Al hilo de la liturgia diaria 2024-25 (2)
MIÉRCOLES 16.04.2025
Miércoles Santo
El Siervo del Señor toma conciencia de su misión: «decir al abatido una palabra de aliento». Y el mayor abatimiento de la vida es no encontrarle sentido. La misión del Siervo es desvelarnos este sentido, ese que muchos intentan manipular en su beneficio. Por eso la misión del Siervo no será fácil, pero contará con «la ayuda de Dios», pero no para librarle de las dificultades, sino para acogerlas y transformarlas en cauce de su misma misión. El Siervo es Jesucristo y la entrega de su vida se convertirá en nuestra Salvación. La «cena de Pascua» anticipa y sacramentaliza esa su entrega salvadora. Un misterio que escapa a nuestra lógica humana, por eso muchos, como Judas, quieren quitarse de en medio al Señor.
MARTES 15.04.2025
Martes Santo
El Siervo del Señor reflexiona sobre su vocación. Tiene toda la fuerza y el apoyo de Dios, pero esto no le evita el fracaso ante los hombres y sus momentos de crisis: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas». Momentos de crisis que son momentos de purificación: donde el Siervo experimenta toda su pobreza e impotencia se crea un vacío que llena Dios: «Es poco que seas mi siervo… Te hago luz de las naciones para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra». El Siervo aprendió a vaciarse de sí mismo para llenarse de Dios, como el mismo Jesús: «Ahora ─cuando Judas acaba de salir para consumar su traición y lo que esta desencadenará─ es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él». Pedro tardó en aprenderlo: «¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo…». Y a nosotros, ¡cuánto nos cuesta aprender a vaciarnos! «A ti, Señor, me acojo… inclina a mí tu oído y sálvame».
LUNES 14.04.2025
Misa Crismal.
Con el Santo Crisma hemos sido ungidos el día de nuestro bautismo y el día de nuestra confirmación. Con el Santo Crisma hemos sido ungidos los sacerdotes. Jesús, el Mesías, el Cristo, el Ungido por el Padre con el óleo del Espíritu Santo, nos unge a nuestra vez ─nos coge para sí─ con su mismo Espíritu Santo, para hacernos «reino y sacerdotes para Dios, su Padre» y prolongar su misión en el mundo: «Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrados…». Nos unge y nos constituye en familia, en Iglesia… por eso hoy bendecimos los óleos que permiten la celebración de los sacramentos, por eso hoy los sacerdotes renovamos nuestros compromisos sacerdotales. Que hoy también, y cada día de nuestra vida, «se cumpla ─en nosotros─ esta Escritura» que hoy proclamamos y así podamos «cantar eternamente tus misericordias, Señor».
LUNES 14.04.2025
Lunes Santo.
El Siervo del Señor es vocacionado para realizar su misión con mansedumbre: «No gritará, no clamará, no voceará por las calles…», al tiempo que con firmeza: «Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará…». Aún más, el mismo Siervo es alianza, luz y salvación: «Te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones…». Este Siervo no es pues un hombre cualquiera, ni siquiera un gran profeta, es Jesucristo ante quien cada ser humano está obligado a posicionarse. Posicionarse como Judas, con una mirada interesada y calculadora, o como María, con una mirada llena de amor y gratitud. La mirada y el corazón de María son para nosotros una referencia a la hora de celebrar en los próximos días la Pascua del Señor: a Lázaro le devolvió esta vida, a nosotros, la Vida Eterna.
DOMINGO 13.04.2025
Domingo de Ramos, C.
Dos templos en lucha. Uno, magnífico, brilla en Jerusalén. Sus “servidores” se aferran a él y le defienden aún con la violencia. Terrible contradicción. Creen tener a Dios encerrado en él.
El otro, humilde, empolvado con el polvo y el sudor de los caminos, se ha empezado a construir. No necesitará servidores propios, sino servidores de la humanidad al servicio del Reino. Jesús le construye, no con piedras ni maderas valiosas ni metales preciosos, sino con su vida… entregada hasta el final.
Este nuevo templo no tiene espacios reservados como el antiguo: atrio de los gentiles, atrio de los judíos, atrio de los sacerdotes, etc. Este nuevo templo está abierto a la humanidad toda entera: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Este nuevo templo tiene en su centro una cruz, la cruz del viernes santo y en ella las cruces de la humanidad toda entera asumidas por el Crucificado-Resucitado.
Así que, cuando las cruces de tu vida se te hagan pesadas, no le pidas a Dios que te las quite, ponlas delante de ti, míralas de frente con todo su dolor y horrible aspecto, y adora en ellas al que las ha convertido en cauce de salvación, y que hoy, como con Pedro, cruza su mirada con la tuya y te dice: “No he dejado, ni dejaré nunca de amarte”.
SÁBADO 12.04.2025
Sábado de la 5ª semana de Cuaresma.
El círculo en torno a Jesús se va cerrando. Las autoridades judías ya han tomado la decisión de «prender a Jesús». Lo que ellos no saben es que el mal que ellos van a hacer será transformado en las manos de Dios en un bien: «No comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo… para reunir a los hijos de Dios dispersos», profetiza el sumo sacerdote Caifás sin enterarse. La liturgia del viernes santo proclamará: «Feliz culpa la que mereció tal redentor». En mera lógica humana no entendemos nada. Sólo cabe postrarse, acoger y adorar un misterio que no es sino reflejo de la inmensidad del Amor de Dios por nosotros: «El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño… convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas».
VIERNES 11.04.2025
Viernes de la 5ª semana de Cuaresma.
«Mis amigos acechaban mi traspié»: no los enemigos, sino los amigos. Si lo pensamos, es terrible… Jeremías adelanta en su propia vida el misterio de Jesucristo: sus “amigos” judíos, sus hermanos de raza y de religión «agarraron piedras para apedrearlo» y, finalmente, lo llevarán al Calvario. Cuando la religión deja de ser experiencia de encuentro con el Dios vivo y verdadero, se convierte en ideología que acaba por condenar y matar. La historia de la Iglesia, junto a las páginas luminosas de la vida de los santos, tiene también páginas obscuras o muy obscuras en este sentido. Jeremías confía en que Dios lo librará y tomará venganza de sus enemigos, sin embargo, Jesús entregará su vida por la salvación de todos ─amigos y enemigos─, es decir, por la liberación de la humanidad del yugo del pecado y de la muerte: «Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza, mi roca, mi alcázar, mi libertador».
JUEVES 10.04.2025
Jueves de la 5ª semana de Cuaresma.
No parece que los acontecimientos históricos negativos vividos por el pueblo de Israel a lo largo de su historia ayudasen a los judíos del tiempo de Jesús a interpretar la promesa de Dios a Abrán/Abrahán no en un sentido literal, sino en un sentido mucho más amplio. Y así, cuando tienen delante a aquel que es el Cumplimiento de esa Promesa, ─a Jesucristo, nuestro Señor─, no le reconocen: «Ahora vemos claro que estás endemoniado… No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?». En pura lógica humana es normal esta dificultad, pero al creyente se le pide dejar la lógica humana para adentrarse en otra lógica, la divina, que es gracia y, sobre todo, es amor y misericordia desbordantes: «No endurezcáis hoy vuestro corazón; escuchad la voz del Señor».
MIÉRCOLES 09.04.2025
Miércoles de la 5ª semana de Cuaresma.
El poder ─Nabucodonosor─ se endiosa a sí mismo. Pero es un endiosamiento frágil y mentiroso, por eso necesita destruir a quienes no le rinden pleitesía. La historia de los tres jóvenes en el horno termina felizmente con la conversión de Nabucodonosor al Dios verdadero. No siempre es así o, quizá, pocas veces es así porque el corazón del poderoso se endurece y se aparta inexorablemente más y más de Dios. Esta dureza de corazón se da también en «los judíos que habían creído en Jesús» en el evangelio. Su corta y humana visión de la fe les impide abrirse a la grandeza e inefabilidad del misterio de Jesucristo: el diálogo entre Jesús y «los judíos» en el evangelio de hoy es un diálogo de sordos. Señor, por tu gracia, haz que se cumplan en nosotros estas palabras tuyas: «Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Amén.
MARTES 08.04.2025
Martes de la 5ª semana de Cuaresma.
Protestan los israelitas en Egipto por la esclavitud, protestan los israelitas en el desierto por la falta de agua y el escaso alimento… y la protesta se convierte en «serpientes abrasadoras que los mordían y murieron muchos de Israel». Siempre es así: quien no es capaz de descubrir el bien, que se abre paso en medio del mal y de las dificultades de la vida, acaba atrapado en un círculo vicioso que termina por amargarle y destruirle. Podemos pues vivir del bien que nos rodea, aunque a veces nos cueste descubrirlo, o podemos vivir amargados viendo sólo el mal. Pero aún, como creyentes, podemos ir más lejos: descubrir que el mal puede ser camino para el bien. No es el resultado de la lógica humana, es un don, es la gracia del misterio de Jesucristo que Dios nos regala a través de la fe: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”». «Señor, escucha mi oración… no me escondas tu rostro», que pueda tener esta visión pascual de la vida.
LUNES 07.04.2025
Lunes de la 5ª semana de Cuaresma.
La historia de Susana es una historia dramática con final feliz que hace realidad la antífona del salmo responsorial: «Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo». Pero bien sabemos que no siempre es así, que en este mundo no siempre el justo ve su recompensa, más bien al contrario. Jesucristo es el justo por excelencia ─el único justo─; su vida estuvo abocada al fracaso ─humanamente hablando─ de la Cruz. Una cruz que acepta en libertad y sin dejar de ser Señor de la historia: «Nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora». Por eso se ha convertido en «la luz del mundo», en la luz de la esperanza en medio de las noches oscuras de nuestra vida y del mundo, y por ello quien le «sigue no camina en tinieblas, sino que tiene la luz de la vida». Señor, que no dejemos nunca tu rebaño por otros engañosos rediles, que «tu bondad y tu misericordia me acompañen todos los días de mi vida».
DOMINGO 06.04.2025
5° domingo de Cuaresma, C.
Cuántas veces también nosotros nos disfrazamos de justos acusadores para tapar nuestras miserias o para no enfrentarlas. Y se da la paradoja que tanto más gritamos y señalamos, que más tendríamos que callar. Jesús, el único justo, el único que de verdad podría acusarnos de verdad, no lo hace, al contrario «se inclina», se abaja hasta nosotros y carga con nuestro pecado abriendo ante nosotros «algo nuevo»: el reino del Amor de Dios Padre. Ese que le hizo exclamar a san Pablo: «Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor», y seguro que también a la mujer del evangelio de hoy, y a otros muchos pecadores que llegaron a santos. ¿Por qué tantas veces nosotros nos obstinamos en permanecer ciegos ante la grandeza de este misterio? ¿Por qué tantas veces nos puede más el miedo a dios que el Amor de Dios?
SÁBADO 05.04.2025
Sábado de la 4ª semana de Cuaresma.
Jeremías, «como manso cordero llevado al matadero», anticipa en su propia vida el misterio de la pasión del Señor, pero con una gran diferencia: donde Jeremías pide «ver la venganza contra sus enemigos», Jesús dirá: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen», llevando así a su plenitud su Amor por nosotros.
Este es el misterio que no quieren ver ni los fariseos, prisioneros de sus leyes y su “sabiduría” ─¿de su soberbia?─, ni los que se enzarzan en discusiones pseudoteológicas ─«¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?»─, pero que si dejan entrever aquellos que lo tienen por «profeta de verdad» o los mismos «guardias del templo» ─¡quién lo iba a decir!─ o Nicodemo. Y yo, ¿con que ojos o con qué prejuicios miro el misterio de Jesús?».
VIERNES 04.04.2025
Viernes de la 4ª semana de Cuaresma.
Al avanzar el tiempo cuaresmal le liturgia va pasando de la llamada directa a la conversión personal a focalizase sobre las causas que llevarán a Jesús a su muerte en la cruz. Por ello la llamada a la conversión no desaparece, sino que se hace más sutil y, al mismo tiempo, más intensa porque cada uno de nosotros, en nombre de la religión o de una cierta imagen de Dios─ ¡creyendo hacer el bien!─, podemos ser esos «impíos que razonan equivocadamente» o, también, uno de esos jefes «que intentan matar a Jesús».
Pero, sobre todo, la liturgia nos recuerda hoy la doble mirada que podemos echar sobre el misterio de la vida en general y sobre el misterio de Jesús en particular. O una mirada humana que nos aboca a un callejón sin salida y al fracaso, o una mirada de fe que va mucho más allá de lo que se ve y que descubre «la procedencia divina de Jesús» y su amor hasta el extremo… cuando «llegue su hora».
JUEVES 03.04.2025
Jueves de la 4ª semana de Cuaresma.
Tenemos que tener la humildad ─y pedir la gracia─ de reconocer que el misterio de Jesucristo se escapa a nuestra lógica humana… nos sobrepasa. Nos sobrepasa a nivel intelectual, pero también de exigencia de vida… a todos los niveles. La lógica humana nos lleva o a hacernos un ídolo de él, como los israelitas en el desierto (1ª lectura), ─no fue un accidente, es nuestra inclinación primera─, o a querer quitárnosle de en medio, como los «judíos» del evangelio de Juan ─demasiado acomodados en su sistema religioso─. «Acuérdate de mí Señor ─¡y bien que te tienes que acordar!─ por amor a tu pueblo».
MIÉRCOLES 02.04.2025
Miércoles de la 4ª semana de Cuaresma.
Al desolado pueblo de Israel en el destierro de Babilonia que se dice: «Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado», Dios le responde a través del profeta Isaías con estas palabras llenas de ternura: «¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré». Y tanto no se olvidó Dios que en el Hijo vino a habitar entre nosotros tomando nuestra misma carne mortal… hasta ofrecer su vida en el altar de la cruz. Como nos recuerda el evangelio de hoy: en Jesucristo Dios actúa entre nosotros y nos da la vida… por puro amor suyo. Aunque muchos sigan sin querer entenderlo, pues ¡¿quién puede entender el amor?!
Así, las palabras de Isaías son una joya para llevar guardadas como un tesoro en nuestro corazón y “sacarlas” cuando nosotros mismos pasamos por periodos de desolación o para ofrecérselas a otros que atraviesan su propia tribulación… y siempre mirando al Dios-con-nosotros, al Emmanuel, al crucificado y resucitado… mirando siempre a la Pascua.
MARTES 01.04.2025
Martes de la 4ª semana de Cuaresma.
El agua es la vida… para todos, pero con especial significación para un pueblo que ha pasado 40 años en el desierto y que ha tenido que atravesar otro desierto ─físico y espiritual─ camino del Exilio. El templo destruido por los babilonios se convierte en un manantial que hace surgir la vida: un sueño humanamente imposible. Sin saberlo, Ezequiel está profetizando de Jesús: él es la fuente de la vida eterna. La curación del paralítico junto a la piscina de Betesda, nos lo recuerda. Pero hay parálisis peores y más difíciles de curar que la física, la parálisis del alma: ¡cuando la ley se antepone a la misericordia! Cuando creemos tener a Dios encerrado en nuestra… lo que sea.