga tradición judía. La acogida de este anuncio no será uniforme, como veremos mañana. Jesús se define ante Tomás como «el camino, la verdad y la vida», y este anuncio del mismo Jesús tampoco ha encontrado una acogida unánime a lo largo de dos mil años de historia. Es un misterio que nos sobrepasa y que, a veces, nos puede desanimar a los creyentes. De ahí las palabras de Jesús: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. (…) Me voy a prepararos un lugar (…) para que donde estoy yo estéis también vosotros».
JUEVES 15.05.2025
Jueves de la 4ª semana de Pascua.
De Perge de Panfilia a Antioquía de Pisidia hay unos 240 km de ruta militar adoquinada. Son unos diez días de marcha y el riesgo de ser atacados por bandidos, subiendo hasta llegar a los 1.1000 m de altura. Quizá sea todo esto lo que desanimó al joven Juan y lo hizo volverse. Son las decepciones y sorpresas que nos depara el camino del evangelio: aquellos que estimábamos, nos dejan; y otros con los que no simpatizábamos mucho, nos apoyan. Le ocurrió a Jesús con Judas ─«el que compartía mi pan me ha traicionado»─, ¿cómo no nos va a ocurrir a nosotros? El mismo Jesús nos invita a estar preparados para aceptar esta fragilidad humana: «Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy». De ahí la importancia de tener el corazón bien anclado, no en las mediaciones o en los mediadores, sino en el mismo Jesucristo nuestro Señor: «Yo no soy quien pensáis… viene uno detrás de mí…».
MIÉRCOLES 14.05.2025
Miércoles de la 4ª semana de Pascua.
Pablo y Bernabé han ido a Jerusalén desde Antioquía de Siria para llevar a los hermanos de allí una colecta en un momento de hambruna. La primera lectura de hoy comienza con el regreso de Pablo y Bernabé a Antioquía «después de haber cumplido esta misión». La comunidad cristiana aquí asentada muestra una gran actividad evangélica y empieza a ganar protagonismo en detrimento de Jerusalén. Así, será Antioquía de Siria, y no Jerusalén, la comunidad de referencia de Pablo y Bernabé en sus viajes apostólicos. Con el paso de los años, la propia Antioquía de Siria dará paso a Roma.
Cumplir nuestra misión en la vida y no sentirnos ni dueños ni imprescindibles es una gracia siempre a pedir. El mismo Jesús en el evangelio de hoy nos dice que nuestra mirada de fe no se detenga en él, sino que a través de él llegue al Padre: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. (…) Lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».
Así pues, «que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros» y así andemos por «sus caminos» para llevar a «todos los pueblos su salvación».
MARTES 13.05.2025
Martes de la 4ª semana de Pascua.
La cita de «la fiesta de la Dedicación del templo» nos remite a la exitosa rebelión macabea en el 165 a. C. Los judíos que interrogan a Jesús sobre si es o no el Mesías, se mueven a este nivel humano-militar. Pero la respuesta de Jesús se mueve no en el plano de la fuerza humana, sino en el plano del amor divino y de la fe, por eso no le entienden: «Vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas». Los mismos discípulos de Jesús, los que le acompañaron desde Galilea hasta el Calvario, tuvieron que aprender a dejar atrás el “lenguaje de la fuerza” para sustituirlo por el “lenguaje humilde de Jesús”. El evangelio comenzará a extenderse hasta los confines de la tierra de la mano de «los huidos de Jerusalén por la muerte de Esteban» y de la mano de Bernabé, «hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe», y más delante de Saulo, como testimonio de la “eficacia” del “lenguaje de Jesús” y no de las planificaciones humanas. «Alabad al Señor todas las naciones».
LUNES 12.05.2025
Lunes de la 4ª semana de Pascua.
Nacido en un contexto judío, el cristianismo se ve impulsado por su propia naturaleza a abrirse fuera del marco judío. Pero, como leemos en los Hechos de los Apóstoles, no fue fácil. Seguramente que tampoco fue fácil para los mismos apóstoles, pero la acción del Espíritu Santo se impuso sobre prejuicios y razonamientos “razonables”. Así, en el texto de la primera lectura, Pedro no entra en disquisiciones teológicas ante los «hermanos de Judea» que le cuestionan «haber entrado en casa de incircuncisos y haber comido con ellos» ─no hubiera conducido sino a enfrentamientos─, sino que Pedro da testimonio de lo que el Señor le ha regalado vivir, y esto «calmó» a los hermanos que «alabaron a Dios». Pedro se comportó como un buen pastor que no “trabaja” para sí mismo, sino para el bien de quienes le han sido confiados, llevándolos a Cristo «puerta del redil de las ovejas». Bien sabemos que el aprendizaje de Pedro fue duro, pero tuvo el mejor “profesor”: al mismo Señor Jesucristo, Buen Pastor. Dejémonos también nosotros enseñar por él y en él saciemos la «sed de nuestra alma». No nos dejemos engañar por «malos pastores», que los hay, y muchos.
DOMINGO 11.05.2025
Domingo 4° de Pascua, C.
En este domingo del Buen Pastor nos regala el Señor, como un signo, un nuevo pastor para su Iglesia: el papa León XIV. Es una invitación a la confianza, esa que necesitamos en estos tiempos revueltos en los que tantas cosas nos amedrentan: «Nadie arrebatará a mis ovejas de mi mano… nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre». Una persona asustada es fácilmente manipulable. El miedo es un arma que divide ─diabólica─ y somete, frente a Jesucristo que es el que une y libera: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre». Tribulaciones de todo tipo siempre habrá en la vida. También el evangelio se abre paso a través del misterio de la Cruz como vemos hoy con Pablo y Bernabé. Y, a veces, la cruz nos viene de quién esperaríamos lo contrario: «Los judíos… incitaron a las mujeres… adoradoras de Dios… y provocaron una persecución…». Pero la cruz ─estamos en Pascua─ no tiene la última palabra: «Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas (…) vienen de la gran tribulación…». «Alegrémonos, alabemos la palabra de Dios, dejémonos llenar del Espíritu Santo»… y oremos por el papa León.
SÁBADO 10.05.2025
Sábado de la 3ª semana de Pascua.
Qué contraste entre este Pedro que hace milagros en el nombre de Jesús, y aquel Pedro autosuficiente y un poco fanfarrón que conoció Jesús. Aquel Pedro, que quería entorpecer los planes del Señor y adaptarlos a los suyos, se hace ahora canal de gracia de esos mismos planes del Señor. “Aquel” Pedro somos todos nosotros un poco ─un Dios, un Jesús a nuestra medida─ y también, como él, estamos llamados a ser “este” Pedro. En medio, por supuesto, la gracia de Dios, pero también esa actitud del corazón que nos lleve a decir siempre y en toda circunstancia, doblegando nuestro orgullo y autosuficiencia, como Pedro: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna…».
VIERNES 09.05.2025
Viernes de la 3ª semana de Pascua.
El misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, si lo pensamos bien, es un escándalo. Y, no digamos, su muerte en la Cruz. Así que no nos extrañe que lo sea también el que nos «dé a comer su carne… y a beber su sangre». Los que disputaban entre sí» y el mismo Saulo, se negaban a aceptar este misterio-escándalo. En pura lógica humana, tienen razón. Pero cuando este misterio sale a nuestro encuentro como gracia, todo cambia y, como a Saulo, nos derriba por tierra todas nuestras seguridades y certezas, para hacernos descubrir que este escándalo va envuelto en una locura de Amor tan grande que lo hace razonable: sólo un Dios que es Amor y Misericordia pudo haber “inventado” algo así. Y como a Saulo, y no sólo a Saulo, nos cambia la vida… «Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos».
JUEVES 08.05.2025
Jueves de la 3ª semana de Pascua.
La autosuficiencia nos cierra sobre nosotros mismos y nos hace odiosos, por eso no es buena compañera de la vida, menos en la vida espiritual donde resulta contradictorio. Como el eunuco de la primera lectura todos somos buscadores de la verdad ─«Serán todos discípulos de Dios», dice Jesús─, pero, al mismo tiempo, tenemos que saber que eso que buscamos, sin la ayuda de la gracia, nunca lo encontraremos. Nos lo recuerda Jesús en el evangelio: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado». Para el eunuco esa gracia salió a su encuentro en Felipe… Este próximo domingo celebraremos a Jesucristo como Buen Pastor y, con este motivo, oraremos por las vocaciones y por las vocaciones nativas para que Dios siga suscitando entre nosotros “felipes” que sigan explicando y anunciando a Jesucristo como «el pan de Vida Eterna».
MIÉRCOLES 07.05.2025
Miércoles de la 3ª semana de Pascua.
Y la violencia, una vez desatada, es difícil pararla. Pero lo que a ojos humanos parece un fracaso, se convierte en ocasión de propagar el evangelio. Es un eco del misterio pascual de Jesucristo: la muerte que lleva a la vida, la Vida que está anclada en el mismo corazón de la muerte: «Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no se pierda nada de lo que se me dio, sino que lo resucite en el último día». ¡Cuánto nos cuesta entender esto!, y cuánto nos cuesta, por tanto, alegrarnos y descansar en Aquel cuyo «poder gobierna eternamente».
MARTES 06.05.2025
Martes de la 3ª semana de Pascua.
Cuando nuestras pequeñas y siempre limitadas verdades se ven confrontadas con la Verdad, si no somos humildes nos ocurre lo que les ocurría a las autoridades judías, que «se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia». La Verdad es humilde, pero “nuestras verdades” nos hacen violentos si no las abrimos y purificamos en la Verdad… Y, al final, siempre hay un chivo expiatorio sobre el que descargamos nuestra violencia e insatisfacción. Lo fue Jesús, lo fue Esteban, y tantos otros a lo largo de la historia. Vidas entregadas que no se pierden, que se convierten en semillas de eternidad… en Pan de Vida, como Jesús y por Jesús. Así, en la muerte de Esteban, Saulo, ─que «aprobaba su ejecución»─, está recibiendo la gracia que le llevaría por el camino de su conversión. ¡Quién lo iba a decir! «Tu misericordia, Señor, sea mi gozo y tu alegría».
LUNES 05.05.2025
Lunes de la 3ª semana de Pascua.
La gente busca a Jesús, la gente es religiosa… pero los motivos a veces no son tan “santos”: «me buscáis… porque comisteis pan hasta saciaros». El corazón del ser humano en general, y el corazón de la persona religiosa en particular necesita de una purificación continua. La ocasión de esta purificación nos la da la propia reflexión ante Dios, los acontecimientos que se desarrollan a nuestro alrededor, el testimonio de otros creyentes, etc. Así la figura del diácono Esteban cuestionaba la fe de algunos judíos de «la sinagoga llamada de los libertos», pero en lugar de ser humildes y aceptar “cambiar” organizaron un «alboroto» que, finalmente, conduciría a Esteban a la muerte… como Jesús. Es el maldito orgullo que tantas veces nos traiciona, y lo que es peor, el maldito orgullo que se reviste de piedad: «Apártame, Señor, del camino falso, y dame la gracia de tu ley».
DOMINGO 04.05.2025
Domingo 3° de Pascua.
Pedro está «desnudo» en la barca y así se nos muestra en toda su fragilidad al frente de la Iglesia. Una fragilidad que le subrayará el Señor al interrogarle 3 veces sobre su amor, y evocar así las tres negaciones del Jueves Santo. La última respuesta de Pedro es toda una lección de espiritualidad: «Señor, tú conoces todo; tú sabes que te quiero»… aunque el mío sea un querer pobre, frágil, aunque alguna vez te haya negado… Pero no sólo Pedro es frágil, también lo somos cada uno de los miembros de la Iglesia, y el mayor pecado es no reconocerlo. Está nuestra fragilidad, pero también está «el discípulo amado», ese creyente que por su intimidad con el Señor es capaz de reconocerle y señalarle presente entre nosotros, el mismo que le hace cubrirse a Pedro con su túnica ─símbolo de la dignidad de su vocación─ y tirarse al agua… arriesgarse, aunque no sea aplaudido. Y está, por supuesto, el mismo Señor que constantemente nos invita: «Vamos, almorzad», a ponerle a él en el centro de nuestro corazón y de nuestra vida: «a él el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza».
SÁBADO 03.05.2025
Santos Felipe y Santiago, apóstoles.
El instinto de posesión y dominio nos persigue también en la vida religiosa: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Pero a Dios no se le ve con los ojos de la carne, sino con el corazón; al menos, no al Dios que nosotros nos imaginamos: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?». Porque Dios se nos ha “mostrado” en Jesús de Nazaret: «Quien me ha visto a mí ha visto al Padre». Pero esto nos cuesta a todos entenderlo, y todavía más nos cuesta cuando el mismo Jesús se identifica con los pobres, los hambrientos, los encarcelados, etc. Seguimos buscando en Dios lo espectacular olvidándonos del Amor y la Misericordia. Así que si hay algo que hoy le tenemos que «pedir al Padre» es que nos regale esas gafas del Amor y de la Misericordia… para conocerle.
SÁBADO 03.05.2025
Sábado de la 2ª semana de Pascua.
No existe realidad humana que no tenga que atravesar sus crisis, esos momentos de oscuridad en que lo único que deseamos es salir corriendo y empezar de nuevo en “un entorno maravilloso” que, por supuesto, sólo existe en nuestra imaginación y en nuestro deseo. La vida crece a través de las crisis, y sólo a través de las crisis maduramos. La Iglesia no escapa a esta dinámica como vemos hoy en el conflicto entre «los discípulos de lengua griega y los de lengua hebrea». Pero ni la oscuridad ─«noche cerrada»─ ni la «fuerza del viento» de las crisis son un desastre, al contrario, son la oportunidad de acoger «a bordo» en la barca de nuestra vida al único que tiene el poder de «caminar sobre el agua» ─Jesucristo resucitado, vencedor del pecado y de la muerte─: «Soy yo, no temáis». «Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti».
VIERNES 02.05.2025
Viernes de la 2ª semana de Pascua.
En la “oscuridad” del Sanedrín surge la luz de la palabra de «Gamaliel»… En la “oscuridad” de la falta de pan en «la otra parte del mar de Galilea» surge la luz de «un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces»… Pero sobre todo está la Luz de Jesucristo resucitado que hace que la pobre luz de nuestras palabras o gestos de generosidad se transforme en un gran fuego: Los apóstoles «salieron del Sanedrín contentos… y ningún día dejaban de enseñar»… «Llenaron doce canastos con los pedazos que sobraron»… Que el Señor nos dé la gracia de hacer nuestras estas palabras del salmo: «El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?» para que nuestras pequeñas luces sean reflejo de la Luz de Jesucristo.
JUEVES 01.05.2025
Jueves de la 2ª semana de Pascua.
Los discípulos del Señor, cobardes en los días de la pasión del Señor, se muestran ahora valientes y decididos. El encuentro con el Resucitado y su Espíritu los ha transformado, y por eso pueden decir ─porque así lo han aprendido y así lo viven─: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres». Todo lo contrario que los miembros del «Sanedrín y el sumo sacerdote», quienes, siguiendo criterios de lógica humana y política, primero mataron a Jesús y ahora quieren quitarse de en medio a los apóstoles. Pero ese miembro del Sanedrín o ese sumo sacerdote podemos ser cada uno de nosotros: cuando ante el diferente en sensibilidad religiosa la «rabia» o, incluso, el deseo de «matarlo» nos invade, quizá bajo el aparente ropaje de mi fe no creo de verdad «en el Hijo», sino en las cosas del Hijo… que no es lo mismo.
MIÉRCOLES 30.04.2025
Miércoles de la 2ª semana de Pascua.
Palabras que debiéramos siempre llevar grabadas en nuestro corazón: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna». ¿Por qué en lugar de colocar en el centro de nuestra vida de fe el miedo, no colocamos la gratitud? ¿De verdad creemos que «Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él»? ¿Nos castiga Dios, o somos nosotros los que nos sustraemos a la acción de su gracia y misericordia?: «El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios». Si los apóstoles se hubiesen dejado atrapar por los remordimientos del abandono a Jesús… pero no, se abrieron a su Espíritu…
MARTES 29.04.2025
Santa Catalina de Siena, vg. y doctora de la Iglesia, patrona de Europa.
Una vez más Dios nos sorprende, descoloca y nos invita, especialmente a los pastores de la Iglesia, a reflexionar con la vida y el testimonio de esta santa: «Te doy gracias (…) porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños». En tan sólo 33 años de vida, al mismo tiempo que se ocupaba de los pobres y de los enfermos, “peleó” con papas y eclesiásticos en un momento de la historia de la Iglesia en que llegó a haber tres papas al mismo tiempo. ¿El secreto? Su intensa vida de fe que transparentó la luz de Jesucristo, centro de su vida y de su corazón: «Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna». Sus escritos dan testimonio de una intensa vida mística…
MARTES 29.04.2025
Martes de la 2ª semana de Pascua.
A Nicodemo le cuesta entender las palabras de Jesús porque las toma en sentido literal. Pero Jesús le habla en sentido espiritual. Tras la apariencia visible de las cosas se oculta la realidad invisible en la que “se mueve” el Espíritu de Dios: sólo desde él podemos entender el retrato de la primera comunidad cristiana en la primera lectura, o la vida de los santos. A través de ellos «el Señor reina vestido de majestad»… por la acción del Espíritu Santo. Ven, Espíritu Santo…
LUNES 28.04.2025
Lunes de la 2ª semana de Pascua.
Los apóstoles viven en su vida la misma incomprensión que vivió Jesús. Ha sido y será siempre así: una Iglesia que quiere ser fiel a Jesucristo será incomprendida y perseguida por el mundo: «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros…» (Jn 15, 19ss). El salmo responsorial también nos lo recuerda: «Se alían los reyes de la tierra… contra el Señor y contra su Mesías»; pero al mismo tiempo nos invita: «Dichosos los que se refugian en ti, Señor». Y esto es lo que hacen Pedro y Juan tras ser «puestos en libertad», junto con «los suyos». Pero ese “mundo” no está sólo fuera de nosotros, está también en nosotros, por eso necesitamos para vivir la fe una verdadera conversión de mente y de corazón, una verdadera efusión del «Espíritu Santo». Como le dice Jesús a Nicodemo: «El que no nazca de nuevo ─por el Espíritu─ no puede ver el Reino de Dios».
DOMINGO 27.04.2025
Domingo 2° de Pascua.
Jesús vuelve a los suyos resucitado, pero no lo hace para recriminarles su conducta cobarde de unas horas antes, sino para darles su Paz, su alegría, su Espíritu Santo y para enviarles a anunciar el perdón de los pecados, el mismo perdón que ellos han recibido. Ni siquiera el apóstol Tomás es recriminado en su incredulidad, al contrario, Jesús le “agarra” por donde él se había marcado un farol de autosuficiencia: «Trae tu dedo… trae tu mano… y no seas incrédulo, sino creyente». La Resurrección del Señor sella la Buena Noticia de Jesús y la hace real y apostólica en los primeros discípulos y en la Iglesia. ¿Por qué seguimos muchas veces revolcándonos en el lado oscuro de nuestra vida, como si esto fuese agradable a Dios, en lugar de abrirnos a la presencia sanadora y dinamizadora del Resucitado?
SÁBADO 26.04.2025
Sábado de la Octava de Pascua.
«Los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas… estaban sorprendidos». Siempre es así, cuando el misterio de Dios sale a nuestro encuentro: nos sorprende, nos descoloca… no es el resultado lógico de una fórmula matemática o intelectual. Pero aquí entra nuestro orgullo, ─«nuestra incredulidad y dureza de corazón»─ y resuena aquella llamada del Señor a tener un corazón de niño… «Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella».
VIERNES 25.04.2025
Viernes de la Octava de Pascua.
La historia de Jesús se repite con Pedro y Juan. Como se sale de sus planes, «los sacerdotes» apresan e interrogan a los apóstoles como habían apresado e interrogado a Jesús. Y las palabras de Jesús ─«no preparéis vuestra defensa porque el Espíritu Santo hablará por vosotros»─ se cumplen también en ellos: «Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo»… A la hora de la «defensa», pero también a la hora de anunciar el evangelio: Sólo la «red» se llena cuando la echamos por la palabra de Jesús… y cuando nos dejamos alimentar por él con su Eucaristía.
JUEVES 24.04.2025
Jueves de la Octava de Pascua
«Estaban hablando de estas cosas»… El hablar de lo que nos preocupa y hace sufrir, de nuestras expectativas e ilusiones, etc. es ya terapéutico, y, sobre todo, al hablar «de estas cosas» le damos la oportunidad a Jesús de hacerse presente… con su luz, con su paz: «Paz a vosotros». Hoy las pantallas digitales nos han cercenado esta capacidad de hablar e intercambiar, y así problemas de siempre se han hecho más dramáticos… Ni siquiera cuando estamos comiendo, si es que comemos juntos, hablamos.
MIÉRCOLES 23.04.2025
Miércoles de la Octava de Pascua
A veces le pedimos demasiado a Dios… a Jesús. Y, como no se cumple lo pedido, nos sentimos defraudados… y, como los discípulos de Emaús, nos alejamos de Jerusalén… de la comunión con la Iglesia, de la práctica religiosa. Muchas veces con el resultado catastrófico de que, en verdad, este alejamiento se consuma. Pero otras, el Señor se nos hace presente con su escucha, con su palabra, con su luz… Será un familiar, será un amigo, será una lectura o un vídeo… de pronto todo se ilumina y adquiere sentido: ¡Hay que pasar por la Cruz antes de llegar a la Resurrección, pero la última palabra no la tiene la Cruz sino la Resurrección! La fe es regalo del Señor que puede llegar a nuestras vidas por mil caminos insospechados, pero, me atrevo a decir, fundamentalmente por el camino del despojo, de la pobreza: «No tengo plata ni oro», no tengo grandes conocimientos ni grandes teologías, etc. «pero te doy lo que tengo», te doy el nombre de Jesucristo Nazareno, en quien creo, a veces vacilo, pero siempre quiero creer. Amén.
MARTES 22.04.2025
Martes de la Octava de Pascua
El nombre de «María» en los labios de Jesús es como un soplo de vida y amor. Y a María que le caen las vendas de los ojos: «¡Maestro!». Para encontrar luz y sentido para la vida hace falta algo más que un plato de comida y un vestido con que cubrirse, por sofisticada que sea la comida y por lujoso que sea el traje. Hace falta que alguien nos ame ─diga nuestro nombre─ y nosotros podamos amar. Y no con cualquier amor, sino con un amor de entrega y donación… como el de Jesús por nosotros: «Al oír esto, se les traspasó el corazón». «Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros»… para que todos nuestros amores se alimenten y purifiquen en ti, fuente de todo Amor.
LUNES 21.04.2025
Lunes de la Octava de Pascua.
La Resurrección del Señor no la vio nadie. Los testigos lo son de Cristo resucitado: «A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos». El encuentro con el Resucitado desborda todas nuestras expectativas y conceptos, porque nos adentra en el misterio de Dios. Por ello las mujeres en el evangelio están «llenas de miedo y de alegría» al mismo tiempo. También el encuentro con el Resucitado nos desinstala y pone en camino ─nos saca de nuestra comodidad y “refugios” intelectuales─: «ellas salieron corriendo a anunciarlo a los discípulos». Y, entonces, la tristeza del sepulcro da paso a la alegría: «Alegraos». No la alegría que da ─si es que la da─ el mundo, sino Dios. El “mundo” más bien, como «los sumos sacerdotes», lo que intenta es negar el misterio del Resucitado, pero no puede. Y en este “no poder” se manifiesta también la fuerza y la verdad de la resurrección del Señor: «Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda».
DOMINGO 20.04.2025
Domingo de Pascua.
A María Magdalena le habían arrancado «el amor de su alma», su alma estaba «oscura» como el sepulcro y como el amanecer, ¡pero era el amanecer! Y dentro de sepulcro, los signos de la Resurrección. En medio de la locura de idas y venidas la luz de la fe se enciende en el corazón del discípulo amado. La fe es un don, pero tenemos que pedirlo y propiciarlo. El discípulo amado nos señala el camino: reposando su cabeza sobre el pecho de Jesús, acogiendo a María al pie de la Cruz y dejando pasar primero a Pedro. Cuando también nosotros nos enfrentemos a nuestros propios sepulcros vacíos, que no descuidemos nunca el amor al Señor, el amor a María y el amor a la Iglesia. Amén. ¡ Feliz Pascua!
SÁBADO 19.04.2025
Vigilia Pascual.
La creación «era buena», incluso «muy buena» porque ya “miraba” a la bondad de la Resurrección del Señor. El «aquí estoy» de Abrahán se sostiene en el «a tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu» de Jesús que le abre a la Pascua. La liberación de Egipto apunta a la liberación del pecado y la muerte en la Pascua del Señor. Y, finalmente, la esperanza de los profetas, aunque destelle ─nunca se agota─ en episodios históricos concretos, tiene un solo horizonte: la Resurrección del Señor. Todas las expectativas del universo, de la humanidad y de cada uno de nosotros que, en determinados momentos, parecen “estrellarse” contra un «sepulcro vacío» y oscuro, pasan precisamente a través de él a la Luz y la Plenitud de la Vida y la Resurrección por Jesucristo Resucitado. Que el Señor nos ayude a comprenderlo y vivirlo. ¡Feliz Pascua!
VIERNES 18.04.2025
Viernes Santo.
Llegó «la hora» que aún no había llegado en las bodas de Caná. Es la «hora» de la Pascua, de la muerte y resurrección del Señor. De tal forma que el evangelista Juan al narrarnos la pasión del Señor nos invita a descubrir ya en ella su Resurrección. Una Resurrección que destella en las actitudes y palabras de Jesús en contraste con las de sus verdugos (soldados, Barrabás, Pilato) y traidores (Pedro), y que se manifiesta en el cambio de actitud de José de Arimatea (valentía) y de Nicodemo (generosidad) quienes se encargan de la sepultura de Jesús. Y así, desde la Cruz del Viernes Santo, descubrimos que en las noches más oscuras de nuestra vida y del mundo hay siempre un destello que no se apaga porque Dios por su infinito amor y misericordia, habita en los “vacíos” que el hombre no es capaz de llenar o que él mismo ha creado…
JUEVES 17.04.2025
Jueves Santo
Los israelitas eran esclavos en Egipto, y el Señor pasó para liberarlos y para hacerles descubrir que hay esclavitudes aún más hondas que la social y política: la esclavitud del pecado. Para liberarnos de esta, Cristo entregó su vida: «Habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo». Sin embargo, aún después de conocer a Cristo nos cuesta soltar ciertas esclavitudes. Ocurría en con los cristianos de Corinto: «He oído ─les escribe Pablo─ que cuando se reúne vuestra asamblea (…) cada uno se adelanta a comer su propia cena, y mientras uno pasa hambre, el otro está borracho». Pablo se lo echa en cara antes de recordarles las palabras de la institución eucarística, como diciendo, la Eucaristía no es sólo un rito, es también un estilo de vida… el estilo de vida de Jesús: «Pues si yo, el Maestro y el Señor (…) os he dado ejemplo para que vosotros también lo hagáis». Un estilo a imitar, pero sobre todo, una gracia a acoger: Cristo Jesús que se ha hecho Eucaristía por nosotros, no porque seamos ya santos, sino porque estamos llamados a serlo.
MIÉRCOLES 16.04.2025
Miércoles Santo
El Siervo del Señor toma conciencia de su misión: «decir al abatido una palabra de aliento». Y el mayor abatimiento de la vida es no encontrarle sentido. La misión del Siervo es desvelarnos este sentido, ese que muchos intentan manipular en su beneficio. Por eso la misión del Siervo no será fácil, pero contará con «la ayuda de Dios», pero no para librarle de las dificultades, sino para acogerlas y transformarlas en cauce de su misma misión. El Siervo es Jesucristo y la entrega de su vida se convertirá en nuestra Salvación. La «cena de Pascua» anticipa y sacramentaliza esa su entrega salvadora. Un misterio que escapa a nuestra lógica humana, por eso muchos, como Judas, quieren quitarse de en medio al Señor.
MARTES 15.04.2025
Martes Santo
El Siervo del Señor reflexiona sobre su vocación. Tiene toda la fuerza y el apoyo de Dios, pero esto no le evita el fracaso ante los hombres y sus momentos de crisis: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas». Momentos de crisis que son momentos de purificación: donde el Siervo experimenta toda su pobreza e impotencia se crea un vacío que llena Dios: «Es poco que seas mi siervo… Te hago luz de las naciones para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra». El Siervo aprendió a vaciarse de sí mismo para llenarse de Dios, como el mismo Jesús: «Ahora ─cuando Judas acaba de salir para consumar su traición y lo que esta desencadenará─ es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él». Pedro tardó en aprenderlo: «¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo…». Y a nosotros, ¡cuánto nos cuesta aprender a vaciarnos! «A ti, Señor, me acojo… inclina a mí tu oído y sálvame».
LUNES 14.04.2025
Misa Crismal.
Con el Santo Crisma hemos sido ungidos el día de nuestro bautismo y el día de nuestra confirmación. Con el Santo Crisma hemos sido ungidos los sacerdotes. Jesús, el Mesías, el Cristo, el Ungido por el Padre con el óleo del Espíritu Santo, nos unge a nuestra vez ─nos coge para sí─ con su mismo Espíritu Santo, para hacernos «reino y sacerdotes para Dios, su Padre» y prolongar su misión en el mundo: «Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrados…». Nos unge y nos constituye en familia, en Iglesia… por eso hoy bendecimos los óleos que permiten la celebración de los sacramentos, por eso hoy los sacerdotes renovamos nuestros compromisos sacerdotales. Que hoy también, y cada día de nuestra vida, «se cumpla ─en nosotros─ esta Escritura» que hoy proclamamos y así podamos «cantar eternamente tus misericordias, Señor».
LUNES 14.04.2025
Lunes Santo.
El Siervo del Señor es vocacionado para realizar su misión con mansedumbre: «No gritará, no clamará, no voceará por las calles…», al tiempo que con firmeza: «Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará…». Aún más, el mismo Siervo es alianza, luz y salvación: «Te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones…». Este Siervo no es pues un hombre cualquiera, ni siquiera un gran profeta, es Jesucristo ante quien cada ser humano está obligado a posicionarse. Posicionarse como Judas, con una mirada interesada y calculadora, o como María, con una mirada llena de amor y gratitud. La mirada y el corazón de María son para nosotros una referencia a la hora de celebrar en los próximos días la Pascua del Señor: a Lázaro le devolvió esta vida, a nosotros, la Vida Eterna.
DOMINGO 13.04.2025
Domingo de Ramos, C.
Dos templos en lucha. Uno, magnífico, brilla en Jerusalén. Sus “servidores” se aferran a él y le defienden aún con la violencia. Terrible contradicción. Creen tener a Dios encerrado en él.
El otro, humilde, empolvado con el polvo y el sudor de los caminos, se ha empezado a construir. No necesitará servidores propios, sino servidores de la humanidad al servicio del Reino. Jesús le construye, no con piedras ni maderas valiosas ni metales preciosos, sino con su vida… entregada hasta el final.
Este nuevo templo no tiene espacios reservados como el antiguo: atrio de los gentiles, atrio de los judíos, atrio de los sacerdotes, etc. Este nuevo templo está abierto a la humanidad toda entera: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Este nuevo templo tiene en su centro una cruz, la cruz del viernes santo y en ella las cruces de la humanidad toda entera asumidas por el Crucificado-Resucitado.
Así que, cuando las cruces de tu vida se te hagan pesadas, no le pidas a Dios que te las quite, ponlas delante de ti, míralas de frente con todo su dolor y horrible aspecto, y adora en ellas al que las ha convertido en cauce de salvación, y que hoy, como con Pedro, cruza su mirada con la tuya y te dice: “No he dejado, ni dejaré nunca de amarte”.
SÁBADO 12.04.2025
Sábado de la 5ª semana de Cuaresma.
El círculo en torno a Jesús se va cerrando. Las autoridades judías ya han tomado la decisión de «prender a Jesús». Lo que ellos no saben es que el mal que ellos van a hacer será transformado en las manos de Dios en un bien: «No comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo… para reunir a los hijos de Dios dispersos», profetiza el sumo sacerdote Caifás sin enterarse. La liturgia del viernes santo proclamará: «Feliz culpa la que mereció tal redentor». En mera lógica humana no entendemos nada. Sólo cabe postrarse, acoger y adorar un misterio que no es sino reflejo de la inmensidad del Amor de Dios por nosotros: «El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño… convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas».
VIERNES 11.04.2025
Viernes de la 5ª semana de Cuaresma.
«Mis amigos acechaban mi traspié»: no los enemigos, sino los amigos. Si lo pensamos, es terrible… Jeremías adelanta en su propia vida el misterio de Jesucristo: sus “amigos” judíos, sus hermanos de raza y de religión «agarraron piedras para apedrearlo» y, finalmente, lo llevarán al Calvario. Cuando la religión deja de ser experiencia de encuentro con el Dios vivo y verdadero, se convierte en ideología que acaba por condenar y matar. La historia de la Iglesia, junto a las páginas luminosas de la vida de los santos, tiene también páginas obscuras o muy obscuras en este sentido. Jeremías confía en que Dios lo librará y tomará venganza de sus enemigos, sin embargo, Jesús entregará su vida por la salvación de todos ─amigos y enemigos─, es decir, por la liberación de la humanidad del yugo del pecado y de la muerte: «Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza, mi roca, mi alcázar, mi libertador».
JUEVES 10.04.2025
Jueves de la 5ª semana de Cuaresma.
No parece que los acontecimientos históricos negativos vividos por el pueblo de Israel a lo largo de su historia ayudasen a los judíos del tiempo de Jesús a interpretar la promesa de Dios a Abrán/Abrahán no en un sentido literal, sino en un sentido mucho más amplio. Y así, cuando tienen delante a aquel que es el Cumplimiento de esa Promesa, ─a Jesucristo, nuestro Señor─, no le reconocen: «Ahora vemos claro que estás endemoniado… No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?». En pura lógica humana es normal esta dificultad, pero al creyente se le pide dejar la lógica humana para adentrarse en otra lógica, la divina, que es gracia y, sobre todo, es amor y misericordia desbordantes: «No endurezcáis hoy vuestro corazón; escuchad la voz del Señor».
MIÉRCOLES 09.04.2025
Miércoles de la 5ª semana de Cuaresma.
El poder ─Nabucodonosor─ se endiosa a sí mismo. Pero es un endiosamiento frágil y mentiroso, por eso necesita destruir a quienes no le rinden pleitesía. La historia de los tres jóvenes en el horno termina felizmente con la conversión de Nabucodonosor al Dios verdadero. No siempre es así o, quizá, pocas veces es así porque el corazón del poderoso se endurece y se aparta inexorablemente más y más de Dios. Esta dureza de corazón se da también en «los judíos que habían creído en Jesús» en el evangelio. Su corta y humana visión de la fe les impide abrirse a la grandeza e inefabilidad del misterio de Jesucristo: el diálogo entre Jesús y «los judíos» en el evangelio de hoy es un diálogo de sordos. Señor, por tu gracia, haz que se cumplan en nosotros estas palabras tuyas: «Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Amén.
MARTES 08.04.2025
Martes de la 5ª semana de Cuaresma.
Protestan los israelitas en Egipto por la esclavitud, protestan los israelitas en el desierto por la falta de agua y el escaso alimento… y la protesta se convierte en «serpientes abrasadoras que los mordían y murieron muchos de Israel». Siempre es así: quien no es capaz de descubrir el bien, que se abre paso en medio del mal y de las dificultades de la vida, acaba atrapado en un círculo vicioso que termina por amargarle y destruirle. Podemos pues vivir del bien que nos rodea, aunque a veces nos cueste descubrirlo, o podemos vivir amargados viendo sólo el mal. Pero aún, como creyentes, podemos ir más lejos: descubrir que el mal puede ser camino para el bien. No es el resultado de la lógica humana, es un don, es la gracia del misterio de Jesucristo que Dios nos regala a través de la fe: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”». «Señor, escucha mi oración… no me escondas tu rostro», que pueda tener esta visión pascual de la vida.
LUNES 07.04.2025
Lunes de la 5ª semana de Cuaresma.
La historia de Susana es una historia dramática con final feliz que hace realidad la antífona del salmo responsorial: «Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo». Pero bien sabemos que no siempre es así, que en este mundo no siempre el justo ve su recompensa, más bien al contrario. Jesucristo es el justo por excelencia ─el único justo─; su vida estuvo abocada al fracaso ─humanamente hablando─ de la Cruz. Una cruz que acepta en libertad y sin dejar de ser Señor de la historia: «Nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora». Por eso se ha convertido en «la luz del mundo», en la luz de la esperanza en medio de las noches oscuras de nuestra vida y del mundo, y por ello quien le «sigue no camina en tinieblas, sino que tiene la luz de la vida». Señor, que no dejemos nunca tu rebaño por otros engañosos rediles, que «tu bondad y tu misericordia me acompañen todos los días de mi vida».
DOMINGO 06.04.2025
5° domingo de Cuaresma, C.
Cuántas veces también nosotros nos disfrazamos de justos acusadores para tapar nuestras miserias o para no enfrentarlas. Y se da la paradoja que tanto más gritamos y señalamos, que más tendríamos que callar. Jesús, el único justo, el único que de verdad podría acusarnos de verdad, no lo hace, al contrario «se inclina», se abaja hasta nosotros y carga con nuestro pecado abriendo ante nosotros «algo nuevo»: el reino del Amor de Dios Padre. Ese que le hizo exclamar a san Pablo: «Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor», y seguro que también a la mujer del evangelio de hoy, y a otros muchos pecadores que llegaron a santos. ¿Por qué tantas veces nosotros nos obstinamos en permanecer ciegos ante la grandeza de este misterio? ¿Por qué tantas veces nos puede más el miedo a dios que el Amor de Dios?
SÁBADO 05.04.2025
Sábado de la 4ª semana de Cuaresma.
Jeremías, «como manso cordero llevado al matadero», anticipa en su propia vida el misterio de la pasión del Señor, pero con una gran diferencia: donde Jeremías pide «ver la venganza contra sus enemigos», Jesús dirá: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen», llevando así a su plenitud su Amor por nosotros.
Este es el misterio que no quieren ver ni los fariseos, prisioneros de sus leyes y su “sabiduría” ─¿de su soberbia?─, ni los que se enzarzan en discusiones pseudoteológicas ─«¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?»─, pero que si dejan entrever aquellos que lo tienen por «profeta de verdad» o los mismos «guardias del templo» ─¡quién lo iba a decir!─ o Nicodemo. Y yo, ¿con que ojos o con qué prejuicios miro el misterio de Jesús?».
VIERNES 04.04.2025
Viernes de la 4ª semana de Cuaresma.
Al avanzar el tiempo cuaresmal le liturgia va pasando de la llamada directa a la conversión personal a focalizase sobre las causas que llevarán a Jesús a su muerte en la cruz. Por ello la llamada a la conversión no desaparece, sino que se hace más sutil y, al mismo tiempo, más intensa porque cada uno de nosotros, en nombre de la religión o de una cierta imagen de Dios─ ¡creyendo hacer el bien!─, podemos ser esos «impíos que razonan equivocadamente» o, también, uno de esos jefes «que intentan matar a Jesús».
Pero, sobre todo, la liturgia nos recuerda hoy la doble mirada que podemos echar sobre el misterio de la vida en general y sobre el misterio de Jesús en particular. O una mirada humana que nos aboca a un callejón sin salida y al fracaso, o una mirada de fe que va mucho más allá de lo que se ve y que descubre «la procedencia divina de Jesús» y su amor hasta el extremo… cuando «llegue su hora».
JUEVES 03.04.2025
Jueves de la 4ª semana de Cuaresma.
Tenemos que tener la humildad ─y pedir la gracia─ de reconocer que el misterio de Jesucristo se escapa a nuestra lógica humana… nos sobrepasa. Nos sobrepasa a nivel intelectual, pero también de exigencia de vida… a todos los niveles. La lógica humana nos lleva o a hacernos un ídolo de él, como los israelitas en el desierto (1ª lectura), ─no fue un accidente, es nuestra inclinación primera─, o a querer quitárnosle de en medio, como los «judíos» del evangelio de Juan ─demasiado acomodados en su sistema religioso─. «Acuérdate de mí Señor ─¡y bien que te tienes que acordar!─ por amor a tu pueblo».
MIÉRCOLES 02.04.2025
Miércoles de la 4ª semana de Cuaresma.
Al desolado pueblo de Israel en el destierro de Babilonia que se dice: «Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado», Dios le responde a través del profeta Isaías con estas palabras llenas de ternura: «¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré». Y tanto no se olvidó Dios que en el Hijo vino a habitar entre nosotros tomando nuestra misma carne mortal… hasta ofrecer su vida en el altar de la cruz. Como nos recuerda el evangelio de hoy: en Jesucristo Dios actúa entre nosotros y nos da la vida… por puro amor suyo. Aunque muchos sigan sin querer entenderlo, pues ¡¿quién puede entender el amor?!
Así, las palabras de Isaías son una joya para llevar guardadas como un tesoro en nuestro corazón y “sacarlas” cuando nosotros mismos pasamos por periodos de desolación o para ofrecérselas a otros que atraviesan su propia tribulación… y siempre mirando al Dios-con-nosotros, al Emmanuel, al crucificado y resucitado… mirando siempre a la Pascua.
MARTES 01.04.2025
Martes de la 4ª semana de Cuaresma.
El agua es la vida… para todos, pero con especial significación para un pueblo que ha pasado 40 años en el desierto y que ha tenido que atravesar otro desierto ─físico y espiritual─ camino del Exilio. El templo destruido por los babilonios se convierte en un manantial que hace surgir la vida: un sueño humanamente imposible. Sin saberlo, Ezequiel está profetizando de Jesús: él es la fuente de la vida eterna. La curación del paralítico junto a la piscina de Betesda, nos lo recuerda. Pero hay parálisis peores y más difíciles de curar que la física, la parálisis del alma: ¡cuando la ley se antepone a la misericordia! Cuando creemos tener a Dios encerrado en nuestra… lo que sea.